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Seis poemas de Copulo ergo sum, de Alejandro González Espinoza

lunes 30 de octubre de 2023
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Uno

A cada tajo rasga de mí lo innecesario tu boca
dejando en cuclillas e indefenso lo esencial
lo que es en sí y por ti……único

Con descarnada piedad separas el antes del ahora
dejándome madero a contracorriente
espejismo de bosque o cruz

Diosa impúdica de la nostalgia
nada sutil artesana de nudos arcaicos

¿Convertido en blasón me dejarás?
¿O me arrojarás al fuego abierto entre tus piernas?

 

Dos

La noche cubre tu cabello desnudo
El cielo sellado sin estrellas queda
enredado también queda en tus ojos oscuros queda
en tus pechos que resplandecen pese al frío
maduros y rebosantes de placer

Huele a clandestina la intención de tus manos
¿Querrán ellas alcanzar el destello que les pertenece?
Desandar la breve luz de otro cuerpo quieren
para de amargo craso impregnar
la rosada comisura de tus labios

 

Tres

Buscan mis dedos la raíz de tus gemidos

Con desatada y temeraria codicia
buscan mis dedos
el consuelo de la nada antes de todo

Avariciosos
tocan la punta del Edén…..mis dedos
deseando alzar tus caderas
otorgarles mi salvación
entre plegarias de más y círculos concéntricos

Al fin
ardiente distancia logro acabar
fragor imprescindible sacudiendo tu alma

Sublime sí alcanzas a darme
mujer
casi colmada en tu quebranto

 

Cuatro

Muero de hambre
cuando tus senos rugen sobre mí
cuando se mueven tus caderas a ritmo salvaje
cuando tu sexo muda la piel dejándome vacío
Muero de hambre

Muero de sed
esperando el sudor que corre por tu cintura
el húmedo abrazo de tus muslos
el resbaloso cáliz de tus labios
Muero de sed

Muerto al final soy
cariño infame
todo en ti consumado
todo en ti……satisfecho

 

Cinco

Quítate el pudor
deja los pecados tirados en el suelo
desnúdate de tu pasado
y ven…..ven a mí

camina lento
envuelta en aromas de carne rebosante
en esos tus ojos llenos de querer querer

Deja correr tu lengua
mariposa sencilla de alas lujuriosas
sobre mi piel embebida en sal y sangre

Envuelve mi testimonio
dale calor con tus manos
ternura de puta brava

La noche recién comienza

 

Seis

Suben tus pies fríos por mis muslos
lento y cada vez más suben
tiernos y fríos……suben

Cansino escozor el de tus pies
que todavía más suben
no se detienen
inclementes……despreocupados

No es tal decisión tu libertad
no es albedrío ni consejo
sagrado fruto ni sincera esclavitud


esclavo me siento y gozo la esclavitud
bajo tus pies quemantes de mi carne
por un fino instante libre

Alejandro González Espinoza
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