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Cela, gallego Nobel.
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Este 12 de septiembre empezará a circular el primer número de la Biblioteca Gallega de Autores en
Castellano, una colección editada por el diario
La
Voz de Galicia
en la que se incluirán cuarenta escritores de esa región de España que, por razones históricas,
escribieron o escriben en castellano.
Murguía, Rosalía y Otero Pedrayo son algunos de los autores básicamente comprometidos con el idioma
gallego que, sin embargo, dieron grandes obras a la literatura en castellano. Igualmente, la colección
incluirá autores como Valle-Inclán, Fernández-Flórez, Camilo José Cela y Torrente Ballester, que
optaron por el español para la mayor parte de sus creaciones.
La Biblioteca Gallega de Autores en Castellano reúne por primera vez a cuarenta autores con una
influencia trascendental en la historia de la literatura española a los que une su lugar de origen. Una
producción que abarca desde la novela, el cuento y el teatro hasta la poesía y el ensayo, pasando por
libros imprescindibles de la gastronomía.
En algún caso el título seleccionado no es el más conocido del autor, por existir una edición
reciente del mismo o porque hay tantas que es fácil de encontrar, dándose además la circunstancia de
poder disponer de otros textos de pareja calidad y menos populares. Es el caso de Fernández-Flórez, de
quien se incluye Volvoreta
y no el más conocido El bosque animado.
Además, esta iniciativa ofrecerá a sus lectores un recorrido histórico por la creación de los autores
gallegos en castellano que parte de Los hidalgos de Monforte,
de Benito Vicetto (1851), para llegar a nuestros días con autores como Julián Ríos, Ramón Pernas, Javier
Alfaya, César Antonio Molina, Lola Beccaría, Blanca Riestra y Luísa Castro, pasando por grandes clásicos
como Emilia Pardo Bazán, Manuel Murguía, Álvaro Cunqueiro, Dieste, Camba y otros.
También abundan los autores que fueron popularizados por la pequeña pantalla o por el cine, como
Torrente Ballester en el caso de su Crónica del rey pasmado,
Martínez Barbeito con El bosque de Ancines,
de Fernández-Flórez con Volvoreta
o de Pérez Lugín con La casa de la Troya.
Por géneros, la narrativa es la gran protagonista de la colección, pero también hay textos
fundamentales y muy difíciles de encontrar como el Ensayo histórico sobre la cultura gallega
de Otero Pedrayo; el teatro de Lauro Olmo y de Horacio Ruiz de la Fuente; un libro de cocina trascendental
como La cocina práctica de Picadillo,
o la poesía de un clásico contemporáneo como José Ángel Valente junto a la de Pimentel o Lorenzo
Varela.
La lista de autores hasta completar los cuarenta todavía contempla otras muchas grandes firmas, como
Julio Camba con La casa de Lúculo;
José María Castroviejo y El pálido visitante;
Eugenio Fernández Granell con Isla cofre mítico;
Elena Quiroga y Viento del norte;
Cristina Sánchez Andrade con Bueyes y rosas dormían;
Lola Beccaría con La debutante;
Susana Fortes y su Querido Corto Maltés;
Salvador de Madariaga con Sanco Panco;
Daniel Sueiro y su Los conspiradores;
Ramón Pernas y Paso a dos;
o Marta Rivera de la Cruz representada por su novela Que veinte años no es nada.