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Mujeres en la narrativa gráfica colombiana

jueves 15 de marzo de 2018
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Coordenadas de aproximación

A partir de los aportes de la tesis doctoral Psicogénesis de la risa, la risa como constructora de cultura, y desde la geloslogía, se tienden puentes con las diferentes objetivaciones semióticas de la caricatura para establecer las notas características de la caricatura gráfica (caricatografía) y los géneros que la integran. Posteriormente con los aportes teóricos de la tesis de maestría La caricatografía en Colombia, propuesta teórica y taxonómica, este artículo consigna algunos de los hitos significativos de la historia de la caricatografía colombiana en sus distintos géneros para, finalmente, desarrollar el perfil de las mujeres colombianas destacadas en el arte de la caricatografía.

La geloslogía (término creado etimológicamente a partir del griego gelos, “risa”, y logos, “estudio”) se entiende como la disciplina que, desde la transversalidad del saber, tiene por objeto el estudio de la risa simbólica o geliá, y sus mecanismos en los ámbitos de la subjetividad (el sujeto, el humor, lo humorístico y el bienestar), de la intersubjetividad (la sociedad, lo cómico, la comicidad y la comodidad) y de las mediaciones (la realidad del habla, las objetivaciones semióticas, la caricatura, lo caricaturesco y la creatividad) en el sistema circular de la cultura, con el propósito de ponerlos en valor y aplicarlos socialmente en el logro de más altos niveles creativos y mayores niveles de bienestar y desarrollo humano.

Desde este nuevo paradigma de comprensión se ha planteado que la caricatura (derivación etimológica del italiano caricare: recargar, exagerar) es, en esencia, la exageración de un fenómeno, una acción, un movimiento, una situación, con la intención de producir reacciones humorísticas en otro significante, a través de cualquier tipo de medio: oral, escrito, gráfico, tridimensional, audiovisual (Villegas, 2003). Lo gráfico, es necesario insistir por aquello de la resistencia al cambio, no es la única forma de hacer caricatura, y se denomina caricatografía.

En consecuencia se puede definir la caricatografía como aquella expresión gráfica (ícono-visual bidimensional) que tiene por intención acentuar las gesticulaciones sociales para revelar las intenciones reales de los actores sociales que amenazan valores considerados universalmente válidos, favoreciendo la catarsis social. Se denomina caricatógrafo al artista que encuentra en la caricatura gráfica un vehículo apropiado para crear conciencia colectiva, provocando y castigando con la risa a los actores sociales. El caricatógrafo y la caricatografía constituyen, en consecuencia, un campo especializado de la caricatura y el ámbito de indagación específico del presente trabajo.

Colombia presenta a lo largo de su historia, y especialmente en el último siglo, un valioso desarrollo de la caricatografía que le ha permitido registrar y expresar su visión del mundo sobre diversos aspectos socioculturales en cada momento de su devenir. Este acervo simbólico ha pasado desapercibido, y grandes caricatógrafos han desaparecido sin merecer la más breve reseña, e incluso han desaparecido con sus creadores obras gráficas de gran valía artística; obras que han pasado a manos de familiares que no poseen los conocimientos o recursos gráficos de los antecesores, o con desconocimiento o desinterés total por la expresión estética que les ha llevado a consignar en el cuarto de san Alejo los trabajos realizados por sus antepasados, cuando no a deshacerse de ellos y regalarlos a amigos cercanos.

Afortunadamente hay quienes se han preocupado por recuperar este tipo de obras, que al parecer tuvieran la fugacidad de los diarios en los cuales han sido publicadas. Se registran entonces proyectos editoriales que varían desde publicaciones que reducen su alcance a la presentación de los trabajos de algún caricatógrafo, con prólogos circunstanciales, hasta la compilación y los estudios profundos sobre la obra de un caricatógrafo determinado, como el realizado por Germán Colmenares: Ricardo Rendón, una fuente para la historia de la opinión pública, editada por el Fondo Cultural Cafetero (1984).

