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La otra ciudad, 5 estudios sobre la capital mexicana y el séptimo arte
Obed González-Moreno:
“El cine nacional es la historia de México”

jueves 27 de octubre de 2022
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Obed González-Moreno
Obed González-Moreno: “Queremos realizar una serie de libros relacionando el cine mexicano con otras temáticas”.

La cultura latinoamericana tiene en el cine mexicano una de sus joyas más preciadas. Su época dorada nos legó una vasta iconografía en la que nombres como María Félix, Dolores del Río, Jorge Negrete, Pedro Infante o Mario Moreno “Cantinflas” resuenan de manera especial en los territorios nostálgicos del cinéfilo. Herederos de ese universo alegórico son cineastas mexicanos contemporáneos de renombre mundial como Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu o Guillermo del Toro.

Gracias al cine mexicano de ayer y de hoy el espectador latinoamericano ha aprendido a mirarse en la gran pantalla. Tanto los vastos espacios rurales como la altisonante realidad metropolitana, México se muestra en su cine y nos permite comprobar cuán parecidos somos, incluso en nuestras diferencias. Sus películas, sus estrellas y sus escenarios han funcionado como un mecanismo de exportación de una identidad. Ahora bien, ¿cómo se mira México a sí mismo en su cine?

Para responder esta pregunta, al menos en lo que se refiere a la vasta capital de ese vasto país, un grupo de investigadores se ha reunido en las páginas de La otra ciudad, un volumen que, publicado por El Arco & La Flecha Editores y bajo la coordinación del escritor Obed González-Moreno (México, DF, 1969), analiza las distintas formas de representación de Ciudad de México en el cine de ese país.

Con González-Moreno conversamos sobre este libro que, nos adelanta, aspira a ser el primero de muchos. Él es presidente interino de la Asociación de Escritores de México, licenciado en Educación y posgraduado en Investigación Científica. Escribe para revistas de instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Zaragoza o la Universidad Autónoma de Barcelona, entre otras. Es ganador de un accésit en el Festival de Cine Español de Málaga (2015) en la categoría de Investigación Cinematográfica Internacional y, fuera de su país, ha publicado en Estados Unidos, Argentina, Colombia y España.

 

La otra ciudad: la Ciudad de México en su cine

—El libro de ensayos que coordinaste, La otra ciudad, que acaba de publicar El Arco & La Flecha Editores en su Colección América, examina la visión del entorno urbano desde la mirada del cine. ¿Cómo surge la idea de este libro?

—La Ciudad de México es una quimera, guarda miles de secretos, mitos y leyendas. Además, siempre hay historias que se engarzan unas con otras. Es un espacio que posee una historia muy abundante desde antes de llamarse Ciudad de México, desde antes de la fundación de Tenochtitlan, establecida con ese nombre por los aztecas quienes después se nombraron mexicas. Tiene poco tiempo de llamarse oficialmente Ciudad de México. Décadas atrás no se sabía a ciencia cierta cómo considerarse, si un estado, una ciudad, la capital del país o el Distrito Federal. Todas estas dudas y misterios propiciaron la idea de hablar de la Ciudad de México a través del cine mexicano que, aunque ya existen algunos libros con el mismo tema, quisimos hacerlo desde la mirada de profesionales de la reflexión cinematográfica, pero con la transversalidad con otras disciplinas. Ejemplo, el caso de César Cortés Vega, él no sólo es un amante del cine, escritor y poeta, sino también es un artista plástico multidisciplinario y su observación sobre la ciudad proyecta otros conocimientos y experiencias más estéticas que se centran más en la crítica desde una mirada eidética sobre este fenómeno; Fernando Corona además de ser escritor y poeta también es un profesional de la biblioteconomía, actividad que ofrece un punto de vista diferente y que enriquece más el tema que tratamos; en el caso de Rosario Vidal, ella es doctora en Ciencias del Desarrollo Humano, por consiguiente su visión sobre la investigación relacionada con el cine y la Ciudad de México está muy enfocada a esta área del conocimiento permitiendo ahondar más en lo humano y social como objeto de estudio; Eduardo de la Vega y yo sí centramos más nuestras visiones en relación con la reflexión y crítica cinematográfica, sólo que Eduardo la observa desde la metodología investigativa minuciosa que nos ofrece datos duros sobre la historia del cine y en mi caso es más relacionada con el psicoanálisis y la hermenéutica. Una visión más periférica sobre estos dos fenómenos que forma un tablero de distintas miradas que hace que el compendio sea más diverso y, por consecuencia, pueda ser una herramienta de apoyo en otras disciplinas para la investigación.

“La otra ciudad”, antología coordinada por Obed González-Moreno
La otra ciudad, antología coordinada por Obed González-Moreno (El Arco & La Flecha, 2022). Disponible en la web de la editorial

—Toda ciudad tiene una identidad, una forma de ser, producto del conjunto de sus habitantes, de su historia y de su constitución estructural, arquitectónica. ¿En qué medida la identidad de la Ciudad de México ha contribuido a la identidad del cine mexicano?

