Poemas
Judith Rozo Suárez
(sin título)
Mi ser se inflama y explota
el exiguo espacio que ocupaba
queda en libertad de mí.
Ahora podré ser etérea
viajante de universo sideral,
me involucro en las mentes,
transgredo los cuerpos
y me excedo en ellos.
No hay abstinencia ni moral,
ya no me podrán detener,
esas manos con poder de mundo,
traspasan mis estaciones
Corro riendo, atravesando
todos los muros gigantescos
que ya jamás volverán a aprisionarme
De pronto al detenerme
y aspirar hondamente
toda esta locura,
noto que la soledad cotidiana
no se ha movido de mi alma.
Acepto regresar a retornar
los pedazos de existencia
con la paz que me ha dado
una ficción,
la mágica persistencia de la vida
No pude prescindir de ella
y su tenacidad
Heme aquí de nuevo,
frente a mí,
esta breve ilusión
se niega a morir,
estoy conmigo otra vez.
Mi mejor amante
Mis pasos acarician la calle
y copulan con ella,
sólo uno y me
compadezco de los postes
mirándonos con envidia,
a ellos me abrazo recibiendo
éxtasis amoroso,
soy infiel, somos todos,
me arraigo en las bocas
de los semáforos ardientes,
deseados besos cruzados,
las líneas del asfalto
me alargan sus manos
intentando tocarme,
iluminada estoy siempre,
las bombillas se resisten
a dejarme, los prados,
los escasos árboles,
los muros silentes,
las esquinas, las puertas,
el ruido el desarraigo de la noche,
todo como amantes inconmovibles.
Debo finalmente confesar,
¡Soy tan urbana!
(sin título)
Mordaza que destruyes
cadena que desatas
cárcel de la que rompes
puertas
sentimiento de mil
necesidades
Carrera frente al tiempo
juventud que no se desecha,
esperanza germinadora
Te regalo mis espacios
te ofrezco la sencillez
en mi mano tu dolor
es circunstancia de vida
Ven y ronda conmigo
el destino incierto del futuro
atrevámonos a entrar en él,
que estando contigo
no hay mal que no pueda conjurarse
Olvido mis rencores,
desapareces los temores,
mi prisión es invisible,
todo porque ahora puedo decir
que eres también
un amigo de silencios.
(sin título)
Volemos a las regiones
desérticas de la tristeza
traspasando el dolor
y venciendo la derrota
Acompáñame a recuperar
la esperanza y el anhelo
reservemos el sufrimiento
como experiencia
Obséquiame tu sabiduría
yo te daré mi ser falible
convirtámonos en el color
del mundo
Asume por primera vez
mi vida como tuya,
haciendo de este corazón
de arcilla,
cristal magnífico, invariable
y fuerte
En el silencio harán eco
nuestras palabras,
en el fuego serán intocables
nuestros cuerpos mortales,
seremos etéreos en el aire
apoderados de la lluvia
para que nunca toque de nuevo
nuestros ojos
No habrá memoria ni olvido
dame tu alma para soñarte
tendrás la mía para añorarme,
condenémonos a estar unidos
en un solo camino de
mil trazos.