
Urbana. 27 años de Letralia
Este texto forma parte de la antología publicada por Letralia el 20 de mayo de 2023 en su 27º aniversario
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Soneto de Buenos Aires desintegrada
Bahía de un amor y yute rojo,
sarcasmo en el viento a contrapelo,
matar el elixir, volverse enojo,
un sátiro de rabia y terciopelo.
Cantar la bendición, volverse estrella,
mirar el rostro fijo de Caín,
será por eso que no siento el fin,
ni el tajo de la luna ni el de ella.
Mataste la canción de mi ciudad,
mi fiel guerrero, es eso que esperaba,
el viento de la nada se aproxima.
Aquí tenés el precio y la verdad,
el lobo que auténtico te aullaba,
la voz que ataca y el furioso clima.
Soneto de Buenos Aires perdida
Es la ciudad con una herida al cuello,
se la hizo un día un cisne enardecido,
es la ciudad perdida en lo perdido,
un dios la vio desnuda y eso es bello.
Es la ciudad con rabia de migrantes
que creen que la vida es imposible,
por años fue su beso inaccesible
viviendo retorcida en sus amantes.
Es la ciudad que asiste a su derrota,
sus ídolos infieles la marcamos
a no ser nadie en ella y fuera de ella.
Es la ciudad que permanece rota
y entera en el dolor que le cantamos,
perdida como un barco en su botella.
Soneto a Buenos Aires novia
En tus sótanos, torres y hogares
viven dioses que asustan a la gente,
en los necios rincones de la mente,
en estadios, escuelas y altares.
Como un mantra antiguo se renueva
la mirada que alumbra y que destruye,
no sabemos si el aire es el que fluye
o si estamos cautivos en su cueva.
Buenos Aires, tu luz no es diferente
a los ojos del dios del universo,
ni a las leyes sutiles de la ciencia.
Pero vos sos mi novia adolescente,
yo te entrego mi ser con este verso
y el deseo bestial de mi conciencia.
Soneto a Buenos Aires paradójica
Quizás el oro trajo a mis abuelos
a estas tierras vacuas e inocentes,
la ilusa libertad de los dementes
en donde se escondían sus desvelos.
Así vinieron a otra tierra triste
que aún dormida hablaba con su rabia,
en donde no florece gente sabia
y sólo con engaños se subsiste.
Y sin embargo te amo, tierra rata,
tu encanto me hechizó y me dio la vida
y cuando quise irme me hice trizas.
Por eso sin tu oro y sin tu plata,
en el instante en que perdí la herida
es cuando yo te entrego mis cenizas.
Romance de Buenos Aires desquiciada
Yo salgo hacia mi calle amarilla,
la guerra es mi metáfora del viento,
los dioses han jugado con su arcilla
y todo lo que veo es movimiento.
Le hice un sacrificio en una pira,
la muerte misma está perdiendo el juego
y le compuse un himno a la mentira
así se enoja cuando observa el fuego.
Entonces estalló en una tormenta
atando su esperanza con las manos,
la observa boca arriba Cenicienta
pensando que sus seres son humanos.
El carro de la duda silba al paso
lo miran los convictos de la luna,
el dios del miedo escapa por si acaso,
la única que danza es la fortuna.
Cayó la inspiración sobre el asfalto,
esto es peor que nuestra carcajada,
tomamos el infierno por asalto
y cuando entramos no existía nada.
Yo voy de un lado a otro sin parar,
me invento un lugar en lo divino
y sin saber nadar en este mar
le compro a un traficante su destino.
Los toros se estrellaron con su rito,
las máquinas sonríen, pero dudan,
ya no hablo con la gente, pero grito
y todas mis palabras se desnudan.
Hay una anciana quieta que no mira,
la cubren de política y pañales,
se va desvaneciendo con la lira
que tocan los poetas terminales.
Tapamos sus estrellas con un manto,
venció la depresión a la traición,
el líder dijo que no es para tanto
y todos entendimos su canción.
Los buenos hacen fuerza desde adentro,
los locos los observan desde afuera,
un dios se apiada y sale hasta al encuentro
vestido de serpiente y de pantera.
Las lluvias no entienden qué es el mundo,
se fueron a vivir a otro planeta,
yo miro desquiciado y vagabundo,
hay que olvidar las frases del poeta.
Y cuando gritan sálvese quien pueda
me quedo en trance bajo el infinito,
hay alguien que arroja una moneda
que cae entre los jueces y el delito.
Es culpa de que exista el movimiento,
repiten los amantes de las horas,
la guerra es la metáfora del viento
y de las tiranías redentoras.
Las cárceles se abren, pero el miedo
no sabe si entrar o si salir,
yo le aconsejo todo lo que puedo
y entonces se ha puesto a reír.
Te voy a decir algo que presiento,
hay un azar de acero que te asedia,
tu abismo ya no es un esperpento,
mirá de frente, es sólo una tragedia.
Pareados a Buenos Aires ignorante
Ciudad, en un espejo de mentira
sos nada y tu mente te conspira.
Si un día te implantaron sin raíces,
no vas nunca a gozar de tus matices.
¿Huís porque tenés miedo al amor?
¡Ay, si te diera fuerza tu dolor!
¿Huís porque no ves nunca tu cara?
¡Si algo en tu espejo se formara!
¿Sabés que amar es siempre sufrimiento?
¿Sabés que tu destino está en el viento?
Si no reconocés tu fuego puro,
ciudad, qué mal te veo en el futuro.
Pareados a Buenos Aires terminados en vals
A nadie le importa nada
en una ciudad cuadrada.
El peligro de no ser
y el de desaparecer.
La lucha ciega y feliz
y el espantoso desliz.
Aquí se juega a la muerte,
nadie confía en su suerte.
Quien se descuida perece
y nada es lo que parece.
Hay un culto a la mentira
y a hacer alarde de ira.
Sos una mierda, ciudad,
ven, bailemos sin piedad.
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