De súplicas y naufragios
Javier Flores
(Nota del editor: Publicamos un adelanto del poemario De súplicas
y naufragios, de la escritora argentina Javier Flores. El libro
aparecerá en Argentina en marzo de 2000).
Ruge... ruge
La calesita ruge en su silencio
y nos reímos
en un banco tan grande
como el silencio
de ella.
¿Y entonces?
¿Qué será de la calesita
cuando comience a girar
lenta,
atestada de edades
y otras edades;
sentadas a un costado
observando
a las que agita
con su palma de madera?
¿Qué?
Quizás nos molestemos
y nos vayamos a casa.
O simplemente la insultemos.
Lo que queda
Qué días felices
cuando me pregunto para quién respiro.
Que la vida sea un juego que se falsea
como las manos transpiradas
donde resbalan los saludos
Donde el amanecer
es sólo una ventana del pintor
que ya no pinta
porque el color
le devoró el habla
y
finge
una mueca de asombro
y es el mismo amanecer
donde el preso agota sus ojos
la vida se falsea
en un maldito mecanismo
oxidado
por lágrimas de alguien
que ya no aguanta
todavía,
algunos tienen esa osadía
de nacer a la misma hora
en que otros
abandonan.
Acto primero
Vivir muriendo
aunque sea un ensayo.
Revolucionar
aunque sea un instante.
la fractura
la sensación
caer en su lógica
sería suicidar al llanto.
En un mundo al revés
el murciélago muere de pie.
Bastón
Cansado es como estar
olvidado
¿qué pregunta
alarga el día
si nos detenemos
en un terreno baldío?
La mujer de polleras negras
guarda sus gatos
entre las medias
porque han
conspirado con su tiempo
dulce jesucristo
en pose tremenda
teme
que la mujer
le dé la espalda
en un baldío.
Dominó
Y al fin aprendió a contar
La asfixia de sostenerme
el desorden de la caída
el tumulto de los abrazos
el grito del adiós
el tarareo del fracaso
la esperanza de la risa
el tarareo del fracaso.
Fuga
El tiempo
es un envase de leche
recién ordeñada
apenas vencida.
Menú
Que seamos
dos elefantes en celo,
mordiéndonos.
El café de la siete de la mañana
de los domingos,
la música clásica
con ventanas cerradas
Desde la cama
hasta el otro domingo
sucios,
con comida encargada
de vez en cuando a la televisión
le gritamos requiems de polkas
Te propongo
lamer los derechos
con cuchara de lengua
y
sentir que somos
algo impredecible
que somos
una excusa que se confiesa en el baño
tirar de la cadena
y enamorarse.
Trabalenguas de existencia
Madres de masas;
enorme teta
donde nos balanceamos
hasta la muerte.
Frenéticos cachorros
mordiendo la ubre
porque la sangre
nos da el color de nuestros ojos,
morir bajo la protectora sombra
de la madre.
El testigo pide perdón
¿Cuánto cuesta el crimen de la soledad?
tengo un cuchillo
suicidando las ganas
Te lo pregunto
Si nos cortamos las venas
hay un mar
¿Será el éxodo del pez
hacia la jaula?
Naturaleza muerta
Las aldeas duermen tu invierno
de palabras
que tiritando se colgaron,
se los ve desprotegidos,
animales rompiendo la vagina,
esa calma
de naturaleza muerta
que tiembla.
Un abismo de flan
explica el cielo
del pequeño hombre.
Como tiene que pasar
para que la vida pase
el puerto se hunde
detrás tuyo
al borde de tu sombra,
bostezar lobos buscando luna entonces,
"el universo es paranoico
si el mundo es redondo"
frase de tren
dentro de la uña.
Boca de lobo en protesta
a no ser redonda,
la sombra del reloj
en el esqueleto.
Formulario del después
Al acariciar un vidrio
siento la disciplina de cuidar las manos
esto es el infierno que se entristece al pasar el tiempo
en la repisa
siempre habrá fotos que rompieron el cristal
el gesto de la voz
los labios
en el purgatorio de los recién nacidos
sin embargo,
de la ausencia del que se juega a todo o nada
aprende el tonto
la sabiduría de la mentira,
¿quién quiere cenar a la luz de las velas?
Sin embargo el destino nos asombra.
Está el sujeto
que pase la vida en su jardín de hielo
y entre tantas inundaciones aprenderá a nadar.
Esta silla vive preparándose para mi muerte
solo en la abundancia, las hojas de otoño
son pequeñas palomas
Comprendo
tal vez
una censura
del hastío,
demonios cansados de bostezar hambre en las esquinas
¿quieren calmarse?