Me entretuvo la pluma ágil y bien dirigida. Sabemos lo de Sandro y su efecto en las seguidoras en toda la America latina. Leyendo a Erregue pienso en la música de la época y las diferencias sociales que existían y existen hoy; y sin llevarlo al plano sociológico, concuerdo con la autora en que hubo seguidoras de Sandro, las del rock latino, como otras, de la música folclórica, de Julio Sosa, o de Los Beatles, y en esa maravillosa diversidad, Sandro alcanza irónicamente a la protagonista a media tarde. Me encantó la puesta en escena: sola frente a una computadora mientras la pandemía campeaba en el mundo. Gracias, Luciana, una joyita para releer a gusto.

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