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Jorge Gómez Jiménez |
La leyenda urbana de García Márquez, Borges y Neruda Hace ya más de diez años que se puso a correr el poema "Instantes", de la escritora estadounidense Nadine Stein, como la última creación del genio argentino Jorge Luis Borges. La fuerza del rumor fue tan avasallante que hoy, una década más tarde, miles de personas creen conocer a Borges por ese poema. Nunca falta en un encuentro sobre literatura algún desprevenido que dice ser capaz de recitar "el último poema de Borges", y hasta Jaime Bayly, que se precia de ser un escritor y además galardonado, incurrió en el ridículo de discutir sobre el punto en una entrevista con María Kodama. Por cierto que ha sido Kodama la que ha llevado la peor parte de ese embrollo en particular. Empeñada en que se aclare el asunto —lo cual realmente no tendría mayor importancia, si recordamos que el mismo Borges gozaba de crear textos con apariencia apócrifa—, la viuda del escritor deambula por el mundo gritando a los cuatro vientos que el texto no es de él sino de la Stein, con resultados claramente vanos: inclusive hay publicaciones literarias que no dudan en incluir el "último poema" en sus repertorios. Ahora le ha tocado el turno a García Márquez. En enero de este año empezó a publicarse en Internet el texto "La marioneta", atribuido al escritor colombiano, que inclusive en algunas de sus líneas recuerda a "Instantes": "Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo". Escrito en forma de prosa seudopoética, "La marioneta" —que se esparce por los rincones de la red anunciando ser la despedida de García Márquez ante una supuesta inminente muerte ocasionada por su cáncer linfático— es una de las más estruendosas muestras de lo que, en función de alejarse de la cursilería, debe evitar cualquier escritor que pretenda tener un futuro en el oficio literario. Y así mismo lo ha declarado el premio Nobel 1982: "Lo que me puede matar es que alguien crea que escribí una cosa tan cursi". Sin embargo, ya está García Márquez condenado, en nuestra humilde opinión, a vivir el resto de sus días, y la inmortalidad que ya tiene asegurada, con esa incómoda manchita en su currículum. Esta es una de las primeras ocasiones en las que se evidencia la fuerza incontenible que ha cobrado la red de redes, en cuanto a sus posibilidades de difundir información, sea ésta correcta o no. Una nota tristemente graciosa para cerrar este editorial: tocamos el tema justamente porque, en un periódico venezolano, se ocupó más de media página, recientemente, en hablar del ya cercano fin de los días del escritor colombiano, siempre atendiendo a lo que dice "La marioneta". El diario en cuestión, con una enorme fotografía de García Márquez presidiendo la página, publicó la información con una nota marginal en la que afirmaba que el texto atribuido al colombiano "recuerda el tono usado por el escritor argentino Jorge Luis Borges, cuando escribió en aquel famoso poema su célebre frase 'Confieso que he vivido'". En fin. No es sólo literatura lo que contiene la literatura. De vez en cuando hay que reírse.
Jorge Gómez Jiménez Letralia, Tierra de Letras, es una producción de JGJ Binaria. Todos los derechos reservados. ©1996, 1998. Cagua, estado Aragua, Venezuela
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