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¡No logro avanzar en mi texto!
¿Qué hacer cuando las ideas no fluyen al escribir?

sábado 12 de enero de 2019
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¡No logro avanzar en mi texto!, por Arianne Cuárez

Un tema tabú para algunos y ampliamente común para otros, abordado a veces desde la pretensión de querer mostrarnos como escritores expertos, y otras veces expuesto desde la naturalidad. Lo cierto es que a todos nos pasa: estamos en medio de la redacción de una historia, un artículo o un trabajo de investigación, y de pronto nos estancamos, nuestras ideas se esfuman y ya no sabemos retomar el ritmo. Hablemos con franqueza sobre esto.

Cuando te quedes en blanco al trabajar en tu texto piensa por un momento en tu lector.

Antes de que sigas leyendo te recomendamos que te liberes de todos los prejuicios y temores que tengas con respecto al tema. El bloqueo al escribir es bastante frecuente, y afirmar que un escritor es mejor que otro porque nunca se ha quedado en blanco en medio de una historia es ridículo. A continuación, te invitamos a reflexionar en los siguientes puntos antes de emitir algún juicio sobre tu rendimiento frente al teclado.

  1. ¿Dominas lo suficiente el tema y género en el que estás trabajando? Cuando tú y tu manuscrito padezcan bajo los efectos del síndrome de la página en blanco, te recomendamos que te hagas preguntas. ¿Dominas lo suficiente el tema y el género en el que estás trabajando? ¿Necesitas leer más al respecto? ¿Necesitas investigar un punto específico o consultar la opinión de alguien más? No dudes en responder estas preguntas y emprender las acciones que consideres necesarias: hacer un nuevo esquema, reescribir… ¿Un consejo importante? Libérate del ego y también del miedo. Es cierto que escribir es un oficio íntimo y bastante solitario, pero consultar la opinión y tomar las sugerencias de otras personas puede, sin duda, darte las luces que necesitas para continuar.
  2. El descanso también es importante. Si la inspiración toca a tu puerta y te invita a permanecer horas y horas frente al teclado, haciéndote escribir párrafos enteros que realmente te hacen sentir satisfecho, disfruta el momento. Sin embargo, si tu situación es distinta y llevas bastante rato sin lograr escribir una frase, entonces es momento de descansar. Ernest Hemingway se tomaba hasta tres semanas para descansar el manuscrito en el que estaba trabajando, pero si tus tiempos son distintos, te recomendamos que al menos te sujetes a un horario que puedas seguir con disciplina. El tiempo que no estés frente al teclado o en tu mesa de trabajo sal, disfruta de un café, practica algún deporte o acude a un lugar que te permita entrar en contacto con la naturaleza. Seguramente no podrás apartar tu texto de tus pensamientos pero, sin duda, lograrás pensar mejor después de tomarte un momento para ti.
  3. Piensa en tu lector. Este punto podría suscribirse al primero de esta breve lista. Cuando te quedes en blanco al trabajar en tu texto piensa por un momento en tu lector. ¿Para quién estoy escribiendo? ¿Cuál es el perfil de ese lector? ¿Se sentirá satisfecho con el camino que está tomando mi historia? ¿Cuáles podrían ser sus sugerencias? Anota las ideas que tengas en una libreta, en tu computadora o en la aplicación de notas de tu celular, lo importante es que puedas volver a ellas cuando lo necesites y construir a partir de esas observaciones. Ten calma. Cada historia, cada libro, tiene su tiempo de maduración.

¿Te animas a poner en práctica alguno de estos puntos? Anímate a crear tus propios ejercicios para retomar el ritmo al trabajar en un texto y, sobre todo, reencuéntrate con tu estilo cada vez que escribas. Escribir es justamente eso, un proceso de encuentro, de reconocimiento.

Arianne Cuárez

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