Poemas
Luz Aceituno
Los versos más tristes
Podrías haber escrito
los versos más tristes
esa noche
esa tarde
ese día
sin embargo
no lo hiciste
te bastaron letras melosas
superficialmente tristes
pero
nunca
llegaste al punto
en que tu poesía
carcomiera tus entrañas
succionara tu sangre
o vomitara dolor.
Podrías haber escrito
los versos más tristes
esa noche
esa tarde
ese día
sin embargo
no lo hiciste
te bastó abrazar a Matilde
pero
nunca
llegaste al punto
en que tus letras
la mataran
la desgarraran
o la convirtieran en mártir.
Podrías haber escrito
los versos más tristes
esa noche
esa tarde
ese día
sin embargo
nunca en tu vida
lo hiciste.
No todas queremos ser reinas
No todas queremos ser reinas
ni escribir correctos poemas
con buena métrica
con estudiada técnica
ni adoptar versos insípidos
en vez de parirlos con dolor.
Yo no quiero ser como tú
ni escribir como tú
ni llorar como tú
quiero gemir los verbos
vomitar los adjetivos
defecar los sustantivos
sudar los adverbios
sangrar cada letra
hasta quedar literalmente
anémica y muerta.
El beso de la muerte
En mis labios
tienes el veneno
que necesitas
para suicidarte.
Bésame
y te contagiaré
mis pocas ganas
de vivir.
El ritual de la ira
Reprimo la rabia que siento
aparentemente impasible estoy
sin embargo, podría llegar a matarte
si visitas mi mente lo descubrirás.
¡Bienvenido a mi reino!
quebrantado por el desengaño que siento
gratuitamente obtendrás mi ira
prueba de mi sutil venganza personal.
Primero te encontrarás con una fiera
cuyas garras vapulearán tu piel
desgarrando tu cuerpo indefenso
mientras el miedo es tu único acompañante.
Luego los cuervos precederán el ritual
uno devorará tus ojos lentamente
mientras otro te arrancará la lengua
privándote de dos de tus sentidos.
Posteriormente le tocará el turno a la serpiente
que se alimentará de tu sangre
extendiendo por tu organismo débil
el flagelo inherente al veneno.
Finalmente tu cuerpo estará totalmente paralizado
no podrás verme, tampoco hablarme
únicamente te quedará oírme
mas el silencio será mi venganza.