La 30ª Feria del Libro de Buenos Aires, que se inauguró el pasado 15 de abril en la Sociedad Rural,
permitió constatar que los lectores argentinos siguen estando muy interesados en la literatura de su país,
que constituyó la mitad de los requerimientos del público que asistió al evento editorial sureño, y dio
nuevos vuelos a la literatura para los más pequeños.
La prensa argentina destacó que, pese a que la afluencia de público fue importante, la gente caminó
mucho antes de decidirse a comprar. Sin embargo, la multitud llenó de optimismo a editores y libreros por
las ventas y auguró buenos resultados para este evento que termina el 9 de mayo.
Los 410 stands han sido más visitados durante los fines de semana, y aunque el público ha tardado más
en comprar, finalmente se verificó ventas significativas. Por otro lado, los asistentes tuvieron
oportunidad de participar en diversas actividades alternas que ofreció el evento, como presentaciones,
seminarios, conferencias —para los adultos— y jornadas recreativas —para los niños.
La oferta editorial para niños ha sido sumamente variada. En los stands de Alfaguara, Planeta, SM,
Colihue, Longseller, Sudamericana-Mondadori, Norma-Kapelusz, coincidieron en que este año ellos son la vedette
de la muestra. Y si bien la mayoría dice haber leído la saga de Harry Potter,
el mayor mérito del mago británico es que los lanzó a buscar lo que les gusta leer, bajo el común
denominador del suspenso, la magia, el terror y la aventura. "Es curioso ver cómo los chicos tienen
sus propias opiniones. Vienen con una idea precisa", dijo Elisa Boland, encargada del stand de
Alfaguara, que dispone de más de 300 títulos en literatura infantil-juvenil.
En Planeta, la saga de Potter es lo más vendido. Al comprador del quinto tomo, Harry Potter y la
Orden del Fénix,
que cuesta casi $40, le regalan ejemplares de Animales fantásticos
o Quidditch,
dos títulos complementarios que, por separado, cuestan $4,50. En este stand, la cantante pop Madonna,
devenida escritora para chicos, también está encontrando su público con sus dos libros, Las rosas
inglesas
y Las manzanas del señor Peabody,
a $20.
El libro "El tiempo vuela", de Diana Briones, la autora argentina que ganó este año el premio
Barco de Vapor, se vende literalmente "volando". En este caso se advierte el coletazo "Harry
Potter", pues la obra contiene elementos mágicos. Los precios de los libros para chicos van de $3 a
$21. En un espacio como el de Océano, la editorial española que importa sus títulos, es posible encontrar
buenas obras para niños entre $8 y $18, cuando otros libros de literatura general rondan los $40.
Las cifras del registro de ISBN también hablan: contra 248 títulos para niños registrados en 2002, en
2003 hubo 460 y, sólo en el primer trimestre de 2004, 136, lo que aumenta la proyección.
Sudamericana tiene unos mil títulos para niños en la Feria. "Los chicos vienen y se vuelcan sobre
la mesa donde encuentran las palabras terror, suspenso, magia. Se venden mucho y muy bien", comentó
Cristina, la responsable del stand, quien precisó que se superaron las ventas de 2003. El libro Tengo un
monstruo en el bolsillo,
de la argentina Graciela Montes, ha sido uno de los más requeridos.
Las estadísticas de ventas revelaron que son argentinos cuatro de cada diez títulos sobre los que se ha
consultado en la feria. Los autores del país anfitrión compiten en pie de igualdad con los extranjeros a
razón de cinco por cada diez demandados por el público. Y entre los temas más requeridos la literatura
argentina ocupa el primer lugar, en tanto que la historia argentina ocupa el puesto Nº 9 del ranking. Por
otro lado, las ventas de novelas y ensayos argentinos han crecido entre un 25% y un 30% en relación con la
edición 2003.
Planeta, por ejemplo, vendió literalmente miles de copias de El cantor de tango,
de Tomás Eloy Martínez, y cerca de mil de Crímenes imperceptibles,
de Guillermo Martínez, ganador del último Premio Planeta. La obra reeditada de Osvaldo Soriano "se
vende muy, muy bien", dijeron en el stand.
La Editorial Norma asistió satisfecha al suceso de ventas de Los mitos de la historia argentina,
de Felipe Pigna, cuya venta superaba al viernes último los 1.000 ejemplares. Sudamericana-Mondadori
también tiene sus éxitos: la colección de historia, la de autores argentinos y, en el rubro autoayuda, a
Jorge Bucay, un constructor de best-sellers.
Entre 2003 y el primer trimestre de 2004 este sello publicó más de 100 títulos de autores argentinos. En
el stand de Alfaguara las estrellas argentinas fueron Rayuela,
de Julio Cortázar; Cuánto cuento,
de María Elena Walsh; Errante en la sombra,
de Federico Andahazi, y Ese manco Paz,
de Andrés Rivera.
En el marco de las actividades de la feria, el 23 de abril se realizó una lectura de textos de Pablo
Neruda en la sala José Hernández, donde más de mil personas presenciaron a un grupo de actores y
periodistas leyendo ininterrumpidamente versos del poeta chileno, en una sesión organizada por la Fundación
El Libro y con el auspicio de la Embajada de Chile en Argentina y del diario La
Nación.
Al principio se vieron escenas en blanco y negro de la vida de Neruda, mientras se escuchaba la voz del
poeta recitando "Me gustas cuando callas y estás como distante... me gustas cuando callas, porque
estás como ausente, y mi voz no te toca". Luego, con tono emocionado, la actriz Esther Goris —recordada
por sus interpretaciones protagónicas en los filmes Evita,
de Juan Carlos Desanzo, y Doña Bárbara,
de Betty Kaplan— comenzó la lectura con unas líneas de Confieso que he vivido.
Siguió después la actriz y cantante Cecilia Milone, que luego cedió paso a Dora Baret, Ana María Cores,
Guillermo Francella, Cipe Lincovsky, María Vaner, Magdalena Ruiz Guiñazú y Graciela Borges, entre otros.
La selección de textos fue realizada por Luis Gregorich y Santiago Sylvester e incluyó poemas como
"Entrada a la madera", "El gran océano" y "Las furias y las penas".