Cabe destacar, para la historia de la caricatografía colombiana, la importante labor adelantada por el Banco de la República, bajo la conducción de la pintora Beatriz González y un grupo de investigadores culturales que se dieron a la tarea de compilar una serie de catálogos de las obras de los caricatógrafos colombianos bajo el título Historia de la caricatura colombiana, el más serio y completo intento de compilación de memoria gráfica de la caricatografía colombiana. El trabajo, que tenía por finalidad propiciar la reflexión y recuperación, desde la perspectiva regional, de la producción caricatográfica nacional, se quedó a mitad de camino por el cambio de políticas institucionales. Tal vez la tarea inconclusa de esta ambiciosa obra negó, a los interesados en el tema, la posibilidad de tener, al final, una propuesta coherente y una visión totalizadora de la historia de la caricatografía colombiana, pero también abrió las puertas para que se intentara esta tarea, e incluso permitió que algunas facultades de comunicación aceptaran tesis de grado sobre esta materia y se empezaran a establecer líneas de investigación en sus programas académicos.

Otro caso importante en la escasa bibliografía sobre el tema se presenta en libros que dan cuenta de uno de los géneros de la caricatografía: la historieta. Como expresión de una visión eurocentrista, este tipo de obras le da más importancia a una historia ya contada que a la revisión de nuestra producción. Existe otra forma de divulgación que se debe señalar en este trabajo: la existencia de colectivos culturales que hacen circular sus universos simbólicos en escenarios internacionales, nacionales y regionales, a través de concursos, exposiciones, festivales, catálogos, libros y revistas, que terminan en manos de coleccionistas y estudiosos del tema. Gracias a la producción de esos colectivos, existe un material de investigación que debe ser recogido, catalogado y puesto al servicio de los interesados en el tema, para que Colombia pueda dar cuenta de este patrimonio artístico y cultural.

 

La caricatografía y sus géneros

Un caricatógrafo puede expresar su pensamiento a través de diversos géneros o modalidades caricatográficas, cada una de las cuales posee notas características que permiten establecer delimitaciones conceptuales básicas. Estos géneros son: la caricatografía política, que tiene como propósito comentar de forma satírica un suceso acaecido en un lugar y tiempo determinado; la fisonomía caricatográfica, relacionada con el diseño del rostro humano de manera humorística; el humor caricatográfico o la interpretación irónica o absurda de un fenómeno social con pretensiones de universalidad; la ilustración caricatográfica entendida como la forma de interpretar de manera graciosa la especificidad de un texto; el ensayo caricatográfico concebido como el tratamiento sintético de un tema acompañado de comentarios caricatográficos; el personaje caricatográfico, una protohistorieta que comenta con gracia, en una sola viñeta y a través de un personaje, un complejo fenómeno personal o social, y la historieta, definida como una estructura narrativa formada por la secuencia progresiva de pictogramas, en los cuales pueden integrarse elementos de escritura fonética (Gubern,1994).

Es necesario anotar que los géneros caricatográficos no son excluyentes y algunos de ellos se realizan préstamos de notas características para lograr sus propósitos comunicativos.

 

Caricatografía colombiana con rostro de mujer

En los distintos géneros caricatográficos caracterizamos a lo largo del presente artículo la presencia de la mujer colombiana impulsando el arte de la caricatura gráfica; a continuación reseñamos los nombres de mayor trascendencia.

 

María Edith Jiménez

María Edith Jiménez

El terreno de la caricatografía política y social en Colombia ha sido abonado principalmente por la producción masculina; sin embargo, es necesario señalar en este género la presencia de la mujer con las realizaciones de Atala Márquez, quien publicara en el diario Voz Proletaria, hoy Voz, con el seudónimo de Camila, en homenaje al sacerdote guerrillero, y María Edith Jiménez, caricatógrafa quindiana, nacida en Armenia (1976), quien es una de las pocas mujeres que en su momento realizaron caricatografía política en Colombia. María Edith ganó el Premio Jóvenes Talentos del Salón Antonio Valencia (1999), promovido por el Instituto de Bellas Artes del Quindío. Publicó sus primeras ilustraciones en el libro Talleres de la infancia, editado por el Comité Departamental del Quindío, y en la revista La Nota Agropecuaria, de la Cooperativa de Caficultores de Armenia. Desde 1998 hasta el año 2000 realizó caricatografía política con La Crónica del Quindío. En ese mismo año se trasladó a Bogotá e inició estudios de diseño gráfico en Cide.

