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![]() A caballo entre la cultura hispanoamericana y la sajona está la cultura chicana. Su literatura constituye un claro ejemplo de sus preocupaciones, problemas e inquietudes. Para explorar los conflictos de identidad de mujer chicana he elegido la novela de Ana Castillo The Mixquiahuala letters, una novela con una estructura realmente original que refleja el sentir de las mujeres de su cultura. Ana Castillo ha estructurado esta novela de tal modo que ha de ser el lector el que elija su propio camino. La novela está compuesta por cuarenta cartas numeradas. Sin embargo, la autora ha decidido presentar tres posibles opciones, la primera para el lector "conformist", la segunda para el "cynic" y la tercera para el "quixotic". En la primera opción el lector conformista se encontrará con un total de 29 cartas empezando en la carta número 2 y finalizando en la carta 34. En la segunda opción el lector leerá un total de 32 cartas, empezando en la 3 y terminando en la 38, mientras que el lector que decida aventurarse a leer la opción última tendrá que leer 34 cartas, desde la número 2 y finalizando con la 1. Esto supone que en ninguna de las tres opciones leeremos la obra completa. El hecho de que la autora ofrezca estas tres opciones hace que el lector pueda ser partícipe de la historia a través de su propia subjetividad. Será el propio lector el que escoja el camino que desee seguir en su interpretación del texto (Quintana, 1996: 91). Para Yvonne Yarbo-Bejarano a través de esta estructura de diversas alternativas Ana Castillo propone tres finales distintos de acuerdo con las tres actitudes antes mencionadas. De este modo el lector conformista, que terminará su lectura en la carta número 34, se encontrará con que Teresa, la protagonista, asume la tradicional idea de la familia a través de su intención de irse a vivir con su hijo Vittorio y su marido junto a sus padres a Cuernavaca. Lo que parecía un viaje subversivo en busca de la propia determinación de la mujer para librarse de los fuertes lazos de la sociedad patriarcal terminaría con una decisión conformista por parte de Teresa asumiendo ese rol socialmente impuesto de madre y esposa. Por otro lado la lectura del cínico que termina en la carta número 38 representaría para Yarbo-Bejarano la confirmación de la traición de la mujer para con la mujer a través de la imagen que ofrece una Alicia traidora en esa carta en la que Teresa comenta que su amiga ha estado viviendo con su novio, Vicente das Mortes. La última visión, la del "quixotic", ofrece una posibilidad mucho más esperanzadora. La carta número uno deja una puerta abierta a una nueva lucha por sus ideales por medio de la preparación de un posible nuevo viaje por el territorio mexicano (The American review, vol. 20, Nº 1: 65). Teresa muestra con su relato un discurso femenino fragmentado, con continuos movimientos en el tiempo de la narración. La fragmentación parte ya del hecho de que Ana Castillo nos presente su obra con tres posibles lecturas. Como ya habíamos visto, si seguimos una de esas tres posibilidades, no leeremos todas las cartas que forman la novela completa, por lo que la obra aparecerá para nosotros fragmentada. Por otro lado la autora ha elegido el género epistolar, género que favorece la fragmentación del texto. Antes de iniciar la novela Ana Castillo nos explica que para aquellos lectores que lo deseen todas las cartas podrán ser leídas como piezas narrativas independientes, con lo que no sólo aparece el texto fragmentado, sino que trata de presentarlo como inconexo. El uso del modelo epistolar favorecería a la combinación de distintos géneros literarios como la narración y la poesía, aunque según mi punto de vista la autora mantiene un tono poético a lo largo de toda la novela. La propia Ana Castillo habla acerca de la génesis de su novela, cuando la autora contaba veintitrés años de edad. La idea de presentar la narración con tres alternativas de lectura entraba dentro de sus planes desde el comienzo. La constatación de que otro autor, Julio Cortázar, había hecho algo similar con anterioridad en su obra Rayuela, fue lo que le impulsó a incluir una dedicatoria al escritor: To the master of the game, ante la seguridad de que tarde o temprano se le iba a relacionar con esta obra (Saeta, E: A Melus interview: Ana Castillo. Melus, vol. 22, Nr 3, fall 1997). Las cuarenta cartas son escritas por una mujer de origen chicano afincada en Estados Unidos, Teresa, a su amiga Alicia, a la que conoció en México. Las cartas no siguen un orden cronológico aunque muchas de ellas continúen con lo escrito en la anterior. A través de la lectura de estas cartas vemos cómo se define la posición de estas dos mujeres que rompiendo al mismo tiempo con su pasado, con su vida rutinaria y con los cánones sociales, se aventuran a realizar un viaje por México, donde tendrán diversas experiencias.
