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Apus: los códigos perdidos, de Iván Azcurra Palomino

martes 9 de julio de 2019
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“Apus: los códigos perdidos”, de Iván Azcurra Palomino

Acaba de salir de la imprenta un libro maravilloso ilustrado: Apus: los códigos perdidos, de Iván Azcurra Palomino (Abancay, 1982), quien desde hace algunos años viene explorando el mágico mundo de la creatividad literaria.

La historia plasmada en este libro se inspira en el mágico universo de la mitología andina. Hay un adagio en la contraportada que dice: “El hombre en el qhacaq ñan (camino de evolución espiritual) no está solo”.

Uno de los grandes méritos es su mensaje sobre la autorrealización, la toma de conciencia, el camino espiritual y el encuentro con Dios con miras a lograr la armonía personal y social. Es relevante porque los jóvenes necesitan nutrir el alma mediante contenidos positivos. La literatura de Azcurra logra su cometido y se refuerza con las ilustraciones de Rennzo Loayza.

Otro aspecto interesante es el rescate del quechua o runa simi, a través de los nombres de los personajes y palabras como Apu Qoillority, Apu Sallqantay, Apu Sacsahuamán, Apu Socyahasa, Apu Quisapata, Apu Misti, Supay, Amarucar, Madre Ayahuasca, sajra, chullpas, wiracochas, amarus y apallimay, entre otros.

El tema del libro gira en torno al personaje llamado Vasco, un joven procedente de una educación tradicional, con una mentalidad cerrada e incrédula frente a la recuperación de la salud de su amigo Luca por obra de los “apus sanadores”.

Sin embargo, Vasco llega a tener una experiencia personal al ingresar al mundo sagrado de los apus, donde se había desatado una gran guerra, pues los mundos paralelos e inferiores habían caído en el caos, la locura y la enfermedad…

A lo largo del libro, el lector recibe los “códigos perdidos”: Kawsay: reconoce tu existencia y de todo lo que te rodea. Anya: todo tiene su verdad y la suma de verdades hace una verdad más grande. Munay: amor, deseo y poder. Tengo el poder de decidir a quién amar y qué desear. Llankay: crea sincronicidad con la tierra. Yachay: simboliza todo lo que aprendes, para no volver a pasar por los procesos. Ayni: el dar y recibir con la gente y con la tierra. Kawsay Pacha: manejo del tiempo.

Excelente obra.

Raúl Allain
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