—La Ciudad de México sí es muy representativa del país, sólo que no representa la identidad nacional. Es un espacio importante de una gran diversidad de entidades que poseen una identidad propia. Es muy difícil afirmar la identidad mexicana, aunque sí existen elementos con los que se pudiera ofrecer signos de una identidad, sólo que, en realidad, es muy difícil de definirla. Existe una película en México que se titula La fórmula secreta o Con Coca-Cola en la sangre —película que cita Eduardo de la Vega en el ensayo que abre el libro—, dirigida por Rubén Gámez y filmada en 1965. En este filme el director hace una crítica sobre esa identidad o más bien lo que se consideraba ser mexicano en aquellos años. Es un filme que está desfasado en tiempos y planos, como fraccionado para ofrecer la sensación de fragmentación, como de un rompecabezas en donde la película puede empezar por el principio, el final, en medio o cualquier parte, que contiene muy pocos diálogos y algunos son en español y otros en inglés para hacer que el espectador se cuestione sobre esta identidad mexicana tan hablada y escrita a la cual todavía no se puede encontrar su verdadero rostro.

—El cine mexicano ha sido siempre puntero en las cinematografías del ámbito de habla hispana, estableciendo tendencias y construyendo mitos que han terminado marcando al espectador latinoamericano. Ahora bien, ¿qué tiene que decirle el cine mexicano al espectador mexicano?

—El cine mexicano es la evidencia del proceso mexicano. Desde las primeras cintas grabadas por extranjeros y hechas por mexicanos podemos observar cómo se ha construido y constituido esta nación. Desde los primeros filmes producidos por los hermanos Lumière hasta los últimos filmes producidos en el año 2022 vamos a observar los anhelos, los sueños, los fracasos, los estancamientos y los progresos del país. Su idiosincrasia. El cine nacional es la historia de México.

 

Les pedimos sus textos con seudónimo y a través de un dictamen por pares de ciego se ofreció un veredicto.

La selección del título y de los autores

—En el breve texto introductorio se habla del filme de Sergio Véjar de 1967 que no llegó a estrenarse por la censura, y que le da título al libro, La otra ciudad. ¿Puedes contarnos más de este tema?

—Eso es lo interesante del título. La película no fue expuesta al público, no se exhibió, es un misterio su trama, como la misma Ciudad de México en lo profundo. Sólo algunos pudieron apreciarla en circuitos cerrados y quienes la produjeron, director y actores. Yo tuve la oportunidad de ver un pedazo en un rollo que tenía un amigo, más bien un conocido de un amigo, y donde se fueron quince minutos de la película por error u otra causa excepcional. Amigo que no recuerda el nombre ni quién era ese conocido que tuvo quince minutos de esta cinta. Se dice que fue por cuestiones de la censura.

—Cuatro reconocidos críticos te acompañan en este libro. ¿Cómo fue la escogencia de este equipo y de los temas que tratarían?

—Decidimos hacer nosotros (la Asociación de Escritores de México y un dictaminador externo) una selección de quiénes participarían en el libro, profesionales en el quehacer de la crítica y reflexión cinematográfica, y de estos seleccionados pedimos sus textos con seudónimo y a través de un dictamen por pares de ciego se ofreció un veredicto que culminó con la publicación de los textos escogidos en el libro La otra ciudad.

 

Lee también en Letralia: páginas escogidas de La otra ciudad, libro de ensayos coordinado por Obed González-Moreno.

Cine e identidad

—Eduardo de la Vega Alfaro titula el primer ensayo así: “El Zócalo capitalino y su diversidad simbólica en el cine mexicano”. ¿A qué se refiere con “diversidad simbólica”?

—La Ciudad de México está compuesta por tres épocas importantes. Una es la época del imperio mexica, otra la de la Colonia donde los españoles dominaron y una tercera, que es a partir de la revolución en 1910. Cuando se camina por las calles del centro histórico, si miramos bien podemos ver en algunos edificios símbolos masónicos en algunas de sus fachadas, que se sostienen de algunos cimientos que están hechos con piedras que tomaron los españoles de la destrucción de algunas pirámides para su edificación, en algunos edificios más podemos ver otras clases de símbolos religiosos y también masónicos en las partes superiores y en las inferiores; en algunos casos, se vislumbran esculturas mexicas que utilizaron como base para su construcción. El centro histórico de la Ciudad de México, además de los elementos citados, es muy simbólico por ser el centro del poder del país, al igual que lo fue en la época prehispánica y en la Colonia. Es un crisol de creencias, manifestaciones, diálogos, discusiones, muertes y nacimientos de todas clases. Eduardo de la Vega sabe esto muy bien; él es uno de los historiadores más importantes del país que estudia el cine mexicano.

