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Poetas rumanos y de otras nacionalidades se dieron cita en Telciu

jueves 13 de septiembre de 2018
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Entre el 15 y el 20 de agosto se llevó a cabo la cuarta edición de los Encuentros Internacionales en Telciu (Rumania), evento organizado por el poeta rumano Gelu Vlasin, el Pen Club de Rumania, el Ayuntamiento de Telciu, la Asociación de Escritores y Artistas Rumanos de España, la Biblioteca George Coşbuc, la Asociación Española de Traductores, la Biblioteca Municipal de Bistrita y otras organizaciones culturales.

Telciu es un pueblo situado en el condado de Bistrita-Nasaud, y está dividido en dos partes. Un tercio de la superficie de este hermoso lugar representa las montañas de los Cárpatos Orientales: las montañas Călimani, Bârgău, Ţibleş y Rodna. El resto de la superficie representa la meseta de Transilvania.

Este acontecimiento literario reunió a poetas, escritores, editores y traductores.

Las lecturas de poesía se llevaron a cabo en un liceo, en el Ayuntamiento y en la Biblioteca Municipal de Telciu. Mario Castro (Chile) y Javier Nogueras (España), ambos poetas y traductores, hablaron acerca de las traducciones literarias. Bogdan Hrib (Rumania), dueño de la editorial independiente Tritonic Publishing Group, habló de la situación actual de la industria editorial y de las dificultades que se presentan en el mercado. Mientras que María Pop (Italia), de la Editorial Rediviva, platicó sobre la difusión de escritores rumanos, como también de la cultura rumana en Italia.

Cristina Vlasin, profesora de música y esposa del poeta Gelu Vlasin, nos deleitó con su hermosa voz cantando canciones en rumano, en inglés y en español.

Todo empezó en un ambiente fraternal, donde los amantes de la literatura se dieron cita para intercambiar ideas, escuchar poemas y conocerse unos a otros. Estuvimos alojados en una bella casona ubicada en un paisaje mágico entre montañas con árboles frondosos. Precisamente esos árboles convirtieron el dióxido de carbono en oxígeno poético en Telciu y sectores aledaños.

El encuentro se inauguró con palabras de bienvenida por parte de Gelu Vlasin, y la presentación de los poetas. Cada discurso, y los textos de los poetas de habla hispana, eran traducidos al rumano. Este acontecimiento literario reunió a poetas, escritores, editores y traductores, en donde cada participante daba su punto de vista acerca de la literatura. De esta manera se enriquecieron las discusiones para establecer un diálogo sobre la poesía, la escritura, la traducción y la publicación de libros.

Sin lugar a dudas, el encuentro estuvo marcado por dignificar a la poesía. Es decir, por aquello que nace de un asombro ante la singularidad del mundo, y remueve los sentimientos del alma poética. Los poetas participantes expresaron su yo poético a través de la lectura de sus obras.

Según el poeta Gelu Vlasin, principal organizador de este evento, el objetivo del encuentro ha sido resaltar la literatura rumana, y la de los poetas que llegaron desde diferentes latitudes: España, Suecia, Chile, Inglaterra, Italia y Bolivia. De este modo se dieron a conocer al público los versos que salían de la boca de cada poeta.

Otro aspecto no menos importante ha sido el taller de escritura creativa en medio de una exuberante vegetación, árboles frutales y un cielo completamente despejado. En este espacio de convivencia que tiene su propia dinámica, se habló de poesía y se leyeron poemas. Ya sabemos que no existe ninguna docencia para enseñar el oficio de escribir. Sin embargo, en este taller cada poeta hizo volar su imaginación, puso en marcha los sentidos y la intuición para crear versos.

La visita a la casa del poeta, profesor, periodista y traductor George Coşbuc, construida en el año 1840, y que ahora es un museo, fue extraordinaria. Coşbuc, hijo de un sacerdote católico y de un ama de casa, nació en Hordou (Bistrita-Nasaud) el 20 de septiembre de 1866 y murió en Bucarest en 1918. Según cuenta la historia, en esa casa vivían los padres del poeta, sus trece hermanos y su abuelo Anton Coşbuc. El recinto está compuesto por tres salas que albergan exposiciones sobre la vida y obra del poeta. Es importante recalcar que este museo tiene el sello de ser el primer museo de literatura en Rumania (1905).

En una de las habitaciones se exhiben, en varias mesas con vidrio, libros publicados por el poeta, documentos, fotografías de su familia, traducciones, correspondencia, pequeños afiches, revistas y periódicos en los que publicó sus trabajos. En otra habitación se pueden observar las pertenencias genuinas del poeta: una cuna, sillas, un pupitre, un sombrero, una cama, un púlpito, manuscritos, estantes con libros, etc. Finalmente, en la tercera sala se exhibe la biblioteca personal del poeta.

Fueron seis días intensos inolvidables en los que hice buenas migas con todos los poetas.

Otra visita que se hizo fue a la biblioteca Dorin Tudoran, en Bistrita, en la cual se exponen al público las obras de Liviu Rebreano. Este ilustre escritor y periodista rumano se formó en una academia militar, causa que lo llevó a trabajar como teniente en el ejército austrohúngaro. Apasionado por su oficio de escritor, dejó el ejército para dedicarse de lleno al periodismo y a escribir sus obras. Fue deportado por el gobierno austrohúngaro como consecuencia de sus artículos, que defendían las posiciones rumanas en el sector de Transilvania.

La excursión a la cabaña abandonada, la visita a una iglesia ortodoxa y la espontánea invitación por parte de María Pop a su casa, se quedarán grabadas en mi memoria. El postre del encuentro fue, sin dudas, los momentos cuando comíamos, las trasnochadas repletas de anécdotas, de bromas, de cantos, de chistes, de conversaciones y, por supuesto, de poesía. Fueron seis días intensos inolvidables en los que hice buenas migas con todos los poetas. El día que nos despedimos, se notaba una cierta nostalgia en la brisa que corría por aquel lugar. Pero siempre con la esperanza de volvernos a encontrar.

Por mi parte, tomé el tren en una estación que se llama Salva. Y junto al poeta Mario Castro, nos fuimos a Iash. Siete horas de viaje observando ese precioso paisaje a los costados. En Iash, ciudad universitaria, visité la universidad, la biblioteca Mihai Eminescu, el famoso parque Copou y los edificios culturales, y me enamoré de ese país con gran tradición literaria.

Javier Claure Covarrubias
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