En fecha tan lejana como 1950 yo cursaba el segundo grado de la enseñanza elemental en una escuela —como se estilaba entonces— exclusiva para varones. Allí aprendíamos las destrezas de la lectoescritura en, justamente, el llamado “libro de lectura”. En esas épocas las autoras —en general, eran mujeres— tenían el buen criterio de intercalar en sus páginas didácticas algún texto literario sencillo.
Gracias a ellas conocí, teniendo siete años de edad, una poesía que empezaba así:
Doña Rata salió de paseo
por los prados que esmalta el estío.
El comienzo es muy eficaz: sin duda, al instante habré querido saber cuál fue el destino ulterior de doña Rata y, debido a este interés y tras compartir con la protagonista turbadoras peripecias, llegué, aliviado de cuitas el corazón, al reconfortante final del poema:
¡Qué feliz dormirá cuando llegue
a las pajas doradas del nido!
Mucho más tarde aprendí que la composición era un romance decasílabo y que su autor era Conrado Nalé Roxlo.
Además de sus tantas virtudes literarias “serias”, Nalé Roxlo poseía un talento excepcional para la parodia o el pastiche.
Nació en Buenos Aires el 15 de febrero de 1898 y falleció en la misma ciudad el 2 de julio de 1971. De pluma versátil y muy diestra, escribió poesía, narrativa, teatro, guiones cinematográficos… Su obra más célebre es el soneto “El grillo”, que apareció en el volumen del mismo título1
Música porque sí, música vana
como la vana música del grillo;
mi corazón eglógico y sencillo
se ha despertado grillo esta mañana.¿Es este cielo azul de porcelana?
¿Es una copa de oro el espinillo?
¿O es que en mi nueva condición de grillo
veo todo a lo grillo esta mañana?¡Qué bien suena la flauta de la rana..!
Pero no es son de flauta: en un platillo
de vibrante cristal de a dos desgranagotas de agua sonora. ¡Qué sencillo
es a quien tiene corazón de grillo
interpretar la vida esta mañana!
Además de sus tantas virtudes literarias “serias”, Nalé Roxlo poseía un talento excepcional para la parodia o el pastiche. Publicó dos antologías apócrifas.2
La primera se abre con “Un prólogo” de “Miguel de Unamuno”:
Si encontrares, lector, en este libro alguna palabra o idea, que al fin son la misma cosa, que te pareciere razonable, recházala como no mía, como caída por accidente de las manos del cajista o por error de mi pluma, en la cual vino a enredarse (…).
Hay un cuento de “Jorge Luis Borges”: “Homicidio filosófico”:
Filidoro Fonseca fue un compadrito hasta que vistió el uniforme policial; después de esa monotonía indumentaria se convirtió en un compadrón. La metamorfosis tiene antelaciones clásicas. Asevera Cayo Cornelio Tácito (Anales, libro xvii, edición erzeviriana de Gronovio, Amsterdam, 1672) que los jovencitos romanos, al abandonar la pueril toga pretexta, afectaban jactanciosas y prepotentes virilidades (…).
El primer cuarteto del soneto (dodecasílabo, como le gustaba a Evaristo Carriego) “El heladero” dice:
La tarde de verano, la calle quieta;
vierte el sol en la acera su reverbero,
y ya en la esquina suena ronca corneta
anunciando el carrito del heladero.
Se produce un incendio en una casa de departamentos y, mediante las octavas reales que recuerdan al “Polifemo”, “Luis de Góngora” poetiza el caso (“Fábula del bombero y la ninfa”). En la tercera estrofa parten los bomberos hacia el incendio:
Cada uno en cabeza casco puso,
y allí donde termina en la sirena
el pez, y la mujer se pone en uso,
y es arábiga palma en la morena
y en la rubia también —si es que dispuso
el Creador que nos saliese buena
para el movido baile la muchacha—,
el fuerte cinturón ciñó y el hacha.
Los autores parodiados pertenecen a diversas lenguas. El resto de los hispanohablantes está constituido por Ramón del Valle Inclán, José Ingenieros, Ramón Gómez de la Serna, Pablo Neruda, Santiago Rusiñol, Carlos Guido y Spano, Federico García Lorca, Rubén Darío, Héctor Pedro Blomberg, Pío Baroja, Julio Herrera y Reissig.
No llegué a conocer a don Conrado. Pero varias personas de mayor edad me dijeron que, contra lo esperable en un escritor de tan espléndida gracia, Nalé era un hombre de trato áspero y más bien cascarrabias: ¡paradojas de un humorista de buena ley!
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Notas
- Además de las poesías, en general de carácter humorístico, desperdigadas en distintos medios gráficos, Nalé Roxlo publicó tres libros de poemas: El grillo (1923), Claro desvelo (1937) y De otro cielo (1952). Hay edición conjunta, con un excelente y extenso “Estudio preliminar” de María Hortensia Lacau: El grillo, Claro desvelo, De otro cielo (Buenos Aires, Kapelusz, 1969).
- Todas las citas pertenecen a la primera: Antología apócrifa (Buenos Aires, Hachette, 1943; nueva edición: Buenos Aires, Kapelusz, 1970). Hubo una segunda: Nueva antología apócrifa (Buenos Aires, Compañía General Fabril Editora, 1969).