
Este texto forma parte de la antología publicada por Letralia el 20 de mayo de 2022 en su 26º aniversario
En cuclillas, los codos clavados en los muslos, el mentón encajado entre las palmas. Se asoma detrás de los pétalos que ignoran el estruendo de las sirenas, las descargas de los tanques, las bombas en las calles. Ignoran que ese día ella se iba a casar.
Las voces de la guerra son letanías de lobos. Mandan.
Para no oír las voces y para que algo viva, planta las flores del ramo en los canteros que todavía están en pie. Quizás la savia pueda contra la violencia que camina a la par de la gente, cada vez más cerca. Anuda la pollera a los lados de la cintura para que no toque el suelo. Para que la tierra no la tironee y se la lleve al cementerio.
Las voces de la guerra son letanías de lobos. Quiebran el sigilo de la noche.
La magia verde hará crecer cosas nuevas. Lo siente en los huesos. La hermana interrumpe el segundo indescifrable. Le impone un arma, no tiene que explicar lo que hay que hacer. El arma le pesa más que el miedo.
Las voces de la guerra son letanías de lobos. Galopan entre los escombros.
Tendida sobre lo que queda del parque, los codos clavados en la humedad de la tierra, el mentón encajado contra el pecho. Acomoda el arma y espera detrás de los pétalos que ignoran que lo que hasta ayer era una esperanza, la guerra lo convirtió en desvarío.
- Entre los escombros - martes 24 de mayo de 2022