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Ilusión y desencanto en los últimos cuentos de Zein Zorrilla

lunes 3 de abril de 2017
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Zein Zorrilla
Zein Zorrilla parece manifestar en sus obras su propio desencanto de la gran ciudad.

El escritor huancavelicano, de la zona andina del centro del Perú, Zein Zorrilla, es uno de los autores que mejor han representado a través de sus obras el drama de los provincianos que migran hacia la capital. Novelas que ya son referentes de esta temática son Dos más por Charly (1996) y Carretera al purgatorio (2003), a las que se suma una serie de relatos y ensayos en los que busca introducirse en la intimidad de los personajes que han decidido tomar el camino más difícil: buscar un destino.

Su último libro, El taller del traspatio y otros cuentos (Lluvia Editores, 2016), reúne tres relatos en los que Zorrilla ha decidido indagar en ese espacio inexplorado pero muy expresivo del hombre a través del cual manifiesta sus emociones más íntimas: el destierro, el exilio personal, esa sensación en la que el individuo se siente ajeno a sí mismo. Es complejo el sentimiento del ser humano, pues como individuo que es, no es fácil generalizar su emoción o su pasión, a pesar de que hay toda una sociedad a su alrededor que lo acompaña.

Las historias de Zein Zorrilla están escritas con sencillez y sensatez, precisamente con la sencillez con que sus personajes enfrentan sus realidades.

En los tres relatos van a aparecer personajes que se hacen simbólicos: dos jóvenes que se enamoran y emprenden una relación a pesar de tener todo en contra, con el consecuente fracaso; un hombre de provincia que a pesar de poseer poder será incapaz de enfrentarse a la nueva posición social de sus hijas en la ciudad, las que están dando los primeros pasos de un arribismo con el que confían desprenderse del pasado andino, y un hombre que en medio del esfuerzo por sobrevivir en la gran ciudad se enfrascará en un proyecto íntimo en el que en medio de la soledad buscará reproducir su propio mundo a través de imágenes en miniatura.

Las tres historias se inician envueltas en una atmósfera de ilusión, cada personaje tiene una expectativa por los pasos que le toca dar, sabiendo que cualquiera que fuera su decisión será para mejor, a pesar de que esa decisión se entienda como rebeldía, pero pronto rondará la desilusión que disimula el fracaso, y en los tres casos habrá una explicación, una justificación, una nueva esperanza.

En el relato “Penélope Cruz”, dos jóvenes se encuentran y juegan con el apellido Cruz, él es Iván Cruz y ella Penélope Cruz, emprenden una aventura juvenil que termina en matrimonio; luego de la desilusión, ella se consuela y manifiesta su esperanza: “Todo irá bien, el Señor no nos desamparará”, dice y continúa su vida. En el segundo texto, “Ay, compadre Salomón”, el hombre se desilusionará del encuentro con su hija quinceañera y su ex esposa en Lima y se resigna a volver a su provincia consolándose: “En Rosario nunca estaremos totalmente solos”. En el relato que da título al libro, la mujer del hombre que no se ha rendido a pesar de todo dice, ya tranquila: “Ahora vamos a dormir. No sé por qué me he tenido que casar con un loco”.

Las historias de Zein Zorrilla están escritas con sencillez y sensatez, precisamente con la sencillez con que sus personajes enfrentan sus realidades, con la misma sensatez con que miles de personas deciden enfrentarse a un destino incierto, lleno de trabas y pruebas; están escritas con humor, con esa manera que tiene el hombre del pueblo, de provincia, de enfrentar las vicisitudes, del que puede darse el lujo de pasear por la plaza o conversar con su compadre al caer la tarde.

El mismo Zein Zorrilla parece manifestar en sus obras su propio desencanto de la gran ciudad. Contemplando el mundo desde su reducto andino, ve Lima como un punto de encuentro, el centro donde se puede hallar al amigo o a su cultura, puede acceder a los libros y las noticias, pero se verá siempre cómodo entre los Andes quietos y los ríos insistentes. Emotivo rencuentro con la obra de Zein Zorrilla, que hiciera recorridos traviesos junto a poetas y libreros, a través de un libro editado con el buen gusto de otro provinciano empedernido como Esteban Quiroz.

Antes, aparte de las mencionadas novelas, Zorrilla ha publicado varios libros de relatos y de ensayo. Pertenece al grupo de escritores que desde la periferia de la capital han construido una obra literaria de alta calidad estética sin sacrificar la crítica social, el análisis político y la rebeldía frente al centralismo.

Alfredo Herrera Flores
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