Mutilación
“¡Caramba! ¿Aquí no se aplaude?”.
Charles Baudelaire
Como en la estampa de un cuento
umbrío……………………..agónico
hincado en el llanto que se ve
pero no se escucha
quietamente la sombra y el vacío
triste…………………desarmado
inocuo
escarbando sin ojos
las cenizas de costumbre
(tiradas bajo la mesa
con su peso imponderable y sonoro)
Estoy confundido
azaleas silvestres gritan sobre el lodazal;
y en un letargo de soplos
este tentalear repentino
en todas las direcciones de la conciencia
para lidiar con la idea
que plasmo aún oculto
Distinto a la neblina
que aspira la mutilación.
Rotos
El miedo atravesó el contorno
sin manos he vuelto a rozar la niebla
…
Era el eco de una flor espesa
derramada en los muros carcomidos.
¿Quién detuvo los tibios pies
s…a…n…g…r…a…n…t…e…s
vencidos en lejanía?
El rebaño medroso
había crecido con avidez
en la inútil grieta.
Juncos móviles,
delgados jardines
de mansedumbre.
La mano ferviente
a…b…a…n…d…o…n…a…d…a
en el misterio
de una hoja en ruinas
donde nadie señala.
Heme aquí sin facultad
sacudida desde las rodillas
con edad para la escucha
sin el don de la palabra
debajo de las bombardas
sudando rotos.
Desamparo
La orfandad
es una criatura encubierta
el cendal del verso su cántico
se mecen cielo e infierno
la canción de cuna es eterna.
Primero el sol de azufre…
Primero el sol de azufre
que rumorea el hastío
…
Detrás del temporal
pasa silenciado el día
y me declaro insalubre
descolorido……………….tosco
aquí donde propago el débil aliento
envuelto en una roja llama
Permanezco socavado
apenas la pequeña bruma
que nace en la ventana
con desvaríos monótonos
Mas, la rotura de la tierra
anunciará los nuevos tallos
en el fondo intransitable
¡raíz y desterrada fuga!
…
Los hombres duermen apacibles
sombreados de azucenas
—que no regarán jamás—
y sé que me alejo
del quebrantado tumulto
con el aire dentro
flotante………….desollado.
Circunspección
atropéllame mudez fiel extravío
elimina apetito de palabras
sumérgeme en tu tela inclinada
sé órgano mortuorio y bocanada
transfiéreme silencios, menoscaba
la palabra volcada a la deriva.
Lo fatídico
Último hotel, último sueño,
pasajera obstinada de la ausencia.
Julio Cortázar
La alborada foránea
y su mirada pueril
entre la muchedumbre vana
d e s v a r í a.
Balbucea la piel
pupilas aciagas
p o s t e r g a d a s.
Entre mis piernas oxidadas
la palabra es un gusano
irrumpe fémur y rodillas.
Se matricula la muerte,
en el tumulto intacto
r e l i n c h a.
Lestrigones en despliegue
sombras envilecidas
acallando el pensamiento.
Atesoran calizas
de sacrílegas tumbas
anticipando los tiempos.
Prorratean consternaciones
sin sollozos, ni amparo
suben al mástil.
La indómita muerte,
cegada de tumbos
me traga.
Dormito en sus nervaduras.
La vena
Tú no hablas con Dios
la crucifixión hostiga
cuando la palabra es brote,
nota de pájaro esparcida
en las sauces del árbol más elevado.
Tú no hablas con Dios
y el fuego enciendes por las noches,
en el día los caminos a raudales se desbordan
es tu boca cotidiana el rocío, inicio y fin
de este cielo sin dioses rescatado
en tu vena de poeta.
Equidistante
“Voces sombrías,
luminosas voces,
y mi voz hecha ovillo
de silencio”.
Luisa del Valle Silva
Una sombra propaga sus tentáculos
adelgaza la envoltura de la noche
me cobija en sus dedos con firmeza
clandestina riega las piedras negras
desmenuza los ardores de las horas
me maquilla sin brazos con carbones
y con tules de aire migratorio
bordea el eco de mi voz muerta:
………..Oblicua ciega al aedo
Ramifica su boca los perfumes finales.
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