
La voluntad de narrar es una condición humana ya evidenciada en las cuevas de Lauscaux. El lenguaje marcó la diferencia entre los homínidos y los animales y sirvió de instrumento para crear los grandes metarrelatos. En el ensayo “Chisme y relato” el cuentista colombiano Julio César Londoño señala: “Yuval Noah Harari (Sapiens, de animales a dioses) reconoce que el lenguaje del hombre primitivo tenía dos grandes líneas, información y ficción. Era informático para decir, por ejemplo, ‘¡Cuidado, hay un león en el río!’. La ficción la utilizaron para exagerar las hazañas de una jornada de caza, inventar dioses, justificar jerarquías y joder al débil”. El lenguaje es el sustrato de enormes redes simbólicas. Para Yuval esas redes simbólicas dieron origen a las grandes civilizaciones y marcaron el camino del Homo sapiens de animales a dioses.
Procurar una antología del cuento obliga a cometer un triple artificio: no sólo creer que una antología es objetiva, sino pensarla autónoma y suficiente.
En el proceso de transformar la palabra hablada en palabra escrita, la voluntad de narrar del ser humano se convirtió en artificio, es decir, arte y oficio. El artificio de la palabra —el lenguaje oral— conduce al ser humano al arte de la palabra escrita: la literatura. Un largo proceso de especialización en el artificio que lleva a la configuración de los denominados géneros literarios: poesía, cuento, novela, minificción. No debe extrañar por ello que escritores y teóricos reflexionaran y crearan diversas preceptivas del cuento. Horacio Quiroga, por ejemplo, propuso un “Decálogo del perfecto cuentista”, y en uno de sus preceptos establece: “Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento”.
Toda antología es precaria e incompleta. Procurar una antología del cuento obliga a cometer un triple artificio: no sólo creer que una antología es objetiva, sino pensarla autónoma y suficiente. Toda antología, además del conocimiento que el objeto precisa, padece del gusto del antologista. He allí la fuente de su precariedad, la esencia de su artificio. Ello sin contar con el tercer trípode de toda antología: el artificio del otro como lector, sin el cual ninguna antología sería posible.
Referenciar esta como una “antología fundamentada” no significa cometer pleonasmo, por el contrario, revela la metodología que la alienta. A diferencia de una antología tradicional, Esto es otro cuento no sólo incluye a los autores y las obras antologadas sino las reflexiones de los propios autores o de sus críticos sobre las condiciones que fundamentan el artificio del contar.
Respecto al cuento como artificio de la palabra, el gran cronopio Julio Cortázar asevera: “El signo de un gran cuento me lo da eso que podríamos llamar su autarquía, el hecho de que el relato se ha desprendido del autor como una pompa de jabón de la pipa de yeso”. E insiste sobre el consejo de Quiroga: “La noción de pequeño ambiente da su sentido más hondo al consejo, al definir la forma cerrada del cuento, lo que ya en otra ocasión he llamado su esfericidad, pero a esa noción se suma otra igualmente significativa, la de que el narrador pudo haber sido uno de los personajes, es decir que la situación narrativa en sí debe nacer y darse dentro de la esfera, trabajando del interior hacia el exterior, sin que los límites del relato se vean trazados como quien modela una esfera de arcilla. Dicho de otro modo, el sentimiento de la esfera debe preexistir de alguna manera al acto de escribir el cuento, como si el narrador, sometido por la forma que asume, se moviera implícitamente en ella y la llevara a su extrema tensión, lo que hace precisamente la perfección de la forma esférica”.
El singular novelista mexicano Juan Rulfo no duda en extremar la condición del cuento como artificio y al escritor como ese prestidigitador que prolonga el artificio de la imaginación y sin temor se autocalifica como mentiroso: “Uno de los principios de la creación literaria es la invención, la imaginación. Somos mentirosos; todo escritor que crea es un mentiroso, la literatura es mentira; pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación. (…) Para mí el cuento es un género realmente más importante que la novela porque hay que concentrarse en unas cuantas páginas para decir muchas cosas, hay que sintetizar, hay que frenarse; en eso el cuentista se parece un poco al poeta, al buen poeta”.
Por su parte, Jorge Luis Borges, el hacedor de laberintos, al reflexionar sobre su proceso creativo determina la condición ineludible del artificio de contar: “Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra de un modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a ocurrir algo y eso que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento, el principio y el fin. (…) Es necesario que el escritor que escribe una fábula ‘por fantástica que sea’ crea, por el momento, en la realidad de la fábula”.
Y el colombiano, Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, señala la exigencia perentoria del artificio de contar: “Si uno quiere ser escritor tiene que estar dispuesto a serlo veinticuatro horas al día, los trescientos sesenta y cinco días del año. ¿Quién fue el que dijo aquello de que si me llega la inspiración me encontrará escribiendo? Ese sabía lo que decía. Los diletantes pueden darse el lujo de mariposear, de pasarse la vida saltando de una cosa a otra sin ahondar en ninguna, pero nosotros no. El nuestro es un oficio de galeotes, no de diletantes”.
Referencias bibliográficas
- Borges, Jorge Luis, y Osvaldo Ferrari. Diálogos, Barcelona, Seix Barral, 1992.
- Cortázar, Julio. Rayuela. Madrid, Cátedra, 1963.
—. Bestiario. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1951.
—. Historias de cronopios y famas. Buenos Aires, Minotauro, 1962. - García Márquez, Gabriel. “Cómo contar historias. Palabras de García Márquez en un taller literario”. En: Nalgas y Libros (5 de septiembre de 2016).
- Piglia, Ricardo. “Tesis sobre el cuento. Los dos hilos: análisis de las dos historias”. En: Aula Letralia.
- Rulfo, Juan. “El desafío de la creación”. Suplemento Confabulario, diario El Universal, México.
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