Exilios y otros desarraigos. 22 años de Letralia
Este texto forma parte de la antología publicada por Letralia el 20 de mayo de 2018 con motivo de arribar a sus 22 años.
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A Fabiola
No quiero llorar más
sobre esta manzana
desteñida de gusto
en destierro
toda fruta es tasada
huérfana de paraíso
deambulo desnuda
por calles angostas de afecto
mi oído de lengua trabada
no comprenderá el lenguaje
de algún dios que me requiera
no temeré castigo
harta de abrojos
si me encuentra
ya que polvo soy
sin regreso.
A Damar, Dain, Marcos
Cómo tomaré el café
en esa ciudad
que se aproxima
distante a mi costumbre
a mi clima
a mi beso
se abre paso el frío
saqueador de los afectos
y siempre
este polvillo ajeno
sobre el traje
será pregunta abierta
que no colme respuesta.
A Jonathan
Mis libros
Se quedan
no son capaces
de lo necesario
ellos
los desproporcionados
colmantes de noches
días adelantados en júbilo
se precipitan al abandono
entre la nervadura inútil
de lo descartado
tendrán la talla del polvo
el silencio obligado
de la caja arbitraria
seguro el moho
o la termita
que ya sació
en mi corazón.
A Alejandro
Esta maleta
es un fragmento
de país
mi carga enmascarada
soporte de naufragio
no tuvo espacio suficiente
para los besos
para las manos
siquiera
para escasas palabras
que mitiguen la orfandad.
A Élix
Escarbaron profundo
hasta llegar
a la médula
de las decisiones
no irse
es clausura de heredades
marea baja que muestra
los desperdicios
quedan
versiones propias fragmentadas
memorias confusas
que ninguna distancia
rescata.
A todos… ¡tantos!
No es el viaje soñado
ni el destino
de mágico itinerario
es la prisa del hambre
la huida en desconcierto
me lleva de rehén
niña emboscada
de costado herido
por donde sangra
la muñeca de la duda
y el desamparo
del abrigo olvidado
cala mis huesos
de exilio.
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