Howard Phillips Lovecraft es el escritor de terror más importante de todos los tiempos, el ideólogo de mundos y una cita obligada para los amantes de la literatura.
Hablar de Lovecraft es hablar en parte de la idea del terror actual. Un terror atrapante, atmosférico y asfixiante que se desarrolló con éxito (y que en parte resucitó) en el internet, con esos inquietantes creepypastas los cuales vinieron al rescate de los amantes del horror.
Y ese horror que reposa en el misterio, en la idea de la maldad sin límites, que se esconde en los rincones ocultos de una ciudad, que corrompen lo cotidiano y que dejan al humano indefenso ante su presencia, tuvo su origen, en gran medida, en la mente de Lovecraft.
¿Pero que tiene Lovecraft? ¿Cómo consiguió este enfermizo y débil muchacho de Nueva Inglaterra influir de forma tan contundente en el terror actual? ¿Por qué su terror es lovecraftiano y no un terror más?
No requiere Lovecraft de ataques sanguinolentos, imágenes tétricas o ruidos extraños.
El horror cósmico, con sus dioses y razas alienígenas que sobrepasan en todo al humano, plantea un terror que convive con todos, un horror desconocido que siempre está ahí, nos mira y nos siente. Pero no lo vemos y cuando lo vemos no lo entendemos. No nos ataca directamente, no le importamos tampoco, sólo está ahí y el misterio que lo rodea lo vuelve profundamente perturbador para la mente humana, que busca tener entendimiento y control sobre todo (¿acaso Lovecraft fue potencialmente un brillante psicólogo?). Lovecraft no creó un horror de imagen como tal, su prodigiosa inteligencia y nutrida prosa creó seres desconocidos, de inmenso poder, prácticamente invencibles, pero que permanecen agazapados en las mayores profundidades de la tierra y el cosmos, ignorando la despreciable inferioridad humana. Seres que, en su inmensidad y en su pasividad, en muchos casos, vuelven locos a quienes los descubren. No requiere Lovecraft de ataques sanguinolentos, imágenes tétricas o ruidos extraños, él sólo necesita plantear la idea de que convivimos con una realidad que no entendemos y que va más allá de la simpleza humana, y con eso logra avivar los más profundos terrores del alma en el lector, lo hace sentir vulnerable y sólo a salvo detrás del papel.
Lovecraft no hizo al mundo más horroroso, lo hizo más misterioso. Extendió las barreras de una ciencia que amenazaba con desnudar la existencia. Cubrió de sombras los rincones iluminados por la razón y convirtió las estrellas en miles de ojos que observan al patético humano. Lovecraft creó mundos, y nos invita, con todo lo que implica, a recorrerlos.
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