Una producción
de Editorial Letralia
Cagua, Venezuela
Jorge Gómez Jiménez
Editor

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Letralia, Tierra de Letras
Año VIII • Nº 102
20 de octubre de 2003
Cagua, Venezuela

Depósito Legal:
pp199602AR26
ISSN: 1856-7983

La revista de los escritores hispanoamericanos en Internet
Letras
Poemas
Albin Casaña

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Ausencia

Amor pagano, libre. Se va.
Anda caminos enteros y a veces repetidos.
Vistos por primera vez,

Es la experiencia primera.
Se va, es ausente y temible ahora,
es indeseada después de morir por ella.

No estás, no vivo. No cuento, no veo.
No encuentro y te ignoro ahora.
Sólo lloro y aparece el silencio.

Melancolía, me arropan las visiones de tristezas,
absorbida en cuerpo y asumida en mente, sabiendo que no regresarás.
Vuelvo por los caminos abandonados, destruidos por mí, hace poco tiempo.

Porque se largó por esos caminos.

Mirar atrás, es pecado.
Aquí, la espera, larga, desesperada y atenta. Eterna.
Presente ahora, espero que no sea después.

Viendo los caminos, destruidos por mí,
regreso buscando huellas, marcadas de ida, no de vuelta.
Se ha ido.

Ausencia, gritos de silencio reprimido,
Es que sólo hay silencios. Es que sólo hay soledad.
Sólo entrego recuerdos.

Tristeza, eres reina,
Amor, eres desterrado.
Camino, eres borrado.

Ojos, ¿por qué lloras si no quiero?


Pasos de amor

Esos pasos por mi urbanidad callejera,
Sólo me acercan a las posibilidades de tu amor,
Extraviado a veces por mis descuidos,
Calles, sólo calles encuentro a veces,
Escenarios duros de amor citadino.

Es ese amor del que vengo a hablarte,
Ese amor intruso que se aparece fugaz,
Una vez, un instante.
Es de ese amor apresurado, que no tolera esperas
para vivir y entregar.
Y me espera en los escondites de mi ciudad,

Aquella ajena e intolerante,
Desprovista de seres míticos,
Y de Dioses del amor.
Sólo mortales apegados al suelo de su vivir.

A veces, huyo a los subterráneos para buscarte,
Y encuentro cuentos que me hablan de ti,
De tus hazañas vividas y pintadas,
Señales para seguir los caminos reconocidos
Iluminados con almas alegres y desconocidas.

También observo fijo, entregado,
A esos faros impacientes por darme caminos,
Oasis recién descubiertos e inesperados, que me hablan de ti,
tan cercana, tan conocida.
Tan esperada.

Espero encontrarte, para entregarte mi ciudad.


Ritual

Tenerte,
Sólo espero,
¿Deseoso?

Cada noche,
Invoco mi cuerpo,
Amante.

Sólo de tu ser,
De tu piel.
¿Infinita, ilimitada?

Y acudo al ritual,
Presente
Certero.

Lleno de dioses,
sudorosos
redimidos.

¿Cada noche?


Lunes

8:00 am
Busco mi amor, entre sabanas,
No está, porque solo estoy.
Afuera, las calles. Esas ausentes, esas retiradas.
Al día...
Y sin recuerdos. Como tú...

El inicio,
Y la puerta me invita,
Ante mi la acera, esa de en frente,
Sólo observo almas y penas,
Existen,
Pero no viven.

¿y mi acera?...

Busco y sólo encuentro miradas perdidas,
Pero añoran, a pesar de eso.
Y las almas llaman,
Lejanas.
Reclaman gemelas.
Regreso de mi campo de concentración.

La noche llega,
la urbanidad manifiesta en luces, en ruido.
Pero no hay voces,
No hay susurros pausados,
Sólo prisas.
Y soledad que busca regalarse.

11:00 pm
Todavía es lunes...


Estación Selva

Sigo caminando,
ya lo saben.
Y el trueque se da
Omnipresente.

Soltando existencias
Recogiendo realidades.
A paso de disidencias deseadas.
Es el camino.

¿a dónde?...

Mi rastro difuso
Se traduce en calles,
Urbanidad
Y desnudez de soledades.

En las sombras de los árboles
Escasos
Inertes.
En ceremonia de despedidas.

Y Acude ese aire
Pesado
Que todo lo cubre.
Que cambia de color.

Me recuerda el miedo
Ese que taladra
Y el ruido de las almas.
Carentes.

Pegado
A la muralla
perdida
lejos de las miradas insolentes.

Sigo allí.

Siento tan cerca
Mi destino
Que lo confundo
y abandono la palabra.

Para no regresar,
Tal vez
Es la puerta
Tranquila.

Sólo tal vez.

Pienso,
En mi silencio decadente
Que es la esencia de mi obra.
Que sólo llega.

O pienso en la estación
Que me rescata,
En los cuadros
De tardes rotas

Con los trazos
De líneas sin desperdicios
De seres
De concreto.

Es la selva.
Camino sin esquinas
Y sin lluvias eternas
Sólo el sabor ácido
De mi rostro.

Que ya no recuerdo.
Estación Selva.

 


       

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