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Sagaces por dentro, sagaces por fuera

lunes 11 de noviembre de 2019
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José Rafael Pocaterra
Pocaterra es sagaz por dentro y por fuera. No dejó que la miseria, la ignorancia, las dictaduras ni los atrasos le dominaran el alma.
Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente;
porque los hijos de este siglo
son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.
Lucas
16.8

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Cuando era un niño escuchó el sonido de las balas y de la violencia dentro de su casa, el enfrentamiento entre el gobierno despótico y los insurgentes. Y al zaguán de su casa llegó uno de los rebeldes moribundos, escapándose de la muerte. Su madre y él auxilian al hombre caído, sangrante. Y entonces su progenitora le dice la mejor lección de patria: “Mira bien, hijo. Así está tu bravo pueblo”. Años después José Rafael Pocaterra sigue intentando salvar a ese bravo pueblo con escritos políticos e históricos en contra del despotismo de Cipriano Castro. Y entonces va a la cárcel. Pero allí entre torturas y encierro sigue su pasión autodidacta: aprende idiomas, conoce a otros rebeldes. Se mete en la piel y en la conciencia con más sagacidad, con más inteligencia y con más conocimiento al país, al mundo. Vuelve a salir de la cárcel. Y sigue su camino de funcionario público y de escritor consumado. Pero por su conspiración en contra de la dictadura de Gómez va a la cárcel de nuevo. Desde ese otro encierro sigue escribiendo.

En cada época —para superar sus males y sus atrasos sistémicos— emergen líderes que producen una sabiduría destrabadora de mentalidades retrógradas, de mentalidades obsoletas.

Al salir de la cárcel por vez segunda huye del país porque quieren matarlo. Y en el exilio sigue escribiendo y conspirando. Vive en Estados Unidos, en Canadá. La conspiración del Falke fracasa y le achacan la derrota. Sin embargo, se dedica a sus negocios, a los escritos. Con la llegada de la democracia al país, Pocaterra llega a ser gobernador del estado Carabobo. Es embajador de Brasil y de Estados Unidos. Cuando la dictadura de Pérez Jiménez toma el control vuelve a Canadá, donde permanece en sus actividades literarias y filosóficas. En 1955 viene por última vez a Venezuela, donde da un magistral discurso de liberación y de esperanza. Pocaterra es sagaz por dentro y por fuera. No dejó que la miseria, la ignorancia, las dictaduras ni los atrasos le dominaran el alma. Así viven los sagaces por dentro y por fuera. Porque en cada época —para superar sus males y sus atrasos sistémicos— emergen líderes que producen una sabiduría destrabadora de mentalidades retrógradas, de mentalidades obsoletas. Y estos líderes son más sagaces por dentro y son más sagaces por fuera. No tienen otras vías por las cuales surgir y triunfar.

 

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Así que lo que te convierte en sagaz por dentro y sagaz por fuera es la luz de la ciencia, de los saberes. Afirma el epistemólogo venezolano Miguel Martínez Miguélez que la mentalidad sagaz está basada en los diez postulados de la nueva ciencia (Miguel Martínez Miguélez, Nuevos paradigmas en la investigación, Caracas, Editorial Alfa, 2009, pp. 84-85):

“el ser no se da nunca a nadie en su totalidad, sino sólo según ciertos aspectos y categorías” (Aristóteles, Metaf. Lib. iv); toda observación es relativa al punto de vista del observador: es la teoría la que decide cómo se puede observar (Einstein, 1905: ver Bronowski, 1979: 249); toda observación afecta al fenómeno observado (Heisenberg, 1958b); no existen hechos, sólo interpretaciones (Nietzsche, 1972); estamos condenados al significado (Merleau-Ponty, 1975); ningún lenguaje consistente puede contener los medios necesarios para definir su propia semántica (Tarski, 1956); ninguna ciencia está capacitada para demostrar científicamente su propia base (Descartes, 1983); ningún sistema matemático puede probar los axiomas en que se basa (Gödel, en Bronowski, 1978: 85); hay tantas realidades como puntos de vista (Ortega y Gasset); la pregunta ¿qué es la ciencia? no tiene una respuesta científica (Morin, 1983).

