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Pedro L. Cartagena:
“Simplemente hago lo que más me gusta, contar cosas”

domingo 5 de marzo de 2023
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Pedro L. Cartagena
Pedro L. Cartagena: “Cuento con un puñado de fieles lectores que he podido sostener gracias a las redes sociales o en círculos de amigos en la región central de Puerto Rico”.

Pedro L. Cartagena (Nueva York, Puerto Rico) es escritor, educador, informático y docente-investigador. Estudió su Bachillerato en Ciencias de Computadoras en la Universidad de Puerto Rico en Bayamón. Hizo una Maestría en Educación con concentración en Educación y Tecnología en Dowling College, Nueva York, y un Doctorado en Sistemas de Información en Madison University, Gulfport, Estados Unidos. También completó un Doctorado en Educación con concentración en Administración y Supervisión Educativa en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Es docente-investigador en el recinto de Utuado de la Universidad de Puerto Rico. Él ha contestado todas nuestras preguntas. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

 


 

Hace poco publicó Buscando el sol (2022). ¿De qué trata este libro que usted clasifica como cuenvela y cómo recorre entre la literatura y la realidad o no ficción? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarlo?

Hace unos meses recibí la invitación para participar del segundo Certamen Internacional Literario de Cuenvela Puerto Rico. Entre las reglas citaban el modelo del libro Los molinos de doña Elvira, publicado en febrero de 2016 por Luccia Reverón. Citando la definición sugerida se explicaba que “la cuenvela consiste en ocho cuentos con el mismo protagonista, que se leen individual y que al leerse juntos es como leer una novela”.

A partir de ahí recordaba que tenía dos cuentos de ciencia ficción publicados en libros separados. Uno, “La llegada del milenio”, incluido en el libro Un camino de hojas muertas (1999), y otro, “Sexo estelar”, en la Antología de la ciencia ficción puertorriqueña (Libros de la Iguana, 2021). En ambos cuentos había utilizado el mismo protagonista. Así que me di a la tarea de escribir seis cuentos adicionales que pudieran contener los dos originales en una secuencia coherente para competir siguiendo las reglas. Lamentablemente tuve que retirar mi participación pues se requería que el total de páginas de la cuenvela estuviera en el rango de 85 a cien páginas. Mis cuentos juntos no alcanzaban las setenta páginas y tampoco deseaba modificarlos, pues echaría a perder la inspiración y los relatos que surgieron durante el proceso creativo. Sin embargo, la acogida de los lectores ha sido muy buena.

 

Comencé a escribir en 1991 cuando, con el apoyo de la Universidad de Puerto Rico, publiqué mi primera novela, Pasajero de verano.

¿Qué relación tiene Buscando el sol con su trabajo creativo anterior y hoy?

En el año 2020 la Editorial Raíces de Puerto Rico publicó mi primera novela de ciencia ficción, titulada Exoplaneta: las vidas de Aldanze Genoma, que al menos en Amazon ha tenido buena acogida. Anteriormente había trabajado el género de ciencia ficción en cuentos, pero nunca creí que podría escribir una novela completa como esa. Mi trabajo creativo anterior incluye libros de cuentos de variados temas, algunos publicados de manera independiente y otros publicados en revistas literarias locales y fuera de Puerto Rico. Comencé a escribir en 1991 cuando, con el apoyo de la Universidad de Puerto Rico, publiqué mi primera novela, Pasajero de verano, que ahora se encuentra en su tercera edición. Siempre pensé que Pasajero de verano era una novela de corte ambientalista, inspirada en parte por las lecturas del chileno Luis Sepúlveda (1949-2000). Pero los jóvenes universitarios que leyeron la primera edición concluyeron que se trataba de una novela de amor.

 

Si compara su crecimiento y madurez como persona y escritor, ¿qué diferencias observa en su trabajo creativo o no inicial con el de hoy?

