Servicio de promoción de autores de Letralia Saltar al contenido

Lo que YouTube no muestra

jueves 19 de julio de 2018
¡Comparte esto en tus redes sociales!

Hace unos cuantos años, en un bar de San Telmo, conocí a Katia e Iván Korolev, una simpática pareja de hermanos rusos.

Hoy Iván es tristemente famoso gracias a la cámara de seguridad del palier de su edificio, en Neuruppin, Alemania. A Katia le perdí el rastro, no tiene cuenta en Facebook. Pero con Iván, que sí cayó en las garras de la red, mantengo una comunicación. No muy fluida, pero comunicación al fin.

Nacieron en la Rusia comunista, la URSS. La madre murió en el parto de Katia. Y el padre, un militar de rango, se las arregló para criar a la parejita, solo.

Iván arranca el día con media botella de vodka y un paseo en compañía de la perra husky siberiana con la que vive.

Alguien —algún sádico— subió a YouTube las imágenes que grabó la cámara de seguridad. Al video, en blanco y negro, se lo conoce como el del perro que casi se ahorca en un palier. El que tiene estómago para verlo lo encontrará enseguida.

En el corto tiempo que compartimos en Buenos Aires, Iván dejó bien sentada la fama de bebedor. Sus borracheras son fuente de anécdotas que le recordé, mas de una vez, vía Face. Aunque, me comentó, el alcohol ya no es algo gracioso: se le convirtió en una guerra personal. Arranca el día con media botella de vodka y un paseo en compañía de la perra husky siberiana con la que vive.

Según sus propias palabras, esos paseos con Drasa —“corajuda” en lituano, idioma que Iván aprendió en uno de los destinos de su padre— son lo único que le interesa en la vida. Y más de una vez se pregunta si no es la perra quien lo pasea a él.

Cuando le pregunto si tiene trabajo o alguna actividad económica, se burla de sí mismo diciendo que los privilegios del hijo de un héroe del Ejército Rojo hacen que las cuentas se paguen solas. Pero lo reconoce: son esos mismos privilegios los que lo condenan al abandono. El resto del día es “una perfecta mierda”: Iván termina de noche mirando porno por Internet y liquidando la botella del desayuno.

Pero volvamos al video del perro que casi se ahorca en un palier. En él se puede ver a mi amigo con la perra que llega tambaleante de la calle y llama al ascensor.

Cuando el ascensor automáticamente abre la puerta, la perra entra olfateando el suelo. Y, vaya a saber qué olió, sale enseguida. Iván, como puede, se mete. Drasa está quedándose del lado de afuera. La perra amaga a entrar de nuevo. Pero la puerta del ascensor, al cerrarse, la golpea suave y hace que se eche para atrás. Y sí: la puerta se cierra dejando a la perra afuera.

El ascensor comienza a subir.

Temiendo algún tarascón, el tipo no se decide a cortar el collar. Se ve a otro vecino que llega. Y este último sí levanta un poco al animal, y el primero corta.

La correa tira lentamente hacia arriba, hasta que el pobre animal queda colgado contra el marco superior.

El video no tiene audio, pero los aullidos de Drasa —que se adivinan como si uno estuviera oyéndolos— hacen que un vecino salga a mirar.

Ante semejante escenario, el tipo vuelve rápido a su departamento y aparece otra vez, ahora con algo cortante —no se ve muy bien si se trata de una tijera tipo sastre o una cuchilla. Pero la perra, que sigue pataleando, aullando y contorsionándose desesperada, evidentemente lo asusta: temiendo algún tarascón, el tipo no se decide a cortar el collar. Se ve a otro vecino que llega. Y este último sí levanta un poco al animal, y el primero corta.

Ahí, con los vecinos atendiendo a la perra, termina el video.

Lo que YouTube no muestra —¿privilegios del hijo de un ex jerarca ruso?— es el video de la cámara interna del ascensor. Katia me lo describió en un mensaje desde la cuenta de Facebook de Iván: el otro extremo de la correa de Drasa, Iván se la colgaba al cuello.

Miguel Ángel Di Giovanni
Últimas entradas de Miguel Ángel Di Giovanni (ver todo)

¡Comparte esto en tus redes sociales!
correcciondetextos.org: el mejor servicio de corrección de textos y corrección de estilo al mejor precio