 

Cecilia Cáceres Amaya, Ceci

El taller de humor

La fallecida Cecilia Cáceres Amaya, quien firmaba como Ceci, fue una de las caricatógrafas fundamentales de la caricatografía colombiana pues ella dio pábulo a uno de los colectivos del hito de los asociados que se ubica en Bogotá, y más exactamente en los predios de la Universidad Nacional. De acuerdo con la información brindada por Germán Fernández, fue a partir de un trabajo propuesto por el semiólogo Javier Álvarez, en la asignatura Teoría de la imagen, que la ya fallecida Cecilia Cáceres, Ceci, estudiante para ese entonces de diseño gráfico, realiza una exposición denominada “El taller de humor”, donde convoca a estudiantes de distintos programas académicos con un interés personal: el humor caricatográfico. Este taller se formaliza y empieza a ser liderado por Bernardo Rincón y Jorge Grosso; a él se vinculan Juan Carlos Nicholls; Germán Fernández; Diego Herrera, Yayo; Marco Pinto; Jairo Peláez, Jarape, y Víctor Sánchez, Unomás. Las revistas estudiantiles Mofeta, Humorun y El Bus fueron los vehículos iniciales para la presentación de los trabajos de los caricatógrafos asociados a “El taller de humor”. En 1988 Ceci crea el personaje caricatográfico “Miss Cosas”, para la revista Carrusel de El Tiempo.

 

Elena María OspinaElena María Ospina

Elena María Ospina —Elena—, ilustradora antioqueña nacida en Medellín en 1962, aporta una visión especial a la ilustración caricatográfica colombiana de opinión al participar en la creación de la revista Los Monos de El Espectador. En este diario, bajo la conducción de Clara Elena Cano y la asesoría del historietista Jorge Peña, generó, a través de sus dibujos y juegos, un proceso pedagógico y lúdico que transformó el escenario de las publicaciones infantiles en Colombia. Luego de trabajar varios años vinculada a El Espectador se independizó y constituyó, con Luis Eduardo León, León y Elena Diseñadores, la sociedad de ilustradores que creó propuestas gráficas y logosímbolos como el del programa de Unicef “Manos por la Paz”, propuesta nominada al Premio Nobel de la Paz. Fue la única mujer caricatógrafa integrante de El Cartel del Humor y como tal incursionó con éxito en el humor caricatográfico, obteniendo distinciones nacionales e internacionales: mención de honor en Piracicaba, Brasil (1986); primer premio en el Festival Latinoamericano de Humor Gráfico en Bogotá (1988); primer premio Nasreddin Hoca, en Estambul, Turquía (1993); mención especial de Corel Draw en el Primer Concurso de Diseño Digital (1998). En el campo de la ilustración caricatográfica editorial ha trabajado para empresas como El Cid, Norma, Santillana, Lerner. A nivel de ilustración caricatográfica publicitaria ha colaborado con Naciones Unidas, Unicef, OEI, Red de Iniciativas por la Paz, Celumóvil, IBM y Alpina, entre otras. Recibió el Canes de Plata, un reconocimiento a la trayectoria en ilustración por parte de ImagenPalabra Salón de Ilustración, Bogotá, Colombia, 2013; mención de honor en la 43ª versión del salón de Piracicaba (2016), y primer premio en el Salón de Humor Word Awards en Milán, Italia, con tema ecológico (2016).

Diseñadora gráfica, caricatógrafa y pintora, definen las potencialidades de Elena María Ospina Mejía. Y en cada uno de esos escenarios, demuestra su capacidad creadora. La revista de arte de Perú Artefacto la designó como la artista más versátil de Latinoamérica. Pero además habría que agregar otra cualidad: mujer. En un espacio como la caricatografía, donde todavía es magra la participación femenina, Elena ha demostrado que se puede ser tan buena y tener una figuración internacional tan sólida como la de cualquier colega varón.

