Posesión
Dos flechas me traspasan cada día
saetas que volaron a mi lado,
junto al viento, sin que fuera dañado,
peligrosas en sí por cercanía.
Por variación del ángulo me hería
la que más cerca tuve a mi costado,
y tengo el corazón ya desangrado,
por la herida de ésta que más quería.
Vino una noche y no la vi cercana,
su desdén me aplastaba con su peso,
después, el día entró por la ventana,
y de nuevo, mi boca con su beso,
sufrió fatal, escarnio de tirana
que juega con mi espíritu poseso.
Pandemia
Pisaba aquella sala y ya tú estabas
pero entonces yo no te conocía
pasabas a mi lado y no sentía
el hálito de vida que exhalabas
Era mi otoño y nada me importabas
era lejana tarde en que sufría,
con luna opaca, hecha de plata fría,
y ni sabía cómo te llamabas.
Pero lanzaste al aire tu mensaje,
en el seno de aquella virulencia,
que tornó gris todo nuestro paisaje,
sumidos ambos, en aquella ciencia,
para decir te quiero hallé coraje
rompiendo de esa forma mi prudencia
Anzuelo
El día que yo tropecé en mi paso
fue en diciembre, la magia de mi infancia.
Ahora no retengo la fragancia,
y el daño me retuerce en el fracaso.
Yo no me daba cuenta de mi ocaso,
y te traté con toda mi elegancia,
y no faltó una pizca de arrogancia
en tu respuesta a modo de sablazo.
Vete lejos, estética de hielo,
y quítate el disfraz de ser amable,
que mi plegaria llegue pronto al cielo,
para que te disuelvas, miserable,
y nadie muerda en ese vil anzuelo,
de mujer decorosa y deseable
Perdóname, Señor
Sáname ya, Señor, de este castigo,
que espasmos de dolor tengo en mi pecho,
nunca tuve sendero tan estrecho,
ni desapego con este mundo mío
Sollozos que contengo yo en mi lecho,
golpean la distancia de mi amigo,
la amapola murió para ser trigo,
y toca deshacer lo que está hecho
y recorrido ya, todo mi sino,
sólo falta la tierra por morada,
mientras mi sangre, colmada de vino
aquí, impaciente aguarda tu llamada.
Porque vendí tu tempo, y me convino,
al precio de mi alma enamorada.
Conjura
Tú siempre tan lejana y yo sin verte,
ni tocarte tu rostro de azucena,
no quiero seguir vivo con la pena,
de existir sin tus besos, sin quererte…
Fuego me devoraba al conocerte,
en esos llanos de vida serena,
no quiero estar exento de condena
donde entre rejas pude yo tenerte.
Pero una negra sombra urdió conjura
y entre rosas implantaba la distancia,
por la calumnia falsa que supura
en la herida fresca de la ignorancia,
que no concede vida sin usura,
también sin beneficio ni ganancia
- Cinco sonetos de Francisco Cuaresma Borrero - lunes 22 de mayo de 2023
- Cinco sonetos de Francisco Cuaresma Borrero - viernes 21 de abril de 2023
- Cuatro sonetos de Francisco Cuaresma Borrero - miércoles 22 de marzo de 2023