Es decir, producir ciencia implica un rompimiento en las estructuras caducas de lo inerte y del estancamiento. Es tiempo de producir semánticas de progreso, vocabularios de innovación. Es ciencia para gente que aniquila tinieblas, que quebranta opresiones. Sagaz por dentro cuando adquieres conocimiento. Entre más luz más sagacidad. Es Santos Luzardo ganando la batalla a las barbaries. Es saber quién eres, lo que representas para ti mismo y para tu familia. Sagaz por dentro. Es el Abra Solar de Alejandro Otero que nos profetiza esa verdad interior.

 

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Por su parte, otro científico social venezolano, Gabriel Ugas Fermín, declara: “Vivimos en un ecosistema comunicativo que configura un nuevo clima cognoscitivo y de aprendizaje” (Gabriel Ugas Fermín, La educada ignorancia, Ediciones del Taller Permanente de Estudios Epistemológicos en Ciencias Sociales, Tapecs, Venezuela, 2007, p. 46). En otras palabras, para ser sagaz por fuera hay que saber moverse en los diferentes climas cognoscitivos del mundo actual. Hay climas hostiles, hay climas de caos, climas de viveza criolla. Pero cuando eres más sagaz trasciendes los climas tóxicos. Tus saberes son más fuertes que las tinieblas. Tu actitud de sagaz vence la desidia, la mentira y los desmadres. Porque cuando eres más sagaz irrumpes con una cosmovisión de autoridad, con una cosmovisión de águilas.

Los sagaces podemos reconstruir con cultura y con esfuerzo nuestro país de cualquier maldición, de cualquier corrupción.

Otro investigador venezolano, Marcos Barrera Morales, sostiene que “para que exista algo denominado cosmovisión se requiere básicamente la presencia de cinco elementos: antropología, teología, sociología, geografía e historia” (Marcos Fidel Barrera Morales, Análisis en investigación, Caracas, Ediciones Quirón, 2009, p. 82). La antropología responde la pregunta ¿quién soy? La teología responde la pregunta ¿existe Dios? Es la concepción de lo divino, activa las religiones, determina el credo. La sociología responde la pregunta ¿quién es el otro?, conlleva el modelo de la sociedad. La geografía responde la pregunta ¿en dónde estamos?, determina el lugar y el espacio de nuestra acción. Y la historia responde a las preguntas ¿de dónde venimos?, ¿qué hacemos aquí?, ¿para dónde vamos?; por lo tanto, devela los tiempos humanos. Y nosotros somos más sagaces cuando nuestra cosmovisión genera empoderamiento, riquezas y bienestar.

 

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Argumenta el intelectual venezolano Arturo Uslar Pietri que en la historia de América Latina se han implementado por lo menos cinco grandes propuestas ideológicas: la empresa de conquista y colonial, la empresa de la Independencia, la empresa de la república, la empresa de la democracia y la empresa de la globalización (Arturo Uslar Pietri, Nuevo mundo, mundo nuevo, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1998, p. 353-364). Somos sagaces cuando nuestra acción por dentro y por fuera penetra en todas las esferas de nuestro continente. Nos sabemos parte de una historia que sigue haciéndose y así vencemos el subdesarrollo y el fárrago. Por su parte, el historiador venezolano Andrés Stambouli afirma que en el siglo XX en Venezuela se han aplicado por lo menos “siete proyectos de país: integración nacional (1900-1936), la modernización del Estado (1936-1941), primer intento democrático, desarrollismo militar, democracia de consensos (1958-1983), reformas del Estado (1984-1993) y la revolución bolivariana” (Andrés Stambouli, La política extraviada, Caracas, Fundación para la Cultura Urbana, 2002). Los sagaces podemos reconstruir con cultura y con esfuerzo nuestro país de cualquier maldición, de cualquier corrupción. Somos más sagaces para ser espirituales, somos más sagaces para hacer negocios, para hacer la política de altura.

 

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Proclamó el gran poeta llanero Francisco Lazo Martí: “Felices los que llenos de bravura / siguen como las águilas su vuelo / a través de los nublos de la altura / y contra el rayo asolador del cielo” (Francisco Lazo Martí, Poesía, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 2000, p. 32). Más sagaces para volar, más sagaces para brillar, más sagaces para ser el Abra Solar, más sagaces para ser el Santos Luzardo que vence barbaries, ser más sagaces para romper cárceles como Pocaterra y vencer por dondequiera. Sagaces por dentro y por fuera.

Salvador Montoya

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