
La venezolana Esperanza Theis es una apasionada de las culturas antiguas, que la transportan a un mundo en el que filosofía, ciencia y misticismo comparten espacios en el espíritu humano. Producto de esa pasión, y de sus estudios, es la novela La sacerdotisa de Thot, una obra que se remonta a la antigüedad y que está ambientada en Egipto, Grecia y Persia.
Natural de Caracas, Esperanza estudió Artes en la Universidad Central de Venezuela y Bellas Artes en Sevilla, España, país donde residió desde 2003 hasta 2020 y donde además estudió Filosofía en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Se ha formado igualmente en guion de teatro, escritura creativa, cine y fotografía, y ha colaborado en diversas publicaciones online como editora y redactora publicitaria. Actualmente reside en Alemania.
La sacerdotisa de Thot, la novela que publicó de forma independiente y sobre la que hablaremos hoy, tiene una primera edición publicada en 2014. La idea de escribir sobre este mundo mítico surgió de una visita a una tienda de libros antiguos en Sevilla. “Hurgando entre los miles de libros, subida a una escalera, encontré uno que atesoro en especial, El lenguaje de los pájaros. Y en él se menciona varias veces al dios Thot, un dios que siempre me atrajo”. Hoy Esperanza nos cuenta su historia.
Lee también en Letralia: reseña de La sacerdotisa de Thot, de Esperanza Theis, por Alberto Hernández.
Los nueve meses de gestación de La sacerdotisa de Thot
La sacerdotisa de Thot transporta al lector a una época fascinante en que la mitología y lo maravilloso forman parte de la realidad. Pero no es sólo un asunto cronológico, pues ofrece también la posibilidad de sumergirse en una ética, una psicología muy distinta a la contemporánea. ¿Cómo escribiste este libro?
En realidad, es anacrónica. Si se conocen la historia y las fechas rápidamente se puede encontrar el desfase cronológico entre los eventos y personajes históricos que aparecen, como Pitágoras, Ciro o Darío.
En cuanto a la psicología de la novela no tiene tampoco un correlato histórico, excepto quizás con la visión pitagórica y la mística más profunda y menos conocida del antiguo Egipto.
Yo partí del borrador de una historia anterior que llevaba escribiendo algún tiempo, acerca de experiencias extra corporales, sin encontrarle mucho sentido. De aquella historia que nunca terminé de escribir salieron los personajes principales de esta historia, Neferure y Iolaus.
La novela transcurre en Egipto, Grecia y Persia. ¿De dónde proviene tu interés en estos escenarios?
Siempre he sentido pasión por la cultura griega, fue el segundo país europeo que visité después de mudarme a vivir a España, en 2003.
Amo a los clásicos griegos, de jovencita me leí varias veces la Ilíada y la Odisea de Homero, mientras las chicas de mi edad veían telenovelas.
Después de empezar mis estudios universitarios de Artes, comenzó mi interés y más tarde, mi pasión por Egipto. El arte egipcio es muy rico en símbolos y el estudio de la simbología fue otra de las pasiones de mi juventud.

Es indudable que esta novela requirió de tu parte un esfuerzo en investigación. ¿Cuánto hay en La sacerdotisa de Thot de historia, de mitología y de tu invención?
Para mí, como escritora, investigar acerca del tema de una novela que estoy escribiendo no es un esfuerzo en absoluto, es un placer. Sobre todo si la investigación se basa en los temas que me apasionan, como ya dije, los griegos y el antiguo Egipto.
A lo largo de mi vida he llegado a recopilar una interesante colección de libros. Para el momento en que escribí La sacerdotisa de Thot yo tenía una colección de más de cien libros y revistas sobre la Grecia clásica y estaba empezando mi colección de libros de arte egipcio. De modo que disfruté mucho leyendo y tomando notas en mi tiempo libre.
