sin título aparente
estaba loco. mi vida al carajo.
me bastaba una sinfonía para
construir unas cuantas palabras.
Echaba la ceniza a las velas.
Conjuraba algo.
lo que fuese.
Bebía desmesuradamente durante
2 o
3
semanas:
una noche 4 o 5 sidras.
otra,
2 de vino.
Mañana,
nadie sabe cuánta
cerveza.
Luego,
me daba un respiro
Era una posesión.
No sabía dónde ir y me
deleitaba saber que
nadie sabía nada.
No supiesen que es lo que
sucedía aquí dentro.
Dónde el mundo se organizaba
en ruina
mientras la
gente moría
y los niños se ahogaban
y los perros eran abandonados también
y yo no podía ni tan siquiera entender mis
propias palabras
al día siguiente,
cuando despertaba
y
jugaba y jugaba y
me paseaba por las calles sin
un plan.
porque no había nada más
digno que aquello
abandono
hay que estar preparado cuando
llega el abandono.
siempre llega
estés cagando o en la oficina,
cenando o durmiendo; en forma de carta,
llamada o
nota flotando sutil bajo la
almohada llega
entiendes luego, después de unos cuantos
contactos, que nada es suficientemente verdadero.
ni mucho menos
las relaciones con las personas
en un mundo tan abastecido de
gente pero tan falto de sentido
te encuentras tan solo,
planeando y bebiendo
planeando y bebiendo
y al otro lado está todo listo ya;
te harán pedazos y ni siquiera lo sabrás,
pero créeme,
pasará.
y se hará la noche
si es que no era noche ya;
y hombres de todo el mundo llorarán
y sonarán en la radio notas desesperadas clamando un poco más de tiempo
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