|
|
Vivimos tiempos de cambio Esta es una frase que siempre ha sido válida; es, de hecho, una frase redundante (los cambios son el tiempo). Pero creo que actualmente es especialmente válida: en una forma u otra, está en boca de cada vez más gente y, probablemente, lo estará cada vez más (los cambios se aceleran y la sensación de cambio se intensifica). Que la realidad es cambiante es algo tan evidente que no merece mayor argumentación, es algo acerca de lo cual el hombre ha dicho mucho desde hace miles de años. Y, sin embargo, a lo largo de la historia humana, un esfuerzo continuado por ponernos en contacto con lo trascendente, estable, permanente, sólido (los "valores eternos"...) nos ha ido alejando de esa evidencia. La validez de esta última frase no es algo tan evidente, precisamente por la eficacia del esfuerzo mencionado. Los hispanohablantes gozamos de una posición privilegiada para aprovechar los frutos que puede producir la concienciación de esta idea: la herencia cultural impresa en nuestro idioma ha sufrido con especial intensidad la acción "trascendente" (herencia que cristaliza en lemas del tipo "limpia, brilla y da esplendor") y, por otra parte, nuestra realidad social resulta con frecuencia penosa. ¿De qué estoy escribiendo? Del anquilosamiento de nuestro idioma, de la necesidad de generar recursos expresivos que nos permitan expresar mejor nuestra realidad y ponernos a la altura de las exigencias que otras comunidades lingüísticas están generando actualmente. Que el castellano es una lengua anticuada y necesitada de una renovación de sus recursos expresivos es una idea que probablemente será combatida desde el búnker de los eternos. No hagamos caso de las sirenas. Sigamos nuestro viaje.
![]() Letralia, Tierra de Letras, es una producción de JGJ Binaria. Todos los derechos reservados. ©1996, 1998. Cagua, estado Aragua, Venezuela
|