Me llevó nueve meses escribir La sacerdotisa de Thot. Y, en parte, creo que la ventaja que tuve fue el haber extraído a los personajes principales de otra historia. A partir de ese momento, todo empezó a tomar forma orgánicamente.
Y muchos datos proceden de mis apuntes de clase. La parte que corresponde a mi imaginación también surgió muy rápidamente. Muchas cosas que cuento en esta historia las he vivido, las he tomado de mi propia experiencia, como la relación entre Iolaus y su maestro.
Esperanza Theis contra la hibris
¿Es Thot el equivalente al Dios cristiano? ¿Puedes hablarnos un poco de esta deidad egipcia?
No, en absoluto. Los egipcios tenían una relación muy distinta con los Neteru (las divinidades egipcias), para nada comparable con la religión cristiana. Thot es la divinidad de la ciencia y el conocimiento, es el maestro de Neferure, junto a la diosa Isis. Así como Pitágoras era el maestro de Iolaus.
Lee también en Letralia: primer capítulo de La sacerdotisa de Thot, de Esperanza Theis.
Los antiguos entendían a la divinidad como sus guías, era una relación natural con la vida, una relación sagrada. Ellos entendían y vivían esta sacralidad no como un sacrificio que hay que hacer a un dios externo para expiar los pecados, sino más bien como una ofrenda de gratitud por los dones que recibían de ellos: sabiduría, protección, riqueza, etc.
Ellos entendían que dependían de estas relaciones con lo divino para gobernar eficazmente y prosperar. En Egipto, sobre todo en el Imperio Antiguo, la devoción era tan profunda que organizaban el calendario agrícola de acuerdo a los meses en que habían nacido los Neteru, y cuando llegaban hordas de invasores como los hititas, o incluso los romanos, éstos se cuidaban mucho de respetar las creencias de las tierras que conquistaban.
Pues como ya la historia nos ha mostrado muchas veces, los tiranos siempre caen, porque no respetan a los dioses. Y los dioses, como decía Sófocles, castigan a los humanos con la enfermedad de la hibris o soberbia.
Neferure, la protagonista, posee ciertas facultades que la hacen especial. ¿Cuánto de ti hay en este personaje? Sé también que trabajas con terapias holísticas y que aplicas en esta actividad tus conocimientos del antiguo Egipto. ¿Puedes hablarnos de esto?
Pues, curiosamente para la fecha en que escribí este libro yo todavía no ejercía en las terapias. Ni siquiera sospechaba que pudiera tener algo semejante a la facultad de sanar.
Fue unos siete años después, en 2010, que realicé mis primeros cursos de sanación energética y entre esos cursos me llegó sin buscarla —sin siquiera saber que existía— la formación en Ka Shen, o reiki egipcio. Me fue ofrecido por un profesor australiano en 2012 y, a partir de entonces, experimenté de primera mano lo que significa canalizar energía.
Lo que puedo contarte acerca de esta experiencia como sanadora requiere un espacio con el que lamentablemente, no contamos en esta entrevista. Y que para mí sería un placer ofrecerles en cualquier próxima ocasión.
De una manera muy interesante, hay episodios del libro que son narrados por Iolaus, mientras que otros son narrados por Neferure. Son dos miradas que se cruzan y aportan, cada una, información sobre la trama. ¿Qué retos representó para ti esta estructura?
Lo cierto es que, al momento de escribir la historia, nunca me planteé eso como un problema o reto. Simplemente, la historia se fue organizando a sí misma en torno a ese esquema. Cada vez que yo me sentaba frente al ordenador a escribir era como si Iolaus y Neferure me dictaran, o a veces, me mostraban las escenas que querían que yo escribiera.
Lo cierto, es que en muchos momentos a lo largo de la creación de esta novela yo me sentía más como un testigo que como la autora. Nunca había escrito una historia tan rápidamente, sin tener que revisar demasiado. Generalmente, escribir una novela me lleva un año o más.
