Frecuencia modulada: canciones y algo más
Víctor Jiménez
Poesía
Fundación Valparaíso
Mojácar, Almería (España), 2018
ISBN: 9788494722530
60 páginas
¿Existe la poesía de contenido amoroso escrita con naturalidad que pulse a los jóvenes siguiendo el sistema prosódico tradicional? El lector encontrará, sin lugar a equivocarse, la respuesta en la última entrega lírica de Víctor Jiménez, Frecuencia modulada, premio Paul Beckett de Poesía, publicado por la Fundación Valparaíso desde Mojácar (Almería).
Este poemario es un homenaje analógico, que parece retrotraernos a otros años tomando cuando sonaban en la radio canciones con las que enamorarnos. El aparato paratextual está formado por algunos de esos estribillos que no nos cansamos de tararear.
Después de varios hitos en su trayectoria poética (Tango para engañar a la tristeza, Taberna inglesa, La mesa italiana o la antología El tiempo entre los labios), con distintas menciones y reconocimientos, entre los que cabría mencionar el Premio de Poesía Villa de Benasque, el Alcaraván, el Rosalía de Castro o el Premio Fray Luis de León.
Cada poema se agarra a una canción y a un tiempo vividos, como si la palabra poética fuera el refugio rocoso ante los embates del tiempo. Todo aquello recordado permanece. Se canta lo experimentado, por lo que el poema se convierte en refugio.
A cada poema de Frecuencia modulada, de Víctor Jiménez, le preceden fragmentos de canciones que nos son familiares.
A lo largo de tres partes, escoltadas por versos de Luis Rosales, el sujeto poético canta al amor: con gozo (en la primera), desbordante la ausencia (en la segunda) y el desengaño (en la tercera). El anhelo de que las imágenes vividas no se disipen en el vacío de los días y que permanezcan en la memoria concentran su discurso poético.
A cada poema le preceden fragmentos de canciones que nos son familiares. No hace falta añadir a quién pertenecen, porque la mayoría son bien conocidas. Para que la letra de canción y el poema encajen a la perfección, el autor ha preferido eliminar el título. Las canciones forman parte de un abanico musical amplio: desde el pop hasta el flamenco. Así, tienen cabida: The Beatles, Serrat, Amaral, Vicentico, Dani Martín… La primera y la última corresponden a la mítica The Sound Of Silence, de Simon & Garfunkel.
En la primera parte la aguja del dial se fija en el desamor ante el fracaso. Llama la atención el cauce elegido. Víctor Jiménez se mueve como pez en el agua, facturando un sinfín de poemas de factura clásica: sonetos en endecasílabos, en alejandrinos, sonetillos, poemas en heptasílabos. Y un ritmo interior que recuerda al de la soleá. Así, la letra de canción enlaza como engranaje perfecto con cada poema. Para muestra, un botón: A la cita “And the visión that was planted / in my brain still remains”, le sigue esta maravilla:
Quizás no sea más que un desvarío
la visión de una noche, las voces del silencio
las alucinaciones, los delirios
o las preguntas de la madrugada…
El amor es sentido en soledad, falto del otro. La luz se refleja en versos endecasílabos blancos, octosílabos asonantados y endecasílabos rimados en consonante. En el aire de los versos, el aroma de los hermanos Machado, Juan Ramón, Bécquer, Cernuda o Rafael Montesinos. Magnífico este que termina: “Una estrella que alumbra / con su luz la penumbra / que nublaba tu vida”.
La decepción y el desengaño encerrados en sonetos y sonetillos, con versos que riman, mayoritariamente, en consonante, armonizan con naturalidad, como naturales son los juegos de palabras o las expresiones hechas. Amor y destino chocan deviniendo en incertidumbre, como sucede en el soneto cuyo primer verso comienza “Te fuiste y te has perdido entre el gentío” y concluye de forma memorable: “Y ya no sé si todo ha sido un sueño, / si fue verdad, si sucedió mañana / o pasará, tal vez, en el pasado”. Y, como colofón, 17 de febrero de 2018, la fecha de aniversario del nacimiento de Gustavo Adolfo Bécquer, como homenaje querido y diálogo poético.
Cuesta cerrar este escrito, pues sé que me dejo atrás poemas no señalados, brillantes versos, figuras… Dejo que los lectores lo descubran. Frecuencia modulada es un poemario de gran madurez formal, armónico, que muestra a Víctor Jiménez como un poeta que canta al amor antes de que nos venza el tiempo.
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