
Cactus
Jorge Curinao
Poesía
Edición del autor
Santa Cruz (Argentina), 2010
ISBN: 978-987-05-9907-4
56 páginas
Paisaje
A veces
a mí también me quisieron.
Era verano
y un pájaro golpeaba desde afuera.
Señales
Las primeras lluvias han vuelto
traen noticias
del ciego que busca un vaso
en el fondo de la música
del ciego
más solo en su sombra
en su sed
y en su propia duda.
Balada del buey solo
Me recuerdo saliendo por los desiertos
y encontrando rostros que no eran míos
rostros que no fui
¿cómo no pude acostumbrarme a los rostros?
¿cómo no pude acostumbrarme al paisaje?
debí ser fuerte como un sueño de metal
para que no se duerma la espera
para decir una frase verdadera
para decirme un canto como un animal
quiero decir:
la casa ya no es grande
los niños no están
necesariamente no están
en este instante
es más terrible la belleza del mundo
así
sin fantasmas que alimentar
sin sueños cayendo en el desierto
sin ventanas
rostros de mí.
Pactos
La ciudad está vacía.
Esta angustia me obliga a escribir
me toca el alma
yo nunca hice daño
no maté a nadie
no aprendí a gritar la rabia de lo que nace
y aún soy un hombre
una criatura infeliz que sueña violentamente la esperanza.
Adentro
Como en una caída
perpetuada antes de nacer
me pierdo entre las sombras inmutables
que estremecen bajo las piedras
como en un sueño
mi cuerpo desnudo espera al enemigo.
Tributo
Insistamos en el canto.
El arte de los náufragos
consiste en dar vuelta el sentido de las cosas.
- 6 poemas de Cactus, de Jorge Curinao - miércoles 2 de septiembre de 2020