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Poemas de Zazil Alaíde Collins

viernes 11 de mayo de 2018
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Zazil Alaíde Collins

La poesía de Zazil Alaíde Collins, en su primera lectura, sugiere extrañeza no tanto por las temáticas como por el estilo, cuya característica principal radica en el ritmo y el recurso narrativo y manipulación de la diégesis. Pareciera, por momentos, que la poeta hace uso de la intertextualidad o metaliteratura, pero no es el caso, aunque tampoco existe un interés por construir alguna mitología; creo que el interés radica en manejar los recursos literarios o estilísticos necesarios para alcanzar el desarrollo estético. En esta muestra se presenta un poema inédito para la muestra Voces actuales de México.

Fernando Salazar Torres
Responsable de la selección

De la serie Voces actuales de México

Acantilado

Que me mate el mar antes que el sistema.
Nelda Piña y la BOA

Este es un poema sobre la zozobra,
sin talega,
sus latidos escarpa.
¿La cicatriz se adapta o la rechaza tu albor?
Repaso una estela para no olvidar
el olor del lucero,
el señuelo de la serranía,
esa hondura por la que los redobles
anuncian la cartografía del miedo
o de una enemistad.
Decantamos lo que no se pronuncia 
pero existe
sabemos que ocurrirá
como el eco,
como un crimen.
Si aún eres terso como el bisonte
platícale al meteoro 
por cuál fractura pasa su luz.
¿Cuál es tu roca?
En esa greca transcribo mi piedra.
Tras la cueva nos preguntamos
“¿por qué no eres como yo?”,
pero el dolor es indiferente,
caminamos a una casa vacía.
En la corteza del cielo
se reescriben los quebrantos,
toda insana palabra del derroche
toda mezquindad de quien teme al amanecer,
todo prejuicio en campo traviesa.
Para golpear la arena
tam tam
hace falta el arrullo de la caracola,
el amuleto de las pequeñas cosas.
Siempre he querido escribir sobre el amor
pero entre mi cielo y la tierra
mi hechizo nunca es rezo,
y un buda es detonado
y parto al otoño
en un tren de latón.
De día y de noche el petricor
se refugia en mi corazón,
raíz del leño
para hablar con el tocón.
“La gente muere para probar que vivió” [Guimarães],
sí, 
para soñar 
con el cauce de un canto,
encontrar el santelmo en sus ojos,
abrazar el hallazgo en un resplandor de besos.

 

Puedo querer

Soy libre, soy bueno
y puedo querer.
Atahualpa Yupanqui

Amo a un hombre rodeado por fantasmas
mas entre sus escombros
no es quebranto mi voluntad
con la que le digo te quiero
por la fragilidad que existe entre nosotros
cual balada de bruma
que los surcos entonan
Yo soy la luna
águila blanca
águila negra
en mis tendones
cada nota triza la arena
de este país deprimido
cada segundo, la almena
a la que confiamos el socorro
de sus caminantes
Heredamos las veredas
y unas cuantas palabras para despertar
del sueño de los ilotas
y refundar lo que en sus bocas se queda corto
como la prepotencia de una poesía
que desvanece a quien no tiene causa
Revientan las cuerdas
La paloma
cueca cueca
en la joroba del capataz
cueca cueca
disfraza el coraje
con una vida secreta que germina
en la neblina de verano
cuando todos mienten.
Después del temblor, mienten más
Como Prather, no me interesa trabajar por dinero
porque hay una canción de algodón
y la piel de los tambores
y la voz de la almendra
y el paisaje tibio del heno
que me llaman
y preguntan: ¿existe el amor?
Sucumbo al hálito de sus sirenas
para defender el sustento
dentro de esta oscuridad
donde el corazón es una punta de flecha
y cada flecha el porvenir
tuyo, mío, nuestro
Amo a un hombre rodeado por fantasmas
a quien reconozco al abrazar su rencor
en el olvido de sobremesa
para estrechar la mano de un amigo
como la primera vez que Eolo
vibró en el pico de los pájaros
y silbó al fuego que el hambre es infamia
Como una mujer remolino
el día del temblor
yo soy la luna
en mi ojo izquierdo
Maldoror es la mañana
Los tatuajes del odio nos recuerdan
que no somos dueños de nuestro destino
pero en este campo nortado de telares
y refugiados
encontraremos los galones
debajo de un muro que será agua
Sí, seremos savia
Yo soy la luna
y hago de mi camino un borde
para conmover con imaginación
a ese soberbio hombre
que vive rodeado por fantasmas
que cree en la magia pero no en ser corazón
Yo soy la luna
águila blanca
águila negra
Soy libre, soy buena
y puedo querer.