Creo que cuando se escribe en primera persona el flujo de ideas es más personal y directo. Como ya dije, hay algunas situaciones en esa historia que yo también las experimenté, las viví aunque en otro contexto obviamente.
Sé que esta es la segunda edición del libro. ¿Ha cambiado algo respecto a la primera?
No realmente. La historia es la misma. Quizás una revisión rutinaria del formato y poco más.
Mi amor por los clásicos es como el amor entre Iolaus y Neferure, supera las barreras del tiempo y la muerte.
Lecturas y planes
Estudiaste Artes y has trabajado como redactora publicitaria. ¿Crees que esta experiencia ha contribuido en algo con tu trabajo literario?
Estudiar Artes me proporcionó una vida llena de experiencias muy enriquecedoras, a muchas niveles además del nivel estético. Y por supuesto, esa parte siempre ha tenido influencia en muchos aspectos de mi vida. Sobre todo en la posibilidad de encontrar nuevas lecturas de la realidad.
Y con la redacción, quizás fuera al contrario. Lo que vino primero, que fue escribir ficción y estudiar Artes, ha tenido una influencia que permea todos los ámbitos de mi vida, a lo largo de más de treinta años.
No es fácil el tema que has escogido, al que además te has adentrado usando un estilo que intenta poner al lector en perspectiva respecto a la época y el entorno geográfico. En este sentido nos gustaría que nos hablaras de tus lecturas, ¿de qué autores sientes que tienes influencias?
Mi amor por los clásicos es como el amor entre Iolaus y Neferure, supera las barreras del tiempo y la muerte. Aparte de Homero, a quien ya mencioné anteriormente, y al que voy de vez en cuando a hacer alguna visita, algunos de mis escritores favoritos son, en su mayoría, los británicos: Lewis Carroll, Agatha Christie, Tolkien, Terry Pratchett, Gerald Durrell y Roald Dahl, entre otros.
También los rusos Dostoievski, Chejov, Tolstoi. Y más recientemente, me he vuelto asidua lectora del género de misterio. Soy seguidora de la saga de Lestat de Anne Rice, y otros autores menos conocidos y más antiguos como Clark Ashton Smith.
Recientemente he descubierto a Kurt Vonnegut y he empezado a coleccionar sus novelas.
Has vivido en España y actualmente estás en Alemania. ¿Cómo has vivido allí la pandemia? ¿Ha afectado en algo tu trabajo?
En España viví unos diecisiete años y la razón por la que me marché fue precisamente, en gran medida, por la situación que se generó tras el Covid-19.
Primero, me aventuré en Francia, donde la situación se fue complicando cada vez más. Esto fue el mismo año 2020.
A Alemania llegué el año pasado, entre abril y mayo. Desde mi punto de vista, los alemanes han gestionado la situación de una manera mucho más eficiente y con el menor daño posible a la economía.
¿Qué escribes en la actualidad? ¿Tienes otros proyectos inspirados en civilizaciones antiguas?
Hace dos años empecé a escribir una nueva novela, que surgió a raíz de mis experiencias personales con la antigua religión europea, más conocida en inglés como Witchcraft. Todavía la historia está en la fase piloto y no hay mucho que pueda revelar. Sólo que está ambientada en Alemania, en la época medieval.
Tengo una trilogía ya acabada de género fantástico, para los amantes de Tolkien, que también está disponible en mi página web.
Y estoy tomando apuntes para una nueva historia en Egipto, pero esta vez basada en el choque cultural con Roma.
- Su libro Acuarela en rama es testimonio de su madurez como autora
María Cristina Casado Alcalde quiere que el lector haga suyo el poema - viernes 1 de diciembre de 2023 - Su novela Alma de azahar es un canto de amor a Córdoba
Jaime Gutiérrez Escobar y la pasión por resolver crímenes - viernes 24 de noviembre de 2023 - Su libro El inicio del fin contiene cinco relatos
Cassandra Rosabel Ferré escribe un mundo propio - domingo 19 de noviembre de 2023