La mujer de origen chicano se encuentra en una situación de múltiple discriminación. Su origen chicano la hará permanecer en un plano secundario y marginal en la sociedad norteamericana. Al tratarse de una mujer de origen también americano, nunca estará totalmente integrada en la sociedad latina, es decir, en los países latinoamericanos; aunque se trate de su país de origen, será vista como "norteamericana". Por último la mujer como tal ha de sufrir discriminación por su sexo dentro de sociedades patriarcales. La mujer chicana permanece en su estado "apátrida" y lucha por encontrar su propia identidad. Por otro lado, nuestras protagonistas sufren discriminación cuando rompen los cánones establecidos, entre ellos el matrimonio, es decir, permanecen solteras o terminan sus relaciones con el divorcio. La situación de la mujer de origen chicano es bastante difícil. Su vida está marcada por la colonización, la del español, después la del anglo y finalmente por el hombre de su propia etnia. La mujer chicana tiene su vida socialmente determinada a ser esposa y madre. El acceso a la educación está muy restringido, aunque la situación haya mejorado en los últimos años. Gloria Anzaldúa, en su obra Borderlands. La Frontera, considera que la mujer de su cultura sólo tenía tres salidas posibles: ser monja, ama de casa o prostituta. Actualmente la educación universitaria es otra posibilidad, pero a la que todavía muy pocas mujeres pueden acceder. La mujer chicana no puede romper lo establecido, es decir, debe renunciar a sí misma en favor del hombre, y llegar virgen al matrimonio (Anzaldúa, G.: 1987: 17). Teresa decide abandonar Estados Unidos tras fracasar en su matrimonio. Viaja a México, cuna de sus antepasados, en un deseo por encontrar su identidad, por un lado su identidad como chicana y por otro lado su identidad como mujer. Esta búsqueda la llevará por el territorio mexicano. Sin embargo, bajo mi punto de vista, tampoco en México encontrará el lugar que le corresponde. Teresa explica a lo largo de la novela cómo su condición cultural ha sido determinante dentro de la sociedad norteamericana. Su color de piel y su nombre hacen que no acabe de asimilarse completamente dentro de la sociedad de Estados Unidos. El pueblo chicano debe parte de su discriminación dentro del sistema estadounidense a su humilde condición económica. A pesar de la pluralidad de culturas que convergen dentro de Estados Unidos, nos encontramos con que dentro de estas minorías los chicanos constituyen el grupo económicamente más pobre. En la carta número 19, Teresa habla acerca de sus orígenes latinos y de lo que esto supuso en su infancia en Estados Unidos, "donde su color de piel y su condición humilde la había sometido a atrocidades" (I thought of the city i'd been brought up in, where dark skin and a humble background had subjected me to atrocities. P. 62. L. 19). Pero en su viaje descubrirá que las cosas no son mejores en la tierra de sus antepasados. Ambas han sido educadas en Estados Unidos, y a pesar de que sus orígenes sean latinos, su comportamiento sigue las costumbres más liberales de la sociedad que conocen. Por este motivo tampoco en México serán aceptadas por la sociedad, una sociedad donde las mujeres con su nivel cultural, su forma de vestir y su actitud no serán bien vistas. La falta de auto-identidad que manifiesta el pueblo chicano se debería, según Portes y Truelove, a su gran diversidad. Los grupos que responden al término "chicano" no forman una unidad, sino que muestran dentro de él una gran variedad (Portes, A. y Truelove, C. 1988: 31). La mayor parte de los chicanos son de procedencia mexicana, seguidos en número por la población procedente de Puerto Rico, sin embargo Estados Unidos cuenta con un elevado número de habitantes de origen cubano, colombiano, etc. Teresa y Alicia se deciden a emprender un viaje por México, dejando en Estados Unidos a su marido y compañero respectivamente. Con esta huida de la vida rutinaria y la búsqueda de su identidad como mujeres y como latinas, ambas rompen los esquemas creados para las mujeres, aparecen ante el mundo como transgresoras de los cánones socialmente establecidos:
(¿Cuál era nuestra trasgresión? Viajábamos solas). Con esto Teresa muestra una clara visión de las diferencias existentes entre ambas culturas, la norteamericana y la mexicana, especialmente en lo que al papel de la mujer se refiere. Teresa parece querer denunciar esa arraigada sociedad patriarcal hispana donde la mujer es un mero objeto para el hombre, como luego veremos, donde no puede alzar su voz y permanece alejada de la educación. Esa sociedad que permanece fiel a sus principios de dominación del hombre frente a la subordinación de la mujer y que se niega a progresar hacia unas ideas más liberales e igualitarias. A lo largo de todo el viaje y a través de los diversos encuentros con hombres Teresa va a ser consciente de que su actitud y aspecto americano va a ser malinterpretado dentro de la cultura mexicana:
(Adiviné que algo desagradable había sido preparado para nosotras. Me arrepentí de mi espontánea disposición inicial a beber y fumar, me percaté de la corta blusa que llevaba, me di cuenta de que habíamos estado en una casa llena de hombres solteros. ¿Qué otra cosa podían deducir aquellos dos tipos conservadores de mediana edad?).
