Incitación a roer
“Todos estamos escribiendo el mismo libro, al final de cuentas.
Y ese mismo libro, al final de cuentas, es nada”.
Roberto Bolaño
Roer este hueso
causar la erosión
el desgaste de las superficies
Usar los incisivos para penetrar la osamenta
como perros de caza afinando los caninos
dispuestos a hundir las mandíbulas con diligencia
en el andamiaje profundo
Corroer hilo a hilo
la médula
el pensamiento
la cercenada realidad
buscando el tuétano
—la definición del tejido—
para que al perforarlo
paciente e instintivo
no se halle nada más
que el deshacerse
(sin hallazgo alguno)
y comprender
que este acto de roer
siempre es un ejercicio
que nos recluta para la siguiente jornada
y el hueso es sólo
la iterativa liebre
en esta carrera de galgos.
Cavilar también es una forma primitiva
de afilar los dientes.
Sinope
“La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo”.
Eugenio Montejo
Faena nocturna esta
de la soledad laboriosa
en que por fin anulo de mi alma
toda alma colectiva
y vislumbro en aquel tejido íntimo
de vacilaciones y entrañas
aquello que resulta intransferible
Así nace la paradoja
de hallar lo único
que quizás merezca comunicarse
sólo cuando me atrinchero entre aldabas
contra el resto.
Principio
Somos nosotros
sólo un cumulo de células y aminoácidos
estructuras de carbono que piensan y se enamoran
animales palpando el mundo
con la intuición del tacto
fauna construyendo una Torre de Babel
sobre los cimientos de un lenguaje
que nos unifica
y que nos condiciona
Toda sinapsis es una concepción del mundo.
Sucesión
“Dream Song 29”.
John Berryman
“El fruto no cae lejos del árbol”
me dijo mi padre el día en que más intentaba diferenciarme de él
le dije que hay semillas que son devoradas por pájaros
que tienen otros planes
quizás menos mezquinos
y en esa metáfora de árboles y pájaros
yo quería establecer una distancia segura de Cronos
alejarme de su paranoia de oráculo
de las sombrías pinceladas del cuadro de Goya
“Los hijos matan a sus padres”
él siempre decía
y al final
ni el fruto cayó lejos del árbol
ni mi padre se equivocó tanto con su profecía.
Polvo
“We organic beings who call ourselves humans
are made of the same stuff as the stars”.
Harlow Shapley
No somos más que polvo de estrellas
(tal como lo mencionó primero un astrónomo
para luego ser parafraseado por los literatos)
y en ese afán de ordenarnos como polvo
concebimos las palabras
porque existe una necesidad arcana
—cuando la polvareda adquiere conciencia—
de explicar
por qué hallamos en el cielo nocturno
interrogante y asombro
como si sospecháramos que en su manto
se encuentra el retorno
al origen.
La invención de la rueda
Iter ergo sum
Arremetes contra el acelerador
y la carretera es una saeta que te cargas
Autopista 101, un Bifröst, dirección noreste
Encomendado al dios Min
Un aspirante a cimarrón
Relincho de mustang en las praderas salvajes
quemando el asfalto como si de eso dependiera
la rotación de la tierra
El viaje de la palabra viaje
Rutas dibujadas por sangre de mercaderes
tiñen cada generación
en los planos enrollados en la guantera
Mi norte sólo es una corazonada
mi Estrella Polar a plena luz del día
Diviso la curva del camino y recuerdo un poema crucial
que habla sobre las curvas del camino
y de disfrutar del camino antes de la curva
sin la ansiedad de la curva
y toda mi humanidad pende
de ese preliminar de la curvatura
y de la cartografía ante los ojos.
Ya no existe rincón en el mundo inexplorado
Eso es cierto
Pero no hay nada como el viento en la cara
mientras dibujas tus propios mapas.
Lecciones de Economía
El valor de las cosas
está dado por su escasez
esta es una de las primeras leyes de la economía
que explica por qué un puñado de arena
no tiene el mismo valor
que un puñado de malaquita
El mercado de las relaciones humanas
funciona igual
siendo el amor el bien más escaso
y con un desequilibrio
entre su sobrepoblada y constante demanda
y su escasa y temporal oferta.
- Incitación a roer, de Felman Ruiz
(selección) - viernes 10 de noviembre de 2023 - Siete poemas - lunes 23 de enero de 2017