El Cartel del Humor

Por la preeminencia masculina en el arte de la caricatura, no es de extrañar que Elena fuera también la única caricatógrafa que integrara la asociación colombiana de caricaturistas El Cartel del Humor, el grupo de más de veinte creadores, gestores culturales y estudiosos de la caricatura que se asociaron en Bogotá a finales de la década de los ochenta y principios de los años noventa. Esa misma condición pionera la llevó a participar, en compañía de Consuelo Lago, Adriana Mosquera —Nani—, Martha Elena Hoyos y Marta Montoya, en la exposición mundial “Las mujeres creadoras y el arte de la caricatura”. Una muestra que incluye a 43 mujeres de veintidós países, la cual itinera aún por museos y salas especializadas del planeta, gracias a la gestión cultural de la poeta Giomar Cuesta. Actualmente trabaja como ilustradora para el diario El Colombiano y continúa cosechando premios y reconocimientos internacionales. El interés de Elena María Ospina ha derivado al cultivo de las artes plásticas: óleo y grabado.

 

Adriana Mosquera, Nani

Magola, de Adriana Mosquera, Nani

Adriana Mosquera Soto nació en Bogotá, estudió Licenciatura en Educación-Biología en la Universidad Distrital de Colombia; además ha hecho cursos en la Escuela Nacional de Caricatura en Bogotá; diseño gráfico por computador en el Centro Social Europeo en Madrid (España) y una maestría en producción y diseño de moda en el Instituto Europeo de Diseño. El diario El Espectador invita a Adriana Mosquera Soto (Nani), bióloga de la Universidad Distrital, ganadora de dos menciones en el premio internacional Caf (1990-1995), y con experiencia como ilustradora caricatográfica en El Nuevo Siglo (1992) y en el propio diario (1993), a presentar una tira cómica para la revista Los Monos. “Yo ya tenía inventada a Magola como ilustración, así que busqué los diálogos y empecé a hacerla semanal; más o menos cuatro meses después me preguntaron que si era capaz de hacerla en forma diaria; fue todo un reto pero empecé y duré en ello casi dos años”. Surge de esta forma la tira cómica Magola, una de las pocas historietas en el mundo realizadas por una mujer. Empieza para Nani una meteórica carrera que la lleva a publicar también en El Tiempo y a ilustrar libros sobre diferentes temas, y a Magola a convertirse en un personaje nacional con universo propio. Magola empieza a pasearse por las exposiciones de humor: Exposición Colectiva Colombiana, sala central del pabellón de la caricatura, Bogotá (1997, 2000); La Conque, 4ª Feria del Cómic Ciudad de México (1997), y a aparecer en diferentes libros. La Presidencia de la República invita a Magola a participar en Tú tienes derecho, una cartilla sobre delitos sexuales. Nani publica Así es Magola (1997); la editorial McGraw Hill la escoge como apoyo gráfico para los textos de Español de bachillerato (1997); la editorial Oveja Negra la invita a ser protagonista en sus libros de historieta Hogar dulce hogar (2000) y La verdadera historia de Eva (2000). Como si fuera poco se convierte en la imagen corporativa de la ONG colombiana Mujeres de Éxito (1999). De la mano de Magola, y de su esposo el caricatógrafo Turcios, Nani viaja a España. Por su condición de mujer historietista Nani es invitada como profesora honorífica del humor por la Universidad de Alcalá (1998) y se vincula en condición de colaboradora al Centro Asesor de la Mujer de Alcalá de Henares (1998-2002). Por su parte, Magola se pasea de exposición en exposición: en las Muestras de Humor Gráfico Universidad de Alcalá de Henares (1997-2001), en el Festival Internacional de Humor Perpiñán, Francia (2000-2001), en Alcalá de Henares (2000), en el Festival de Banda Deshenada, en Portugal (2001), y se presenta muy maja en los diarios y revistas españolas A las Barricadas (1997-1998), Interviú (2000-2002), Desnivel, Grandes Espacios y Escalar (2001-2002) e incluso la editorial Bruño le publica un libro en la serie Lobo Rojo (2000). Por su recorrido Nani se convierte en la historietista de mayor éxito de Colombia, y Magola en la única historieta colombiana con dimensión iberoamericana.