(No te sorprendas de lo escandalizados que mis familiares reaccionarán al saber que nunca has estado casada [abandonada sería más comprensible que nunca haber estado casada]). Teresa viaja a la tierra que sus padres abandonaron para ir en busca de unas condiciones de vida mejores. En la carta número veintiséis Teresa narra su compromiso con un hombre latino, Sergio, con quien espera casarse cuando solucione su divorcio con su actual marido. Teresa contrasta entonces la realidad de México a través su experiencia y la de su madre:
(Pensé en mi madre, a miles de millas y en un país lejano. Ella debía estar pensando en mí también, fantaseando sobre cómo celebraría yo aquella noche con mi prometido millonario en el Yucatán, sobre cómo el destino había sido mucho más benévolo conmigo en su país de lo que lo había sido con ella, sobre la ironía de que su hija pudiese ir a su país de origen y ser inmediatamente recibida por aquellos que rechazaron a tantos de los suyos de modo que dejasen su adorada nación para buscar refugio en otro sitio). La influencia de la cultura hispana se puede ver en Teresa en varios puntos. En primer lugar el tema de la religión es muy importante. La religión basada en la superstición en contraste con el escepticismo de Alicia aparece claramente representada en el episodio en el que ambas pasan la noche con Ponce y sus amigos. También su educación religiosa podría haber influido en su concepción de la institución del matrimonio, como luego veremos. Por otro lado tenemos el uso del idioma castellano como reflejo de su educación hispana. Generalmente las familias de inmigrantes hispanos que se instalaban en Estados Unidos mantenían la lengua castellana al menos durante la primera generación. Los hijos de estos inmigrantes, sin embargo, eran educados en escuelas norteamericanas, por lo que fuera de sus hogares era habitual que hablasen inglés. Desde mi punto de vista resulta bastante extraño que Ana Castillo a la hora de presentar a su personaje principal, Teresa, utilice tan pocos términos en castellano, sobre todo me sorprende que en la carta en la que ella reza el Padre Nuestro lo haga en inglés y no en español, ya que considero bastante probable que esta oración fuera aprendida en el hogar a través de sus padres o la figura de la abuela, más que en alguna institución estadounidense. El uso de la lengua española es bastante escaso, por lo que podría considerarse que se trata de un hecho bastante significativo. Su asimilación a la cultura americana está reflejada en la aceptación casi total de la lengua de Estados Unidos. Según mi punto de vista la realidad personal de la autora se traspasa aquí a su protagonista, la cual utiliza términos españoles solamente cuando se refiere a expresiones dichas por otras personas hispanas, pero que no las utiliza ella misma para comunicarse. Los términos castellanos que aparecen en la novela corresponden a nombres de comidas como tortilla, hongos de maíz, nachos, etc. Expresiones que, como he dicho, Teresa oye decir a otras personas en México, como: Oye, chula. ¡Caliente! o ¡Qué jodienda! En dos ocasiones Teresa nos recita en un primer caso un verso y en otro una nana, pero a continuación nos da la traducción al inglés, por lo que parece una novela dirigida a unos lectores más bien americanos.
