Ya no hay nada
Un sendero cubierto de abrojos
de lágrimas trenzadas a una flor
de pavesas que se elevan en la brisa
vaga por la mirada hundida en la sombra
donde los ojos ya no tienen vida
Tanto luchar sin denuedo ni misterio
en medio de una apuesta que no favorece
dejan huellas que se quedan sangrando
sin que haya una luz de esperanza
al fondo del camino / a la vera del río
Es una combinación sin fronteras
sin arañazos al aire / sólo resignación
y un dejarse llevar para no sufrir más
en una nada que ya ha borrado
los signos de humanidad
El salto al vacío ahora… es tan fácil
Si voy…
Si voy al sur por tus cañadas
no creas que busco mi faro perdido
ni mis remezones antárticos
ni mis años vencidos por el tiempo mayor…
voy porque en mi ser late aún
un niño grande que se atreve a desafiar
el nada lúbrico paso de las cadenas
que me atan a la memoria, a la razón y al olvido
En una noche blanca
Se estropea el cielo con mi suspiro
Se me empañan mis lentes
Tiemblo en la soledad presentida
Me evado de lo que viene
Tiemblan mis fibras al lado del viento
Mi calor ventral va desapareciendo
Creo que es mi último lamento
Me voy…
Veo los hilos bermejos en el agua
Se deslíe mi vida
Mejor así…
Ya ni me despido
¿Para qué? ¿De quién?
Un gran NADIE me llorará
Quizás así sí
Me he detenido a auscultarte
A destapar esta venda de blancos
A caminar con tu aire en mis belfos
A buscar tu instante profundo
A desteñir tu arcoíris de ayer
A encontrar en qué parte del camino
tu pie se detuvo y tropecé con él
Tal vez tenga yo la algarabía incrédula
que ronda en tus noches de frío
cuando te supongo y te hago mía
Puede ser que mañana en otro poema
bebas de mis fuentes y bailes
tomada de los bordes de tu falda
…sólo para mí
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