Se torna interesante este pequeño opúsculo de crónicas perteneciente a las letras de Jorge Gómez Jiménez, visto desde la reseña de G. Mármol cuyo ojo crítico desgaja la prosa del autor de “Torniquete” a partir de la trivialidad citadina de una mega y hermosa urbe (¿o lo era?) como Caracas, al revelar el imaginario social de los habitantes ¿o des-habitantes? de dicha metrópolis. Pero pudiéramos decir o imaginar, además; que subyace en las notas de Mármol desde su vista intelectual sobre dichos relatos no solo el inframundo en que se convierte, por momentos, ese topo subterráneo para la población caraqueña sino por la sinuosidad de esa lombriz mecánica convertida en símbolo de desfallecimiento y agobio para sus usuarios por lo que allí se vive, respira y escucha. Pero asimismo nos ofrece un análisis puesto de manifiesto a partir de las narraciones plasmadas en “Torniquete”, del que no se obvia la “heterodoxia superestructural” impuesta al venezolano bajo la condición o cualidad de NO SER NADA para los “gobernantes” actuales a partir de su insolencia y perversidad ideológica.

Responder