Ambas mujeres luchan por unos ideales que no son comprendidos por los que las rodean. Han roto las reglas supuestamente correctas del comportamiento femenino, la figura estereotipada de la mujer creada por el hombre:
(Estaba marcada por algo bueno o malo, pero que nunca me abandonaría).
(El lunes, cuando Melvin y Libra estaban haciéndose con aquel viejo caballo, hice mi maleta con jeans, libros y poemas y me largué yo sola). A lo largo de toda la obra nos encontramos con una denuncia hacia la situación de la mujer en las sociedades patriarcales, hacia la violación de los derechos de las mujeres y de lo que la institución del matrimonio supone para ellas. En la carta número treinta y dos Teresa denuncia la situación de la mujer en otros países, como en Arabia, donde la circuncisión femenina aún es practicada para que las jóvenes no cometan actos que "pudiesen deshonrar a su familia". En la sociedad latinoamericana a través del matrimonio la mujer pierde por completo su identidad propia. A partir de ese momento es su marido el que asume todo el poder. Si hasta aquel momento la mujer había tenido pocas oportunidades para hacerse oír dentro de su sociedad, después de casarse la mujer debe permanecer en silencio para siempre. Entre otras cosas la mujer chicana cesa de tener compañía femenina. Sin embargo Teresa no acepta esta situación de silencio que la sociedad hispana impone. Encontramos una clara diferenciación entre la concepción que Alicia tiene del matrimonio y la que tiene Teresa. Por su parte Alicia no sólo no se plantea casarse, sino que le parece sorprendente que alguien pueda desear semejante condición, como vemos por ejemplo en la carta número nueve, donde califica al matrimonio como "slavery" (esclavitud) (P. 32). A Teresa, sin embargo, el matrimonio parece importante. Ella se ha casado, y ha fracasado en ese matrimonio. En Estados Unidos ha fracasado sentimentalmente, y con frecuencia denuncia su descontento con respecto a las relaciones que allí se establecen entre hombres y mujeres, "enredadas por la mentira". En muchas ocasiones va a referirse a esa relación infructuosa, pero con ello lo que hará será mostrar su descontento hacia el hombre al que estuvo unida, a la situación en sí, pero no a la institución del matrimonio. Esto lo vemos en el hecho de que aún no se ha divorciado de su primer marido cuando acepta casarse de nuevo con Sergio. Lo que sí podemos observar es que en Teresa ha habido un cambio de mentalidad con respecto a este tema. Para ella el matrimonio ha perdido el romanticismo, la parte destinada al amor, y se ha creado una idea mucho más materialista:
In the modern U.S., I married a poor man out of love. Poverty had won out and separated us. P. 62. L. 19. (¿Qué tenía que ver el amor con el orden de las cosas? Una mujer no se casaba por amor en aquella parte del mundo. Se casaba por necesidad. En los modernos Estados Unidos yo me había casado con un hombre pobre por amor. La pobreza había ganado y nos había separado).
(...comprensión uterina. En hermandad. En solidaridad). Con este viaje ambas mujeres se unen por un objetivo común. En la carta número siete Teresa cuenta cómo en una ocasión esa unión entre mujeres va a llevarlas a formar una alianza de amistad con otra mujer más en su misma situación. Sin embargo una vez más Teresa manifiesta su sentimiento de fracaso y su decisión de regresar al lado de su marido. El peso de la sociedad va a ser demasiado fuerte e influyente para ellas:
What we could not offer my sister was acceptance into society, her raison d'être. At the end of the summer, she went back to her husband. I packed a duffel bag with jeans, poems, and a few books, and went to follow mine too. P. 28. L. 7. (Estaba entusiasmada con todas nuestras sugerencias porque, por primera vez en su vida, tenía la posibilidad de elegir, expresaba una opinión y era capaz de decidir lo que quería hacer un sábado por la noche. Lo que no le pudimos ofrecer a mi hermana fue aceptación en la sociedad. Al final del verano ella volvió con su marido. Yo hice la maleta con jeans, poemas y algunos libros y me fui a seguir al mío también).
