Energía y círculo
Un punto se inflama
no tarda en hacerse línea diminuta
Aquel trazo renace y se arquea
en los segundos
Pero cuando el círculo
haya sido trazado por completo
ya tú habrás decidido
La larga espera
“Las personas mayores
¿A qué hora volverán?”
César Vallejo
Me quedé cincuenta años
esperando a las personas mayores
soporté sus reglas
sus castigos
sus desintereses
pero nunca venían
Decidí alcanzarlas
Caminé sobre sus signos
sin percibirlos en la inmediación
Viajé sobre lomos de hierros fugaces
pero no llegué a conocer
ni sus seudónimos
Anduve cincuenta años tras
las personas mayores
y ahora
no dejaré que esperen por mí
Delirio en primer grado
Asume tu delirio
tus colores de cien grados sobre cero
La circunstancia no hará cola gratis
ni te protegerá mientras dormitas
Acepta tus lugares oscuros
Dales confianza
y recobra de allí
tus silencios más rápidos
tus canciones fulminantes
las frases que más brillen
—sobre todo si duelen—
Tómalas
no consientas que se esfumen
Pide a tu mano
sea ligera en la velocidad
Hazlas tuyas
Sé buen anfitrión
antes que crucen dimensiones
y no pasemos del antojo
Terapéutica
Es necesario enseñar a mis manos
cómo resistir el peso de mi contextura
No es preciso ver el mundo al revés para esto
Nadie les dice que el piso
tiene gusto a sal
Puede que el tránsito
no sea cosa complicada
La tarea es poner arriba el perfil
a vanguardia entre el descaro y la técnica
Pero las partes de mi anatomía
están libres para reaprender sus obligaciones
Así el rostro desiste de arrugar la frente
y la rodilla abandona
la tarea de alquilarse al mejor postor
Las piernas se pueden entrenar para dar la cara
decirle al caos que tenga protocolo
y haga sus asuntos piano piano sin histeria
que me ahorren las angustias de costumbre
y los nervios de punta
Ya es hora de saborear un buen plato gourmet
antes que mis pies agarren lo que puedan
y mis manos corran para salvarme
No solo de juicios
vive el hombre
El que esté libre
que lance su batería
Los pareceres
a veces nos cambian
y en otras manos
su sinceridad
arrolla
La extrema valoración de otro
esconde anhelos imposibles
Hace creer en la ilusión
confunde lo real
Si aceptas esa censura
—cual verdad a medias—
te hiere
Tantas ocasiones
he opinado sobre ti
en el lenguaje de la duda
que ahora traduzco
la ley de tu hielo
Cómo sacude
No te suicides
con tu propia sentencia
Apuesta a morir
por algo que importe
Arriesga tu savia
de la misma forma
No existe mudez
Solo un leve muro de otros ruidos
donde todos discuten
y opinan
El rostro
En las tablas adviene lo ensayado
el perfil funge su laberinto
dibuja transparencias
la vista detalla su silencio
se dobla ante la furia
hasta que el pecho reanuda la calzada posible
En ocasiones el rostro llueve
otras se revierte como playa soleada
juegos de niños
La cámara se prepara
a invocar el instante
hacer su idioma de mímicas
quiere estar en el momento justo
el lugar preciso
la cara no sabe qué decirle a la foto
pero el flash sí sabe callar el desconcierto
El rostro queda desde la casualidad
tropiezo de relámpago radiante
de la fotografía
El día luego de la fiesta
comprenderemos
La felicidad es vértigo
La altura de los escombros
se apiñan justo después
de la hecatombe
Son anuncios de fortuna
Una mesa insolente
revuelta por diez huracanes
ecos al mediodía
y risas de la permanencia
Por los quicios
se estira la acústica del festejo
sobre humo de café
por el perdón demandado a la resaca
Después de abrir la vigilia
más allá del brindis
la alegría continúa pero en rastros
sepultados por platos sucios
y vidrios rotos
Todavía bailan por los tabiques
almas haciendo sus amores
en cuartos prohibidos
Después del festín
todos vuelven de lo insólito
y sigue condimentada una risa en los labios
Duele la cabeza como arranque telúrico
por nada de qué arrepentirse