Canción del hermoso
De mí una suma resbala a mis espaldas
cuando yo y el tú de mi yo
abandonan el largo tiempo de la mariposa.
De lo que es horrible y tembló en la ventana
temblaremos
como la imagen que pierde en la
tarde suplicante, fuera las ventanas, falsa la certeza,
como los círculos de polvo ignorado por todos los ojos
albaceas de lo visto.
Por ver lo indescriptible comienza la palabra inesperada.
Acojamos el experimento que no dejan de olvidar:
observemos a un Poeta luego de mirar hasta la pérdida
la errancia del polvo.
Verás que lo vimos Absolutamente.
Paragramatología
Soy de ninguna palabra
mucho menos del enmudecido hallado
al girar cada palabra, qué poeta venido a más.
El significado de este signo es profundo:
el vacío antecede y sucede a la palabra que soy,
yo, hombres de poca fe, soy de ninguna palabra.
Descompongo las fibras cruzadas que me fueron dadas
para transformarme en hombre,
el ahínco de podredumbre generosa, salto o juego allí.
Ergo, el entregarse a cantar para anular.
Así pues, muero la vida.
No hay dios indecente que pueda hablar,
hombres mutables por conveniencia, no hay un dios tan sucio
para el poeta desabotonado
entiéndanlo bien.
Hablaré ahora de los talentos:
habla tan bien la locura
del hombre en el que cuelga.
Soy de ninguna palabra
y soy el mejor de los hombres,
no es mi enfermedad Aquello.
Verso subiendo una escalera
Será poema este animal en la tarde escrito.
En su lluvia, breve espesura,
por cierta idea del hombre
que al tocar la luz espera el mito.
Será voraz. Será la gracia
que en el medio del torrente
tranquiliza a los cegados.
Será poema el animal
en el fervor de la mano irrumpiendo,
la letra
y quedo en la palabra.
Como alegría de lo salvaje
supone la forma del hombre esta lluvia.
Arrecia.
Será cazador vacilando
en los haces de luz.
El Otro
animal que huyó de la página
sin roer el silencio.
Terapia del insomne
Un golpe
una serpiente de olor
en el ámbito
un corazón de la materia expuesto
para denunciar lo que falla afuera
una marcha de visiones, resolana,
y un abatir la paz de
aparatos dormidos.
Oye, sí, del filo
que ocupa el centro de la guayaba
entero al premio silencioso.
Este cuerpo yerto que no reposa tiene otro salto:
igualar al sol
para de sus frutas
la poca alumbrar.
Del coito
Qué colores en procesión los de una mirada que me mira,
devenir del horror y adiós a la muerte, el negro
habla como gritan las cosas.
Mis ojos son profundos
no fueron negros,
no son los ojos que esperan la caída del funámbulo
1-2-tres tiempos.
Están hartos del ruido que pasa como un hombre seguro de sí mis ojos.
Mis ojos, profundos,
por el negro cegados.
Profundos son públicos e ilegales;
de los gritos la prohibición
encerrada a través de la pupila.
Nos han dado el grito y la paz del grito —escapados del ojo
murmuran los intranquilos.
Ha salido a borbotones la justicia tan divina de ver el crimen
de un cuerpo inclinado con mis ojos negros no.
Verme y no hablar.
- Poemas del libro inédito Demiurgo adolescente - miércoles 14 de septiembre de 2016