
Nagapushpa: bestiario marino
Yhonaís Lemus
Poesía
Editorial Vuelo de Quimera
La Plata (Argentina), 2022
ISBN: 978-987-88-7538-5
89 páginas
A finales de 2022, un poemario de Yhonaís Lemus recibió el premio del concurso Poesía Metafórica de la revista Vuelo de Quimera de Argentina. No sólo por este reconocimiento se convierte Nagapushpa: bestiario marino (2022) en un libro fundamental en la tradición poética venezolana; hay otras numerosas razones, las cuales comentaré de manera panorámica en las próximas líneas.
Si antes Lemus mostró los animales en sus iniciales textos, hoy se aventura por aquella singladura misteriosa y profunda de los bestiarios marinos. Durante el Medioevo, ellos sirvieron como formas simbólicas y moralizantes del cristianismo y ayudaron también a asombrados navegantes a imaginar las maravillas con los cuales se encontrarían:
En el océano Índico hay ballenas que son tan grandes que parecen islas. Y a veces, a causa de la tierra que tienen en ellas, las plantas crecen en su espalda. Los hombres que cruzan el mar se confunden y desembarcan en estas ballenas. Cuando sienten el movimiento de los hombres sobre ellas, se sumergen rápidamente hacia las profundidades, por lo que los hombres se ahogan (Raposo, 2021).
Pero la travesía de Yhonaís Lemus no es esta; su recorrido es más silencioso e intelectual. Es un viaje sabio e inteligente por la tradición, donde actualiza las viejas imágenes de seres extraordinarios y aporta visiones más recientes, desde la poesía y la inmersión ontológica.
No es Latinoamérica tierra extraña a bestiarios, pues desde su develamiento a Europa se nombraron numerosos seres en diferentes registros. Los cronistas de Indias juraban haber visto sirenas, cinocéfalos, grifos y otras maravillosas especies en estas tierras (Rodilla León, 2007). Nada raro, entonces, que poetas contemporáneos continuaran esa tradición, desde Juan José Tablada, Andrés Eloy Blanco, Nicolás Guillén, Carlos Antonio Castro, Pablo Neruda, hasta José Emilio Pacheco, José Watanabe, Eduardo Chirinos (Raffini, 2016). Sin embargo, precisemos que la mejor conexión de Yhonaís Lemus es con voces femeninas, pues, a diferencia de los bestiarios medievales, donde la prédica cristiana se sustentaba en una visión dogmática y patriarcal, ella se relaciona mejor con Anne Carson, Margarite Yourcenar, Mary Oliver, Elena Vera y también con las ideas de Deleuze y Guattari.
En dos aspectos se aleja Lemus de los textos medievales; primero, en el rechazo del símbolo como doctrina moralizante, y segundo, en la manera de mostrar la relación entre lo animal y lo humano.1 A este respecto, útil nos parece Rossi Braidotti y su reflexión sobre los discursos nómadas y posthumanos y sus formas de acercamientos teóricos donde lo racial y lo genérico deviene también en ontológico (2009, 2015).
En el caso de este poemario se navegan varias veces los bordes entre diferentes entidades: entre vegetales, rizomas, animales, minerales y humanos. Por ejemplo, la especie que le da título al libro, Nagapushpa, es un tránsfuga entre lo animal y lo vegetal. Su insólita condición se define por su particular constitución orgánica y también por su florecimiento insólito:
florece cada treinta y seis años como un invertebrado marino
abanico fractal
imitación de este mundo
abre tus brazos Diosa Durga madre del universo azafrán de cobre que todos los minerales penetren tus poros que cada pluma de mar aletee el vacío (36).
El nomadismo ontológico puede percibirse en el libro con la pérdida de las concepciones familiares sobre los animales, en la borradura de sus clasificaciones estrictas entre ellos y en la no diferenciación radical con lo humano.
En el poemario, la situación nómada por ejemplo se esboza en el pez piedra, habitante de los fondos marinos, que se camufla para parecerse a: “un trozo de coral con la piel gris con tonos / blancos marrones rojos amarillos verdes” (53-54).
Esta indistinción ya fue vislumbrada hace años en La trascendencia de los insectos (2008), cuando Lemus apostaba por los animales invertebrados, los cuales regresan ahora como moluscos y celentéreos. Recordemos que son los invertebrados las especies menos inventariadas, y esto se debe a su colocación movediza en los fondos y sedimentos marinos y a su tamaño escurridizo y mínimo.
