Antología de las fases de la luna
Marc Sil
Presente ausencia
¿Qué es lo que dejan los cuerpos al marcharse,
esa presencia ausente que se percibe en los pasillos?
El eco de las conversaciones y la risa
no se extingue del todo en las paredes
Y una vela difusa como ocaso templado
ilumina con su luz permanente los espacios vacíos.
Sin alas vuelas
...sin alas vuela...
(Soledades I, 638).
Sin alas vuelas sueño delicado
por un aire tan azul que te acaricia
con los colores de céfiros y risas.
Eres la flor cariñosa de un instante
abierta en un desierto, luminosa,
de yacente y oscura soledad.
Me arropas con pétalos sonoros
que la brisa vuela de jardines,
caprichosa, que nunca existirán.
Soneto
Una alondra creó tu pensamiento,
invisible en un bosque de ficciones,
ave imposible alada de ilusiones
que volaba en mi sueño y en el viento.
Si espiraba con música el aliento,
soplo de cielo o aria o escalones,
por el aire la alzaban sus canciones,
ascendiendo quimera y firmamento.
No vuela por la noche ni la altura
piando embeleso escanciando utopía,
ave que reme con pluma más pura.
Trance en el céfiro, grata agonía,
no hay ala ni aura ni brisa o ventura
que sople suave tan suave blancura.
Noche cuarta
Lucerna tiene cisnes y puentes y glaciares
que aguardaban azules lejanos tu llegada,
Lucerna tiene un lago y montes apagados
y relojes que marcan un tiempo inexistente.
Por los prados cuidados y edificios dormidos
y planetas que brillan en un cielo ficticio,
por los trenes parados, por aviones sin alas,
por los parques perfectos el amor acechaba.
Eras quien entraba sin zapatos por mi alma,
quien vagaba conmigo en casinos sin nadie,
eras un espejo y unos ojos abiertos.
Eras quien saltaba junto al Rin en la hierba,
quien reía canciones bajo el Geiser de plata,
eras quien lloraba por El Cambio en Lucerna.
Noche quinta
Ahora que te quiero,
ahora que te quiero todavía,
ahora que te espero,
ahora, amada mía,
burbuja de deseo, melodía
real como soñada
que bailas fantasía en el vacío,
amada, amada, amada,
jardín de luz sombrío,
tangible como estatua de rocío,
quisiera que el olvido,
sicario de la muerte vaporoso,
tu ser tan conocido,
me hiciese nebuloso
vacío, borrado, neblinoso.
Quisiera así olvidarte,
quisiera así poder desconocerte,
quisiera así velarte,
poder desvanecerte,
para poder volver a conocerte.
Noche tercera
No debemos volver a los lugares
en que fuimos felices hace tiempo.
Los jardines se agostaron para siempre;
sólo quedan hojas secas de recuerdos.
Selección de espejismos sonoros
Platón II
Si tres dimensiones parece que tenemos
y nuestra sombra sólo dos,
¿no seremos acaso sombra de otras sombras
de más compactos cuerpos,
más dimensionales, sombras a su vez?
Extraño
Extraño a veces a mí mismo me siento
nada de lo mío reconozco como propio
y ajena incluso mi mente me parece.
¿Quién entonces lejano me siente,
quién ausente ausente me siente
cuando soy un extranjero en mi cerebro?
Espejismos sonoros
Espejismos sonoros,
espejismos de afecto,
un frente de espejismos
llega a nuestros pueblos.
Amarás quimeras,
quimeras te amarán,
melodías ficticias
los aires volarán.
Cambian tu pasado,
levantan sentimientos,
presiones metafísicas
perturban tus deseos.
Amarás quimeras,
quimeras te amarán,
melodías ficticias
los aires volarán.
Nombre
Ha sido tu nombre pronunciado
y el eco permanece en el vacío.
Alguna vez sus vibraciones cesarán
y cesará con ellas tu existencia.
Pero será de nuevo articulado
el vocablo que te nombra y te contiene,
y de la nada tu esencia brotará
como efímero brillo que se agota.
Eres un verbo que retorna,
del olvido a la conciencia transitoria,
como anáfora infinita volverás
y volverás también a disiparte.
Die Kunst der Fuge
Ni cuerdas de clave,
ni cuerdas de violín,
ni teclados, ni flautas
cantarán tus contrapuntos.
Hay cuerdas que aguardan
detrás de la niebla
hambrientas de fugas
y ansiosas de vibrar
materia para un Cosmos
y espacio para un Tiempo.
Arpas en silencio
o anillos en calma
o marinas que esperan
partituras o viento,
del soplo musical
de tus cánones y fugas
las cuerdas sonarán
distintos Universos.
Romance del perseguido
(Homenaje a Federico García Lorca)
Grillo, grillo, grillo, grillo,
rana, rana, rana, rana.
En esta noche de perros
ay, madre, si me dan caza.
Sombra, sombra, sombra, sombra,
escopetas en tu espalda,
cuchilladas en tu pecho
y dedos en tu garganta.
Cielo, cielo, cielo, cielo,
ramas, ramas, ramas, ramas.
En esta noche inclemente
ay, madre, si me dan caza.
Perros, perros, perros, perros
me devoran las entrañas
para colgar mi esqueleto
encima de la muralla.
Y la luna me persigue
con sus cuernos y sus garras,
en esta noche implacable,
ay, madre, si me dan caza.
Solo, solo, solo, solo,
solo, solo en la montaña,
compañero de la muerte
que desnuda ya te abraza.
Látigos de zarzamora
maromas de telaraña
en esta noche acechante,
ay, madre, que ya me alcanzan.
Negro, negro, negro, negro,
te persiguen tus pisadas
y tu sombra se te antoja
un jinete en una jaca.
Grillo, grillo, grillo, grillo,
rana, rana, rana, rana,
en esta noche acosante
ay, madre que ya me alcanzan