 

Bóreas

Hace millones de años,
seis pares de hermanos nos heredaron el viento,
un suspenso que hierve en dirección a Sipofene.

Cuando los huesos queman, Sipofene,
a gota de agua cuelga la espina;
tu sexo de Cadmo galopa el amaretto.
Las estrellas en guerra
iluminan tu canto blanco,
tu piel de Cadmo sobre estiércol de venado,
canto de chicharras y encajeras:
tu madre fue una centella.

Con el gesto amargo,
las familias despiden al gigante
que desciende en vuelo precipitado
de cáncer a ser padre;
la “ye” del esclavo nos delata,
el amor no resiste el velo:
los mejores versos se pierden al aire.

Cuando en el camino veas
a quien te quiere descalza, Sipofene,
siéntate a vendar sus pies;
los caballos traerán la cal de los guijarros
y el carbón para tus manos
curtidas por fuego y cirrosis.
Los buscapiés labran para otros
lo que en casa será discordia,
así que continúa con tu solario
antes de pelear en tierra lo que es del mar,
antes de disparar contra el nahual.
Despierta, la sal también atería.

Los jornaleros aúllan con el sonido
de la guerra en los campos de amapola,
música para becerros,
pito de tren que lleva el aliento
del soldado amamantado por Chernobyl.
Hay tanto destensando el hilo, Sipofene,
tanta llama en la entrepierna,
botas humilladas,
manos metálicas,
silencios de comandancia.
¿Qué se llevará el polvo?,
si siempre estuvimos muertos frente al
desnudo de las medias violeta;
es un campo de hierro, Sipofene,
un campo queloide.

de Sipofene (La Tinta del Silencio, 2016)

 

Boxes

Para Sean Scully y Billy Martin

Una caja para Billy
dentro de una caja para Sean
en Tappan
y dentro los hilvanes:
el trance de los diez sabios
la gravura del manto
cyprium niccolum chromium
Una caja que resguarda el aire
sobre el dintel cor-ten
seis movimientos que forjan
la puerta dentro de
una caja para Sean
: templo de acero

de Pink (inédito, 2017)

 

Tlalpan Girls

Portugal (Made in Mexico) y Vida Herrera
reviven un Warhol:
“To shoe or not to shoe”*
de Tlalpan a Union Street
de estrellas y lentejuelas al escote
Son las muñecas del silicón y la gamuza
: tacones fluxus
de cuatro forros con empeines
abiertos ensueños
y altísimos puentes
números 3 y 5

* Warhol featuring Shakespeare featuring Proust, en À la recherche du shoe perdu (1955)

 

Oz

Cuando el ojo de la liebre deje volar
cien pájaros por tu tristeza
bordea el remanso de silencio
donde emana la bocanada
el agua y pálpito de los sin rumbo

Los ahorcados marchan a Amarillo
para cerrar su cicatriz al mar
con la acústica del meridiano

Oz existe en el acimut:
es un canto de garganta del búfalo en rapto
La dulzura del sin dios se agota
cuando engañamos los recuerdos
: Amarillo se nos hundió en las manos
pero los músicos siguen a flote
la tónica desafiante del sin espíritu
que murió cuando el poeta maldijo
la noche de un paraíso sin nubes

En cada nota de hoguera
a donde sea que llegues
intenta ser una palabra plena

Zazil Alaíde Collins
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