Definitivamente el tiempo es importante para el desarrollo de cualquier habilidad, destreza o conocimiento. En mi caso puedo afirmar que la lectura diversa en temas, autores e idiomas como el inglés abre nuevas perspectivas para el trabajo creativo. No hay duda de que, en estos tiempos, con toda la oferta visual que presenta el cine, también se estimula la imaginación de alguien que no ha dejado de sorprenderse como un niño ante lo fantástico o lo posible.

 

“Buscando el sol”, de Pedro L. Cartagena
Buscando el sol, de Pedro L. Cartagena (2022). Disponible en Amazon

¿Cómo visualiza su trabajo creativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico y fuera?

En Puerto Rico hay muchos escritores que publican de manera independiente utilizando editoriales emergentes o plataformas digitales disponibles en la Internet. Durante los pasados años he participado de festivales literarios en distintas partes de la isla, algunos auspiciados por universidades o centros culturales donde podemos compartir con autores primerizos y otros experimentados con renombre internacional que acceden o visitan estos eventos. Con todos los problemas globales relacionados con la crisis del Covid-19, la inflación entre otras dificultades, no he podido regresar a las extraordinarias ferias literarias como las de Colombia, Guadalajara o Santo Domingo, en las cuales pude participar como espectador o invitado. Así que por ahora he estrechado vínculos con autores locales, así como la participación en grupos de interés en las redes sociales internacionales.

 

¿Cómo concibe la recepción a su trabajo creativo dentro de Puerto Rico, y la de sus pares, bien sean escritores de cuentos u otro género?

Me parece que desde hace un par de décadas, con la llegada de la prensa digital, los periódicos locales, al igual que en otras partes del mundo, han reducido las reseñas, recomendaciones o la divulgación amplia del quehacer literario. Creo que, igualmente, la ausencia de certámenes literarios locales o la posibilidad de participar de algunos internacionales, también limita la promoción de autores para que puedan obtener reconocimiento. Esto a su vez influye en los potenciales lectores que entonces patrocinaban o seguían a escritores de cualquier género que ganaban o recibían reconocimiento en algún certamen o convocatoria. Por tanto, aunque reconozcamos que en Puerto Rico existen muchos escritores inéditos o conocidos solamente por pequeños grupos, en la prensa escrita, televisiva o radial sólo se destacan unos cuantos nombres repetidamente. En mi caso, puedo afirmar que cuento con un puñado de fieles lectores que he podido sostener gracias a las redes sociales o en círculos de amigos en la región central de la isla, dado que no he tenido acceso a los centros masivos del área metropolitana del país donde se concentra la mayor exposición de artes o de literatura.

 

Sé que es usted de Puerto Rico. ¿Se considera un autor puertorriqueño o no? O, más bien, un autor de literatura, sea ésta puertorriqueña o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente usted?

Creo que me considero un autor que prefiere escribir sobre temas, vivencias o reflexiones globales como observador curioso de la diversidad humana. En mi país, en esta isla del Caribe, tendemos al insularismo, a pensar que nuestro arte o literatura debe expresar lo autóctono, localista o contemporáneo siempre y cuando sea un referente a nuestra historia o a nuestro entorno inmediato. Por el contrario, mis cuentos o novelas me obligan a estudiar costumbres y lugares distantes, exóticos, particulares, que estimulen en mis lectores una reflexión distinta que nos permita viajar con el recurso más extraordinario del cerebro humano que es la imaginación.

 

He vivido casi todo el tiempo en Puerto Rico, pero siento que en realidad somos seres de un pequeño globo de agua, tierra y aire.

¿Cómo integra su identidad étnica y de género y su ideología política con o en su trabajo creativo?