—El movimiento, el paisaje, el manejo del espacio son los temas del segundo ensayo, “Mirada y resonancia: Ciudad de México urbi et orbi”, de Fernando Corona. ¿Puedes hablarnos de este trabajo?

—Fernando Corona es un investigador que también escribe poesía; no sólo la escribe, él es un poeta y, por consecuencia, es un estudioso del lenguaje. Urbi et orbi, que significa para la ciudad y para el mundo, nos está ofreciendo esa mirada donde la poética del cine se manifiesta por medio del lenguaje. Fernando, a través de otras manifestaciones artísticas como la poesía, la música y la danza enlazadas a los cabarets, las cantinas, el transporte urbano y otros elementos más que distinguen a la ciudad, crea una poética de la urbe. Se introduce en esa otra dimensión que convive con nosotros, pero de la que en ocasiones no estamos conscientes por la inmediatez de la vida moderna, y efectuar una nostálgica reflexión sobre el paisaje extinto de la ciudad que también ha escapado del interior de los propios habitantes de la metrópoli.

—El ensayo de Rosario Vidal Bonifaz analiza la forma como dos documentales enfocaron un episodio de la lucha por la vivienda en Iztacalco-Iztapalapa. ¿Qué importancia tiene el documental en el cine mexicano?

—Este ensayo es muy interesante porque permite ver a esa otra ciudad que está detrás de los grandes edificios, de las grandes plazas comerciales, de los espectaculares monopolios, de las colosales esculturas y de las extensas avenidas, para extraer lo que existe por debajo del centro de poder. Rosario abre una hendidura sobre esa superficialidad moderna para introducir un ojo a las injusticias, los abusos y problemas ocasionados en las comunidades pobres de la Ciudad de México, el alcance que posee el poder cuando desea obtener lo que quiere. Aquí, el cine, además de ser un testigo de la realidad oculta de un tiempo y un espacio, también se transforma en un documento histórico de índole social.

—Sobre la corrupción, y otras prácticas delictivas, es tu ensayo, en el que analizas Cero y van cuatro (2004), compendio fílmico de Carlos Carrera, Alejandro Gamboa y Fernando Sariñana, y Bala mordida (2009), de Diego Muñoz. ¿Qué peso tiene este tema en el cine mexicano?

—Este ensayo básicamente muestra esa otra ciudad donde los defectos de carácter de sus habitantes transitan por las calles. Decidí analizar, entre otras, la película Bala mordida, por el peso que en estos momentos tiene la inseguridad no sólo en la Ciudad de México, sino en todo el país. Problema que no es nuevo y que uno de los principales elementos para que exista de una manera tan potente como en el presente es por su relación con las instituciones de seguridad pública que pertenecen al gobierno. Realidades que el cine ha extraído para que observemos los sesgos en el proceso histórico mexicano. Esas otras realidades que transforman en lo cotidiano donde la indiferencia se ha convertido en parte del movimiento económico, político y social del país.

—El último ensayo, “Urbe y mediocridad como temática en el cine mexicano”, de César Cortés, lanza una mirada sobre la entronización de la mediocridad, como afirma el autor en la frase final, y su representación en el cine. ¿Puedes hablarnos de este tema?

—El ensayo de César Cortés Vega es un análisis sobre la definición de la mediocridad a partir del conocido ensayo El hombre mediocre de José Ingenieros, que se entreteje con otras concepciones de pensadores latinoamericanos y otros autores de distintos continentes, y que lo que se discute de fondo es la definición de una identidad que no permite ser un ente completo y donde el cine funciona como un espejo para observar las contradicciones que a la vez que identifican también niegan lo que están identificando. El artículo permite reflexionar, por medio de la crítica, sobre la Ciudad de México como un ser que es el observador de todo el país y que a su vez también tiene que mirarse a sí mismo para sentirse parte de ese todo al recapacitar sobre su propia mediocridad. Quisimos cerrar el libro con este ensayo porque es crítico y además César usa un lenguaje en algunas partes biográfico y más cercano al lector, que contiene una visión muy propia del tema, para ofrecer esa diversidad de la que tanto se habla cuando se discute sobre la identidad nacional.

—¿Tienen pensado publicar otras recopilaciones de ensayos sobre el tema cinematográfico?

—Sí, esa es nuestra intención, poder realizar una serie de libros sobre cine mexicano relacionados con otras temáticas. Gracias a Carmen Rojas Larrazábal es que el libro salió a la luz. A ella le interesó el proyecto porque también es gente de cultura y de arte y sabe que tanto la cultura como el arte son necesarios para la conformación y el complemento del ser humano. Seguimos con este proyecto y los invitamos a ver cine mexicano; se van a encontrar cosas muy interesantes al redescubrirlo.

Jorge Gómez Jiménez

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