 

Mayra, de Martha Elena HoyosMartha Elena Hoyos

Martha Elena Hoyos —Mayraluna— nació en Bucaramanga, Santander, Colombia (1962). Reside en las tierras del denominado Paisaje Cultural Cafetero. Artista, poeta, compositora, intérprete de la música andina colombiana, diseñadora gráfica, gestora cultural, caricaturista. Creadora y directora de la agencia publicitaria Canto y Seña, y coproductora de la publicación Agenda Mujer. Creadora del personaje caricatográfico Mayra. Ha sido directora de Cultura del Quindío, ha dirigido el Festival Mono Núñez y la organización Funmúsica —entre 1987 y 1992—, ha participado en el Festival de Cosquín (Córdoba, Argentina) desde 2004, donde ha impulsado la presencia de varios músicos colombianos y ha desarrollado cuantiosos proyectos artísticos y culturales.

En el Departamento del Quindío, Martha Elena Hoyos crea Mayra. En su planteamiento, Martha Elena Hoyos cumple una de las condiciones esenciales para que un personaje caricatográfico tenga éxito: la definición acertada de una concepción psicológica y gráfica del personaje, que por sus condiciones particulares establece rápidamente nexos afectivos con los lectores. Mayra es la ternura representada en una línea armoniosa y delicada, es la voz de una conciencia cósmica que le habla a nuestros íntimos anhelos de paz, es el valor de la poesía que eleva la mirada desde la situación cotidiana o nos invita a regresar a ella para que la transformemos en momentos trascendentes, es una incitación para que desde la realidad personal conquistemos el derecho a nuestro propio cielo, es una puerta de entrada a la sonrisa inteligente y soñadora que nos reconcilia con el universo.

 

La Negra Nieves, de Consuelo LagoConsuelo Lago

Uno de los personajes caricatográficos de mayor trayectoria y acogida en Colombia es la “Negra Nieves” creada por la vallecaucana Consuelo Lagos; apareció en 1967 en las páginas del diario El País de Cali. Sobre sus características físicas y sicológicas la periodista Gilma Jiménez afirma en la revista Diners: “A pesar de su piel oscura, Nieves aportó un mensaje color de rosa a las páginas de la prensa. Sin embargo, no fue siempre el color de rosa enceguecedor, pues conservó, y hasta la fecha ostenta, una relativa independencia y libertad para analizar con cierta displicencia situaciones de la vida individual, nacional o local. Ingenua, romántica, simpática y franca, Nieves representa además la doble naturaleza de dos personajes fundidos en uno, pues en la práctica su pensamiento conlleva los rasgos de personalidad que todos conocemos en su autora. Si por una parte la historia de Nieves es la de una hipotética muchacha del servicio que está aparentemente por encima de los problemas cotidianos de su señora, por otra parte su alegre ingenuidad, su desprevención ante tantos conflictos que presencia sin que rocen su epidermis, contrastan con sus frases filosóficas, trascendentales, mucho más propias de quien tiene una relación con los libros y más cercanas a un ambiente cultural y filosófico, que es en el que se mueve la creadora de Nieves”. Ha sido tal la inserción de este personaje caricatográfico en la vida nacional, que fue sujeto de una tutela. De tal forma que diez años después de su creación Consuelo Lago debe eliminar el delantal que vincula a Nieves con los oficios domésticos, e inscribirla en la universidad en 1977 en un programa de filosofía para que pudiera seguir tratando con el desparpajo y la honestidad que la caracterizan temas de este mundo y del otro. Nieves es un ejemplo claro de una producción que no es humor caricatográfico, aunque se refiera a asuntos intemporales; no es caricatografía política, aunque toque temas locales, nacionales e internacionales que se descontextualicen rápidamente, y tampoco es historieta pues resuelve sus asuntos en una sola viñeta. Nieves es un ejemplo característico del género de personaje caricatográfico.

 

Bibliografía

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Carlos Alberto Villegas Uribe
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