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Quino ni siquiera la extraña.
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El pasado 26 de marzo se inauguró en Salamanca una exposición con motivo
de los cuarenta años de Mafalda, la famosa tira cómica de Joaquín
Salvador Lavado, mejor conocido como Quino. Doscientas reproducciones de
viñetas, dibujos a gran formato y animaciones componen esta exposición, que
ya antes había sido presentada en Argentina y París, y que se puede apreciar
en la Sala Garci Grande de Caja Duero.
Quino, argentino pero nacionalizado español, declaró a la prensa que la
precoz niña argentina de los 60 fue algo que marcó su trayectoria
profesional, pero de la que no siente nostalgia. "Desde que comenzó Mafalda
la humanidad tiene más tecnologías, sobre todo, pero los problemas son
los mismos, antes y ahora". Reiteró no sentirse nostálgico por su
personaje, pues "no hago diferencia entre Mafalda y otros dibujos,
para mí lo importante es estar dibujando".
El humorista, quien recibió el título de "Visitante
Distinguido" por el Ayuntamiento de Salamanca, aseguró que cuando creó
el personaje no era consciente de la repercusión social que iba a generar,
debido a que "mi única preocupación era entregar la tira diaria".
Para Quino, el éxito de Mafalda radicó en la temática, "son
temas comunes a las sociedades de América Latina, de Europa e incluso de
China y Corea", países en los que se ha editado.
Recordó que Mafalda también resultó afectada por la censura, ya
que sus tiras fueron prohibidas en países como Bolivia o por dirigentes como
Pinochet, "pero la mayor censura estaba en los propios periódicos de
Argentina, eran los secretarios de redacción los encargados de decir qué
temas tocas y cuáles no".
Nacida de un encargo profesional, Mafalda se convertiría en un
fenómeno sociocultural, hasta el punto de que, pese a haberla dejado de
dibujar desde la década de los setenta, Quino recibe "muchas cartas de
jóvenes que me dicen que ahora sí entienden el mensaje de las tiras".
El artista apostó por la supervivencia de sus mensajes frente a la
temporalidad de hechos puntuales, porque, según comentó, trata "de
hacer un humor político que uno lo lea 10 años más tarde y lo entienda, y
esto ha pasado con Mafalda".
Agregó que, después de más de medio siglo dedicado al dibujo, le
gustaría cambiar su estilo, aligerar sus viñetas de detalles "y
rayitas", aunque "no lo consigo, tengo miedo de que sin ellos, la
gente no entienda el mensaje". Confió que los terremotos, los náufragos
y los presos son temas tabúes en sus creaciones "porque en la dictadura
argentina viví de cerca lo que pasa con estas personas y no los toco".
La primera historieta de Mafalda fue publicada el 29 de septiembre
de 1964. Con el correr de los años la "niña terrible" fue ganando
fama mundial y sus aventuras fueron traducidas a treinta idiomas. Hijo de
padres andaluces emigrados a Argentina en 1919 y nacionalizado español en
1990, Quino dejó de dibujar Mafalda el 25 de junio de 1973, porque su
trabajo "se convirtió en rutina", según ha comentado el humorista,
aunque luego retomó la vida de su creación para campañas de interés
público o de salud.