En este libro proteico el bestiario se construye con varios registros textuales: los científicos, los míticos y el instructivo de la receta de cocina, entre otros. Lemus acude a cierto examen científico, pero sólo de manera tangencial y elusiva. En el caso de las referencias, se colocan a pie de página de manera breve y escueta y se integran al texto para convertirse también en versos: “Dr. J. L. B. Smith de la Universidad de Rhodes: ‘No hubo sombra de duda, es una de aquellas criaturas de hace 200 millones de años viva otra vez’” (19).
Es difícil imaginar un bestiario como recetario, pues se borraría y reescribiría su contenido simbólico. Sin embargo, ella incluye dos memorables poemas donde enseña técnicas para transformar el vivo espécimen (pez globo y langosta) en alimento y producto.
técnica tradicional japonesa para cocinar pez globo o fugu
1. aturdir al pez dándole un golpe contundente o una puñalada en algún punto vital, preferiblemente en la cabeza
2. convertir en filete al momento en el que se le extrae el hígado; una de las partes más ricas y tóxicas
3. con un cuchillo bien afilado cortar la cabeza, las aletas y la cola
4. quitar la piel y con la punta filosa de un cuchillo extraer los ojos
5. cortar la parte de las branquias (el pescado debe quedar limpio y destripado) (50).
En cuanto al relato mítico, lo presenta en sus diversas variantes culturales, desde lejanas geografías como Australia, Japón, la India, hasta culturas más cercanas como la maya o azteca. Por supuesto, no hay nada de intención académica en sus presentaciones: “Se cuenta en las historias más antiguas de Japón que el Namazu es el único responsable de que la tierra se mueva cuando ocurre un terremoto o un tsunami” (32).
Del registro poético se vale de una estructura significativa como el haikú,2 el cual maneja de manera libre y con una disposición tipográfica para trasladarlo en la página y convertirlo casi en una especie mutante en los océanos del texto.
en las peceras
muchas vidas se pierden
en lo irreal“haikú suspendido” (58).
Además, está la exploración de un ritmo roto y experimental, pues para este poemario fue requerida una cadencia semejante a una respiración oceánica, como de devenir natatorio o de inmersión en los mares
las / roturas / forman / parte / de / la / historia / de / todas / las / especies / esa / memoria / cósmica / une / las / grietas / que / muestran / su / esplendor / dorado / todo / lo / im / permanente / e / im / perfecto / brilla / al / soltarse / los / cortes / como / salidas / de / liberación (56).
Son estas algunas de las razones que hacen de este un meritorio poemario de la contemporánea producción venezolana. Aparece en un contexto donde otros escritores como Harry Almela (Daños colaterales, 2019) y Adalber Salas Hernández (Nuevas cartas náuticas, 2022) publicaron poemarios dedicados a lo marino y a la navegación. La relectura de cada uno de ellos los colocará en la justa medida de nuestra tradición poética.
Referencias
- Braidotti, Rosi (2009). “Animals, Anomalies, and Inorganic Others”. En: PMLA, volumen 124, Nº 2. Cambridge University Press; Cambridge, Reino Unido. Pp. 526-532.
— (2015). Lo Posthumano. Gedisa; Barcelona (España). - Malaxeverrìa, Ignacio (2002). “Introducción”, en Bestiario medieval. Ediciones Siruela; Madrid (España).
- Raffini, Daniel (2016). “Poesía y bestiario en Hispanoamérica”. III Seminario Internacional de Poesía “Azul de cisnes blancos y aeroplanos del calor” (Universidad de La Coruña, septiembre de 2016).
- Raposo, Claudia Inés (2021). “Ascenso y caída de las bestias: evolución de la alegoría animal en la Edad Media”. En: Medievalista, Nº 29. Instituto de Estudios Medievales de la Universidad Nueva de Lisboa (Portugal). Pp. 149-181.
- Rodilla León, María José (2007). “Bestiarios del Nuevo Mundo: maravillas de Dios o engendros del demonio”. En: Revista de Filología Hispánica, volumen 23, Nº 1. Universidad de Navarra (España). Pp. 195-205.
- La transfiguración de los elementos marinos
(sobre Nagapushpa: bestiario marino, de Yhonaís Lemus) - sábado 19 de agosto de 2023 - Entre los recuerdos y los espejos de Frida - domingo 2 de julio de 2023
Notas
- No es oportuno extendernos aquí sobre las heterogéneas y vastas reflexiones filosóficas, estéticas, económicas y política sobre el asunto; sin embargo, podríamos citar, además de Braidotti, a algunos teóricos como Matthew R. Calarco, Gabriel Giorgi, Donna Haraway, Julieta Yelin, Cary Wolfe.
- Uno de los más famosos introductores del haikú en español y en latinoamericana fue el mexicano Juan José Tablada, quien hizo varios de ellos referidos a animales.