You me the childhood friend from back home Whose husband called every morning at 7.00 a.m. Hating that she left "to find herself" as was the order of the day We were obsessed With visions of snakes that threatened To wind themselves around our yearning hearts... P. 38. L. 10. (Éramos tres, ¿recuerdas? Tú, yo, la amiga de la infancia cuyo marido llamaba todas las mañanas a las 7.00 lleno de odio porque ella se marchó "a encontrarse a sí misma" como era la orden del día. Estábamos obsesionadas con visiones de serpientes que amenazaban con enredarse en nuestros corazones ansiosos...).
(En el embarcadero yo leía poemas y pasajes de libros en voz alta mientras tú pintabas y comentabas que el lago parecía lo suficientemente inmenso como para llevarnos hasta China). Lo que en principio era una estancia de dos meses en México para realizar un curso sobre cultura hispana, se convierte en una huida de una realidad hostil y una búsqueda de su propio "yo" después de conocer a Alicia. Durante su viaje por México Teresa y Alicia experimentan diversos encuentros con el sexo opuesto que nos van a ofrecer una clara visión de la perspectiva masculina con respecto a la mujer. En casi todos los encuentros entre las protagonistas y estos hombres, ellos tratarán de llevar la situación por medio de diferentes estratagemas, hacia un fin último y común, que es tener una relación sexual con ellas.
I told him to forget it. P. 52. L. 16. (Él quería que yo me quedase para que estuviésemos juntos siempre. Su padre me encontraría un empleo, si eso era lo que yo quería. Él me amaba. Tenía derecho a pasar la noche conmigo. Le dije que lo olvidase).
(¿Qué era una hora de discusión general si esto significaba que iba a conseguir finalmente su propósito?).
(En aquel país el término "mujer liberada" significaba algo distinto que en Estados Unidos. En este caso describía simplemente a una mujer que se acostaría indiscriminadamente con cualquier hombre que se encontrase).
(Lo que tú percibes como "liberal" es mi independencia para elegir lo que hago, con quién y cuándo. Lo que es más, también significa que puedo elegir no hacerlo con nadie nunca).
(Tú no eras la deseable, suave, poco complicada, maternal/infantil, rolliza, regazo y abrazo siempre dispuesto, rubia, vivaz, con fruncidos labios de rojo cereza, una estrella de plástico de las películas de Hollywood, la santa madonna, cualquier imagen, ilusión, desilusión, alucinación, brillante, reproducción en celuloide, estereotipo, definición preconcebida que el hombre tiene de lo que una mujer es y debe ser. Por lo tanto, tú no serías amada).
(Ella comienza el metódico proceso de recoger los fragmentos de aquella mujer, como dentadas piezas de un roto jarrón de porcelana china, y las pega, con paciencia, tan hábilmente como le es posible).
(Ella didujó una serpiente. S. Dibujó otra serpiente. S. Dos serpientes. Estaba obsesionada con las serpientes. La mujer serpiente, Coatlicue). Otra autora chicana, Gloria Anzaldúa, retoma también este mito en su obra Borderlands. La Frontera. En el cuarto capítulo de esta obra, que ella titula "La herencia de Coatlicue", Gloria Anzaldúa explica su visión de esta figura mítica. Para ella Coatlicue es la montaña, la Madre Tierra, la diosa del nacimiento y de la muerte. La autora considera que Coatlicue representa la contradicción, la figura en la que todas los símbolos de la religión de los aztecas estarían integrados: vida y muerte, cielo e infierno, la belleza y el horror, el águila y la serpiente. Coatlicue es una mujer marcada, una mujer traicionada por su cuerpo. La autora insiste en la idea de que Coatlicue representa la dualidad (Alzandúa, 1997: 41-50). La novela de Ana Castillo está marcada por esa dualidad, una dualidad entre lo hispano y lo norteamericano, entre la mujer y el hombre, entre la generación de los inmigrantes y la de los hijos de éstos. Como había adelantado, considero que la búsqueda de identidad ha quedado inconclusa. Sus expectativas no se verán cumplidas. Teresa dice en la carta número uno:
(Alicia, no sé por qué tantos de nuestros ideales fueron apagados como colillas de cigarrillos cuando creíamos en ellos tan furiosamente. Quizás no fuimos lo suficientemente furiosas).
(Junto a ti iba un hombre al que intentaste enseñar todas las cosas que acababa de contarte que Vittorio debía aprender si iba a crecer para ser un compañero decente de una mujer).
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