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Venezuela negra Una faz negra muestra Venezuela por estos días. El 15 de diciembre, mientras se desarrollaba en el país un referendo aprobatorio para decidir si se sanciona la nueva Constitución Nacional, hizo crisis el techo del cielo sobre nosotros. Las lluvias constantes que durante las últimas dos semanas venían cayendo sobre la región costera de Venezuela terminó por provocar la más terrible catástrofe natural en la historia de nuestro país. Con cálculos "optimistas" que se acercan a los 300.000 afectados, y en los que no se incluyen ni por asomo las implicaciones que este terrible momento tendrán para el futuro, los venezolanos nos encontramos actualmente atisbando apenas lo que será la larga tarea de reconstruir a la nación. La triste situación había sido prevista durante mucho tiempo por geólogos y otros profesionales relacionados con este tipo de problemas, pero una mezcla de circunstancias postergó las medidas hasta que la muerte azotó a gran parte del territorio venezolano, especialmente al estado Vargas. Como podrán haber visto los visitantes de nuestro sitio en el Web, Letralia se une al luto nacional y publica, en una portada provisional, algunos datos que permitirán a nuestros hermanos latinoamericanos colaborar con los miles de damnificados que dejaron las crecidas de ríos y los derrumbes. Ya esta colaboración se ha materializado en múltiples formas, por lo que agradecemos a nuestros amigos del continente, y del mundo, con una mano en el corazón. A otros temas: nuevamente Letralia se cubre de rubor en el que ha sido su retraso más largo. Empecinados en el propósito de ser consecuentes, hemos publicado esta edición manteniendo el sistema de fechas en la cabecera y el final de la revista, aunque tenemos más de quince días de retraso. La última edición de 1999 circulará la próxima semana, y esperamos poder nivelar nuestro tiempo para el año que comienza. Sabemos, y agradecemos a todos por ello, que nuestros lectores nos esperan con fidelidad, más interesados en nuestra sustancia que en el aspecto meramente cronológico. Cerramos este apurado —y nunca suficientemente avergonzado— editorial con una acotación lingüística: nuestros más avezados lectores habrán notado que, en cuestión de fechas, Letralia ha preferido anteponer la preposición "de" al año 2000. Es decir, que para hablar del primer día del año próximo, no decimos "1 de enero del 2000", sino "1 de enero de 2000". La razón es sencilla: si antes nos referimos a los años con la preposición "de" (como en "6 de diciembre de 1999"), no hay por qué cambiar la norma al arribar al año 2000. Pues bien: un comunicado reciente de la Real Academia Española de la Lengua coincide con este parecer al declarar exactamente el mismo razonamiento. "En español", dice el comunicado de la RAE, publicado en su sitio en el Web, "el uso habitual en la expresión de las fechas establece que entre la mención del mes y del año se interponga, sin artículo, la preposición 'de': 1 de enero de 1999. Sí es necesario anteponer el artículo 'el' si se menciona explícitamente la palabra 'año': 15 de enero del año 1999". Como decimos aquí, en Venezuela, la tierra de la Tierra de Letras: no te llevo nada.
Jorge Gómez Jiménez Letralia, Tierra de Letras, es una producción de JGJ Binaria. Todos los derechos reservados. ©1996, 1998. Cagua, estado Aragua, Venezuela
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