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Providencia Castro Apolinaris, Provi:
la mujer que con educación y perseverancia logró salir adelante y ser una triunfadora

viernes 22 de octubre de 2021
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Providencia Castro Apolinaris, Provi
Providencia Castro Apolinaris, Provi: “El latinoamericano tiene que trabajar mucho el tema del machismo”.

El color de su piel, y las circunstancias de pobreza de su familia, parecían configurar el destino de Providencia Castro Apolinaris, a quien con afecto los suyos llaman Provi. Las dificultades vividas desde la más tierna infancia, lejos de intimidarla le dieron la fortaleza suficiente para forjarse el reto de salir adelante. Siempre guiada por el afán de ayudar a sus semejantes, se convirtió en enfermera y rompió el círculo vicioso al que parecía condenarla la vida.

Un buen día, Provi conoció a la escritora venezolana Iris Tocuyo Llovera y compartió con ésta su proyecto The Best 50’s & More, una iniciativa que se enfoca en devolverle la autoestima y el ejercicio de la creatividad a damas de más de cincuenta años. De ahí a proponerle a Iris que escribiera un libro sobre su vida hubo sólo un paso, y hoy ese libro es una realidad: Carlina, una historia de amor y superación, fue publicado por la editorial La Bodeguita de Iris.

Hoy conversamos con esta mujer puertorriqueña que ha demostrado con su entereza que es posible triunfar, más allá de las pruebas que imponga la vida.

“Carlina: una historia de amor y superación”, de Iris Tocuyo Llovera
Carlina: una historia de amor y superación, la biografía de Providencia Castro Apolinaris escrita por Iris Tocuyo Llovera (La Bodeguita de Iris, 2020). Disponible en Amazon

—¿Cómo nace el interés en contar tu historia?

—Toda la vida he luchado por conseguir lo que quiero. Me ha costado mucho esfuerzo conseguirlo. Y pensé que mi manera de perseverar en la vida podría ser dar ejemplo de superación y autoayuda para muchas personas que enfrentan o han enfrentado en su pasado la situación que yo enfrenté en mi niñez.

—Te defines como una triunfadora, ¿qué es el triunfo para ti?

—Sí. El triunfo para mí es al mirar hacia atrás y ver todo lo que he recorrido y he logrado y pensar que aquella niña pobrecita, hoy, con su perseverancia y tenacidad, ha alcanzado todo lo que se ha propuesto.

—Aunque este libro cuenta tu historia, se lo dedicas a tu madre. En tus palabras, ¿quién fue Carlina Apolinaris Acevedo?

—Carlina fue una mujer muy sufrida, que no fue amada como ella amó. Educada, luchadora, muy trabajadora, una mujer con temor de Dios, y que muy temprano adivinó y me preparó para lo que iba a pasar desde mi temprana edad.

—¿En qué momento te diste cuenta de que tenías la capacidad para rebelarte contra tu destino?

—Desde muy temprano en mi edad yo sabía que, si seguía estudiando, podría cambiar muchas cosas de las que me estaban pasando. Y así fue porque utilicé mi educación para salir adelante y ser una triunfadora.

—Tuviste el sueño de estudiar medicina. Te hiciste enfermera y de esa carrera te jubilaste. ¿Cómo te sientes al atender a otras personas?

—Me gusta ayudar al prójimo y siempre he dicho que nací o para ser médica o para ser enfermera. Actualmente, aunque no soy médica, el destino y mi perseverancia me han dado la oportunidad de ser un recurso y poder educar y evaluar a los estudiantes de medicina de primero a cuarto año de la Escuela de Medicina del Recinto de Escuelas Médicas de la Universidad de Puerto Rico, a través de una materia que es el Programa de Paciente Estandarizado.

—¿Qué es The Best 50’s & More?

—Es un proyecto que estuve planeando por mucho tiempo y al fin en 2018 se hizo realidad. Este proyecto trabaja con la belleza y resalta la autoestima de nuestras damas de cincuenta años o más. Es un proyecto de vida que ayuda a encontrar el balance entre la feminidad y ser mujer. Busca el resurgir de la mujer como un ser valioso en nuestra sociedad, al brindarle diferentes talleres en áreas como las bellas artes, el protocolo social y profesional. Con esto le demostramos al mundo que la edad no es una desventaja para alcanzar nuestros objetivos.

—¿Cómo es tu labor con los niños y adultos con síndrome de Down?

—Yo soy auspiciadora del grupo de adolescentes con síndrome de Down. Ayudo a mi compadre Adrián Hernández con la práctica de tenis y doy una vez al año un campamento de verano en el cual les enseñamos autoestima, refinamiento, baile y modelaje. Para mí las personas con síndrome de Down son muy sinceras y especiales. Con ellas he experimentado el amor más sincero que puede brindarle un ser humano a otro. Yo los amo.

—¿Puedes contarnos más de tu experiencia en el cine?

—Llegué al cine por casualidad. La responsable fue la directora de casting Patricia Alonso, quien fue la que me descubrió y me inició como talento tanto en el cine como en anuncios para la televisión. He sido extra en diecisiete películas y en varios anuncios de televisión. Y en 2017 fui escogida para la campaña internacional a nivel de Estados Unidos y Europa de Ashley Graham —Swimsuits For All— como modelo principal en su traje de baño.

Aunque en mi país nieguen el racismo, la mayoría de las personas piensan que el negro debe casarse con el negro y el blanco con el blanco.

—Hasta que conociste a tu actual esposo tuviste experiencias dolorosas con los hombres, primero con tu padre, luego con tu marido y otras parejas, como cuentas en la obra. ¿Cómo vives el machismo latinoamericano y específicamente puertorriqueño?

—Mi actual esposo es muy bueno. Un hombre con convicciones religiosas, espirituales y muy amoroso. En mi vida tuve muchas desilusiones —casada y después divorciada. El hombre latinoamericano es igual o parecido al hombre puertorriqueño, casi siempre tiene ideas machistas. Tengo que aclarar que no son todos, pero todavía hay mucho que trabajar por ese tema. Para mi entender hay de todo, hombre bueno, malo, y no tan malo —como dicen los puertorriqueños—, donde quiera se cuecen habas.

—El racismo es otro de los males de la sociedad a los que te has enfrentado. ¿Cómo ves la sociedad actual en cuanto a este tema?

—Por lo menos tengo que decir que la sociedad ha mejorado algo en la cuestión del racismo, pero siempre hay quien no quiere que su hijo blanco se case con una negra. No es todo el mundo, pero hay excepciones. Por ejemplo, yo voy a un centro comercial con mi esposo, cogiditos de la mano. Mi esposo es blanco, rubio con ojos azules y americano, y yo soy bien negrita. Entonces yo puedo mirar, al pasar al frente de la gente y verlas hacia atrás disimuladamente, y parecen estar pensando: “¿Por qué esa negrita está casada con un hombre rubio y blanco?”. Porque, aunque en mi país nieguen el racismo, la mayoría de las personas piensan que el negro debe casarse con el negro y el blanco con el blanco, pero no es así. Porque cuando uno se enamora y ama a esa persona —no importa que sea blanca o sea negra—, sólo existe el amor.

Jorge Gómez Jiménez

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