1.
Entonces la culpa se tornó cruel
y fueron sedientas sus huestes,
Oriana vislumbró el valle
era aceitunado
y amplio ante sus ojos,
regresaron del azul y rojo de las sangres,
los dedos de los enemigos se encorvaron
y fue lento el camino de Hunasofat,
pero quién es este hombre
que dice la verdad
con labios de carnero
y hace morir después
a las gentes
con tal impiedad,
fue crudo el destino,
las relaciones eran agrestes;
pero el olvido
pautó una nueva marca,
hicimos el pan,
tomamos el vino del cáliz,
pero la vuelta no fue segura,
otros escribieron por mis manos,
asaltaron mi corazón
y me dejaron acabada,
la enfermedad
matizó de un profundo ocre mi esperanza,
pero me levanté resuelta
y besé otro amanecer en mis labios.
Las lenguas de los pueblos
eran pobres
y ahora los hebreos
tomaban la venganza en sus armas,
el Oriente se tornó violento,
muchos murieron,
se destrozó el caos,
los muros y fortificaciones cayeron,
pero los blancos apaches del Norte
tornaron sus alas en contra de sí,
cómo pudo soportar tanta indulgencia
de sus pastores,
iglesias,
y demás menciones del todo;
esto fue una mentira,
su interés era el mismo,
llenar las arcas
y saciar en demasía su hambre,
cayó el telón opaco de los siglos
y en ellos no creerán más.
Vaciarás la casa
de aquellos que te defraudaron
y el mismo dolor será el nuestro.
Los pobres pululan como monte
y tantas voces
serán necesarias el día del fin.
2.
A veces el sol camina por mis manos
arañando mi espalda,
diciendo al oído cosas inexactas,
si tu voz es el aliento de los lirios
susurrando esto en mi frente.
Cansada ya de verte
…………de escucharte.
Saltar al viento siempre con mi boca
y saber que no volveré a verte.
Estos días son tan vacíos
y una gran nada
se apodera de ellos,
hacen la visión soluble,
donde todo se desparrama como agua,
como verter líquidos
desde un cielo muy próximo a mí.
Merodeo después de mis pastillas
entre luces tan nocturnas como tus ojos,
como dormida y difuminada de a poco,
embriagarme de las bebidas
que no han probado mis labios,
conocer los oráculos,
visitar agoreros
y preguntarles por un cambio brusco del destino,
de una movilidad hacia lo absoluto,
de devenires alternos.
Sólo quisiera pasearme en una gran casa blanca,
con muchas palmeras,
con una piscina no muy honda,
de cara vertical al sol
y que más allá esté el mar revoloteando sus olas,
que sea mía……………..muy mía,
que el pedazo de cielo que la cubra sea mío también,
ser otra
simplemente más llana…………………..circunspecta
y no asirme a nadie como antes.
Pasearme en una casa blanca…………..muy grande
donde pueda perderme
sin mi pensamiento.
3.
De blanca estela………………….brillante
con el cielo relampagueando
como tus pestañas,
extrañándome a mí misma
y viendo el mar,
añoro mi belleza
oscura y lisa como el mármol,
cómo pude estar ausente
ante mí por tanto tiempo,
cicatricé hoyos
almacené perillas……..envolturas…….viejos armarios
y tu sarcástica voz.
Qué importa el principio
o fin de mi vida
si un velo blanco
de una opacidad maligna
cubre mi rostro,
descubrí en mis oídos
el arte antiguo de la intuición
pero no pude develar el sentido.
4.
Se oculta tras una mantilla fina………………….tirante
hasta las estrellas,
piensa en el arte,
oye música clásica,
habló de Isadora Duncan,
de Coco Chanel y sus trampas,
de la muerte desatinada de Eva Braun,
de Eleanor Roosevelt y sus devaneos lésbicos,
de la bomba de Hiroshima
y la destrucción de Irak;
pero está en un país caribeño y pobre.
Dijo algo de Aristóteles y Botero,
de Kerouac y Schopenhauer,
nombró los planetas y constelaciones,
le sobresalta
mercurio retrógrado en su signo,
la luna de sangre
y el tercer ojo de Alba;
pero la gente aquí nunca supo nada de eso.
5.
Todos duermen
preguntan por sus santos
aquellos que anteceden a la suerte o a los milagros,
pero nerviosa
y ofuscada
como poseída por un demonio infernal
busqué en los huecos oclusos de la memoria,
de las dispares tardes
donde los difuntos ven mis manos:
aruñando
rasgando
el musgo de las aceras,
los tendidos eléctricos,
el paso de las aves.
Mi voluptuoso cuerpo llamado carmín
y grasa revuelta
espinillas merodeando el rostro
convaleciente ya
por el dolor de mi vientre
y el rojo tránsito
que se desparrama de mis vellos,
la vulva hiriente
y sedienta de hombres
o de un simple orgasmo involuntario,
pero ya no frecuento el placer
sino el desespero y el agobio
como en una nota estridente
de la Rosamunda de Schubert
o la Reina asesina de un marido vil
en un siglo perdido de los longobardos;
debo terminar el afeite
o la conclusión que ha hecho falta
en este extraño universo
que se ha convertido mi mente
si no canto a la dulzura del amor
o a lo hermoso que rueda como brillos,
entonces cantaré
a este descalabro sin sentido
donde el sentimiento adormece
y pretende no nombrarse más.
6.
Me he ocultado de todos,
santuarios
y escapularios
de aquellas ancianas
que rondan por las calles
llenas de espíritus
y de bosta de vacas
me protegen,
creen que si me marcho de esta casa
llena de seres extraños
que ofician maleficios en mi contra
salvaré el ya inhumado sacrificio de los muertos,
de vivir atrancada
en vetustas puertas sin postigos
donde no se asoma la claridad
ni el viento,
ni el búho que se guarece
en mis noches para verme,
si huyo un poco,
sólo un poco,
andaré a tientas
pero a salvo de todo daño,
del ritual maléfico de las doce.
Que tu boca bese mi vientre
como un brujo a un sapo
para curar las heridas más hondas
y cada cosa quede en su lugar
sin reventarse o aplanarse
con un fondo y un reverso
como la limpia más profunda
hecha por chamanes mexicanos
en los montes de sal
a orilla de las carreteras
donde el calor revienta el asfalto
y María Lionza
ha descrestado a los gallos más horrendos
que poblaron la Montaña de Sorte
a suerte que cabalgó frenética
por las haciendas de Yare.
Sus textos publicados antes de 2015
105
- De Oriana y otros apuntes, de Carmen Rosa Orozco
(extractos) - viernes 13 de agosto de 2021 - Extractos de Los días asincrónicos de Tina, de Carmen Rosa Orozco - miércoles 20 de enero de 2021
- Dos poemas de El país de Amanda, de Carmen Rosa Orozco - lunes 21 de diciembre de 2020
