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Poemas de Moisés Roberto Cárdenas Chacón

jueves 24 de mayo de 2018

Poemas de Moisés Roberto Cárdenas Chacón

Exilios y otros desarraigos. 22 años de LetraliaExilios y otros desarraigos. 22 años de Letralia
Este texto forma parte de la antología publicada por Letralia el 20 de mayo de 2018 con motivo de arribar a sus 22 años.
Lee el libro completo aquí

Exilio

Sacado de órbita
separado del planeta Tierra
y lanzado al espacio infinito.
Salí del sistema solar
y muchas cosas inexplicables
ocurrieron en el viaje sideral.
………………….crucé con asteroides
…………………………………planetas
…………………….y mundos extraños
hasta que una inteligencia cósmica
descargara sobre una página en blanco
suspendida en la nada.

 

El puente

El pasaporte en la mano
papel sellado
y ojos de llovizna,
sobre el puente de espejos
caminan con rumbo
a un destino sin retorno,
los hijos heridos.
Salen con el cansancio
y pies inciertos.
Buscan piedras para levantar
huesos en una nueva resurrección,
en lejanas tierras quiméricas.
Sobre el puente caminan cuerpos
sin vuelta atrás
ante la mirada de una tela destejida.
El puente despide entre sus brazos
aves de fuego.

 

Poema de las alas rotas

Los astros maravillosos guerreros
estrellas circundantes
colgaron sus tristezas en el árbol.
Los retazos del tronco cayeron
junto con los nidos de la ausencia
y los pies adormecidos dejaron pasar
una bella canción.
El ave moribunda desde el alambrado
gritó:
¡Nos cortaron las alas!
y el verdugo quebró el poema en sus patas.
Entonces las plumas místicas del ave
cayeron al suelo.
Se hicieron cenizas
los gusanos caminaron en la tierra
las piedras taparon los huecos
y de las aves corrió sangre.

 

Aves

Las aves les cortaron las alas,
arrancaron su maíz solar,
Les quitaron sus castillos.
Las aves les quitaron sus picos
para que no hablaran
y vendaron sus ojos por sangre.
Las aves las guardaron
en jaulas citadinas,
heridas por tiranos,
delincuentes y horribles bestias.
Las aves las atraparon
Encerraron en el reino de la niebla.

 

Dejen las armas

Con sus juguetes caros
esquivan los espejos
y no miran la canción
de la paloma blanca.
Al contrario envuelve
su sangre con trapos
lanzan los ojos al cementerio
aumentan sus panzas hambrientas
de huesos huérfanos y perdidos.
Siente en su alcoba
la borrachera del poder
con las balas
y el sonido de un cañón maléfico.
En la tierra los niños quieren juguetes
pero no de metal cubierto de rojo
sino juguetes hechos de pedazos de cielo
con melodías de corazón,
en la tierra los hombres quieren juguetes
para volver a la infancia con cometas
y canicas;
en la tierra las mujeres quieren juguetes
para amasar con la harina una nueva tierra.
Entonces dejen las armas
y dejen respirar el mundo.

 

Dejé atrás

Dejé pedazos de tela
sobre los asientos de un viejo bus.
El amarillo quebrado, el azul desteñido,
el rojo encendido en las manos de duendes maléficos
y el rojo desolado en la mirada de otros.
Dejé a bellos seres armoniosos
como un poema,
que hoy los recuerdo.
Desde mi exilio voluntario,
escribo.

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