Purga
Si prefieres la tierra, has escogido lo que pesa
la vocación de tu mano, el nido de tus pies
lo que se queda en el puño y lo cubre todo.
Este es un camino que se abre en los sentidos
para alcanzar el fondo de lo oscuro,
recorrer el arrasamiento del amor y
vivificar los bosques secretos
habitados por el mismo ser
que se multiplica en reflejos y edades.
Este es el regreso a los propios frutos
y a los venenos propios
que requieren purga, poda, purificación.
Mensajera del reposo
Si alguien, de las muchas esencias que pisan y se agarran a la tierra,
nos recibiera,
sería la mensajera del reposo.
Su bienvenida está coronada
por ramitas aromáticas y sonajeros de piedra,
su sonrisa se alarga
como los pasos que nos han traído
y el ofrecimiento es la cuna de las semillas.
El redondo sueño sobre la hojarasca
el descanso entre las raíces
la mullida hierba sobre la humedad.
Sorber el musgo para la sed
imitar a las inmóviles moles conmovidas
de fecundidad, brisas y aguaceros
que muestran cómo entregarse al tiempo
y realizar lo vital, la energía, lo eterno.
Bautismo de arena
Seleccionar la semilla, separar lo nutricio, escoger por gusto,
discriminar cada matiz y construir…
Bordar o tejer las sustancias que se descomponen en luz,
esa es la magia de sal que aplica la vida
y esa gran viva que es la tierra oscura, la tierra de colores, las tierras.
Su tarea es el acogimiento de todo lo que cae
arrullar la materia
custodiar las esencias
anidar lo simple
destejer, ofrecer sin elegir.
En ese espejo reflejamos nuestro jugo
aquí venimos sucios de pensamiento y ego, avaricias y procacidad
para desnudarnos en lodo y terrones
frotar nuestra masa con la tierra pura, si nos lo permite
besar donde no hay huella.
Recibimos el bautismo de arena
nos presentamos como hijas hijos
pertenecientes, jamás dueños ni amos,
pertenecientes a las dunas y las praderas
partículas reformadas del vasto cuerpo estelar.
La montaña en sueños
Ojos anegados que el viento expande
siempre el horizonte para descansar la vista
para animar el pecho y las piernas inquietas.
Abuelas rocas indicando lo seguro y el amor
los colores emergiendo de su raíz de noche
hablo del cubierto interior del cuerpo
del secreto pulular de los insectos
del subterráneo reino del vigor.
Camino hacia la última línea del suelo que me sustenta
y no me importa si me hundo hasta las rodillas
el aroma del polvo húmedo me alegra
ahora que sube hasta mi cintura
puede ser que atravieso en sueños la montaña
que se agolpa en el pecho y crece sobre mis hombros
hormiguea mi garganta y amplifica mis oídos
soy el mismo elemento que me descompone.
Como si fueran vestiduras, me despojan de capas
me reconozco en lo orgánico y en lo mineral
en el parloteo ínfimo y laborioso de las membranas
aún soy tierra.
Inhumación
Yo misma me enterré.
Vengo de mi sepultura temporal
para darme el abrazo de la resurrección
para llevar mis heridas hasta su consecuencia final
llenarlas de fermento desgranado
y dramatizar mi agonía y muerte.
Mi funeral, entierro, despedida
dejé que me vencieran la demencia y el tormento
aquel dolor de abortar y enmudecer
realicé la muerte de todos los insultos y los errores
para dejarlos hasta el fondo bajo tierra
para abandonar mi presente enfermo
como pellejo pasado y sepultado,
me abandoné en la tumba abierta
para reventar una a una mis culpas y vergüenzas
y de su elixir ya se encargará
mi Madre diligente al sorber exangües y detritos.
Raíz
El tiempo tras la puerta de piedra
dentro del nicho asfixiante y helado
enrollada en la vasija,
termina en eclosión.
Me llamo desde afuera
y mi voz es la más dulce
mi nombre es asombroso
mi recuerdo es raíz
y mi cuerpo es florido y redondo.
Germina el infinito que soy
y el universo es tal cual yo lo sembré.
Cada flor en mi piel es signo
y el sabor del aire me hace sonrojar,
las potencias que me habitan
han venido con mi historia
les pertenezco y sé crear su música,
mis dones sin fin se presentan ante mí
y los nombro a cada uno
como a mi caligrafía, mi aliento, mis frutos.
Amortajar
También es iniciático que sean nombrados “otros”,
que se puedan velar y mirar por última vez
despedirse y amortajar
acompañar hasta la tumba y cubrir amorosamente.
También es propicio y sanador
enterrar las cosas muertas
los cadáveres de sentimientos
las memorias desangradas
lo que se ha podrido y amargado,
como se cubre una semilla
como se devuelve un niño a su madre
como se completa una tarea en el misterio.
También es conveniente manipular las pertenencias, los naipes,
los nombres, los talismanes, las cartas, los secretos
y por fin entregarlos confiadamente a su origen
para pasar al estado elegido
avanzar a la fase liberada
al momento de la sustancia experta, del alimento integrado
al tiempo de la comprensión iluminada con una estrella más.
Selva
Ofrendo lo que estalla en mi vida
y se me entrega la paz,
hundo en el cieno mi daga con ira
y se abren los hermosos surcos,
me desespero en la cobardía
y me acompañan y sostienen,
niego mis sueños y los destrozan
y nacen mil árboles perfumados
que cantan un verde balsámico
levantan la selva de mi cuerpo
y atestiguan mis estaciones completas.
Sólo en este paraje de mi espíritu
contemplo la acción vital de mis fuerzas,
cómo circulan hacia el bien
sin obstáculos y sin egos.
Me aquieto y confío
y el hogar crece dentro y me rodea,
sin mi esfuerzo el cuerpo sana
hacia un único vórtice de plenitud.
Rezo
Esta oración íntima yo la expongo y me contestan al salmo voces infinitas y eternas, infinitas como los granos de arena, voces eternas como la oscuridad.
Recorro y repito el rezo árido y un cuerpo inmenso responde verde.
Permanecemos juntas con nuestra tarea, tiramos una singular semilla a la era regada y brotan de nuestras almas respuestas, pájaros que anidaban profundamente, aves que cantaban esta oración íntima.
- Dulce (ciclo de tierra) - viernes 30 de junio de 2023