En algunas de mis publicaciones me identifico como “puertorriqueño nacido en Nueva York”, que ciertamente puede confundir a quienes intentan clasificarte en sus cuadernos de escritores. He vivido casi todo el tiempo en Puerto Rico, pero siento que en realidad somos seres de un pequeño globo de agua, tierra y aire que viaja por el espacio y el tiempo. Amo nuestra cultura isleña, a nuestros deportistas y personalidades, pero de igual manera celebro los triunfos de otras nacionalidades. Mis amistades y familiares saben que me relaciono sin prejuicios con personas que se suman a esas listas interminables de géneros, gustos, prácticas, dogmas o cualquier otra segmentación dado que yo soy uno más entre todos. Creo que las películas de ciencia ficción me ayudan a comprender que la diversidad entre humanos o “alienígenas” es necesaria y aceptable para alcanzar desarrollos comunes. Políticamente creo que ya es tiempo de que Puerto Rico pueda concretarse como nación ante el mundo y dejar atrás la pesada relación colonial en acuerdo con todos los países libres del mundo, incluyendo una buena relación con Estados Unidos.

 

¿Cómo se integra su trabajo creativo a su experiencia de vida? ¿Cómo integra esas experiencias de vida en su propio quehacer de escritor hoy?

El sentido del humor, al igual que la imaginación, permiten que acepte mis limitaciones y de igual modo ayudan a soñar con futuros alternativos, salvándome de la rutina y el hastío que nos puede matar lentamente. Algunos de mis trabajos escritos desmontan alguna experiencia personal y otras veces son las anécdotas o experiencias de otros las que provocan que escriba a partir de ello. En muchos de mis trabajos las mujeres son las protagonistas. También intento ocultar mi voz detrás de algunos personajes principales a los que utilizo como narradores omniscientes. En muy raras ocasiones alguno de mis lectores me aborda creyendo que escribo sobre mi persona o que esas historietas dramáticas o absurdas tal vez me han sucedido. Si así fuera, les digo, no escribiría pues, al igual que Ian Fleming, Horacio Quiroga, Dan Simmons o Hemingway, estaría muy ocupado salvando el mundo, conquistando planetas distantes, cazando fieras en el Congo o sobreviviendo la Amazonia suramericana.

 

¿Qué diferencia observa, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a su trabajo creativo y a la temática del mismo? ¿Cómo ha variado?

En esta etapa de mi vida, en la que cuento con algo más de tiempo para leer y escribir, releo mis trabajos anteriores con un sentimiento similar al de la persona que reencuentra sus cuadernos de escuela secundaria en un cajón. No cambiaría nada, pues fueron parte de mi desarrollo. Como mi formación académica no es en literatura, español o letras, nunca he sentido la presión de no poder alcanzar las métricas o estándares del ejercicio literario como profesión. Simplemente hago lo que más me gusta, contar cosas. Creo que eso no ha variado mucho si conocieran a mis amistades que disfrutan conversar y en ocasiones leer mis ocurrencias sobre el mundo en el que vivo o imagino.

 

¿Qué otros proyectos creativos tiene usted recientes y pendientes?

Luego de una publicación reciente titulada Hotel Riverside, que cuenta las historias de una familia que fundó y vivió en un singular hotel de la zona montañosa de Puerto Rico, algunos miembros de la comunidad me han pedido que escriba una novela que pueda recrear las fascinantes historias de la fundación del pueblo en el que resido. Hay un grupo de jóvenes historiadores que se han dado a la tarea de estudiar archivos auténticos en la universidad, en repositorios fidedignos, militares y religiosos sobre ese grupo de sesenta familias que se aventuraron a fundar un pueblo distante de las costas de la isla en tiempos de España. Hasta ahora, los personajes me fascinan por su diversidad, el entorno debió de ser retador al igual que la resiliencia de propósitos motivados por la ambición, la religión y las ansias de libertad en una época tan circunspecta a lo que escribieron en fuentes oficialistas. Es entonces que la magia de la literatura puede crear un relato que una datos, fechas, nombres y cuentos en una obra que seguramente se puede convertir en un guion para presentarse ante las salas de cine de nuestra imaginación.

Wilkins Román Samot

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