Después de meses confinados en sus casas en la ciudad, de ver caer, como hojas marchitas de un bosque, a miles de conciudadanos, la gente no quería salir de sus casas porque no sabían qué hacer con sus vidas. Entre ellos, un gran número tenía alteraciones mentales y emocionales; otros, perdieron el sentido de la dicción y repetían a menudo las mismas frases o decían unas que no venían al caso; otros, sin preguntarles, decían que sí, que estaban bien, que no eran necesarios ni un test ni una vacuna (aunque nadie se las ofreciera); otros, regresaron a clases o a su trabajo con la fatiga y desazón causada por el encierro; otros, aletargados, no quisieron saber hasta el final una sola noticia de lo ocurrido para no caer en precipicios anímicos; varios cientos se habían suicidado, entre otras cosas, por depresión o carencias económicas o por aburrimiento del que no ve ningún porvenir. Cuando se hizo una encuesta nacional a través de los medios noticiosos para que resumieran en una palabra la experiencia emocional de la larga reclusión, mayoritariamente las respuestas fueron: fastidio o cansancio o temor o miedo.
Dos semanas después hubo un rebrote. Ya nadie sabía si el mundo estaba dentro o fuera de sus casas.
En la calle de Madero del centro histórico, dentro de la iglesia de San Francisco, una señora, que había perdido a casi toda su familia, no dejaba de preguntar a un Cristo desangrado:
—Pero el diablo ¿alguna vez lloró por alguien?
Escritor mexicano (Ciudad de México, 1949). Cronista, ensayista, narrador, poeta y traductor. Ha sido profesor de Literatura en la
Universidad Iberoamericana (1976-1983); lector huésped de las universidades de
Salzburgo y
Viena (1988-1991); profesor invitado de
Brigham Young University (1991) en las universidades de
Buenos Aires y
La Plata (1992) y la
Universidad de Jerusalén (2003); jefe de redacción de la publicación
Punto de Partida; director de Literatura de la
Coordinación de Difusión Cultural de la
Universidad Nacional Autónoma de México (Unam); director en dos épocas de
Periódico de Poesía, investigador del
Centro de Estudios Literarios del
Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) de la Unam y coordinador del Programa Editorial de la
Coordinación de Humanidades de la Unam. Colaborador en distintas épocas de
Confabulario, suplemento literario del diario
El Universal;
La Jornada Semanal, suplemento literario del diario
La Jornada;
La Semana de Bellas Artes,
Periódico de Poesía,
Proceso,
Punto de Partida,
Revista de la Universidad de México,
Sábado (suplemento literario de
Unomásuno) y
Vuelta. Ganador del premio Diana Moreno Toscano 1972 a la promesa literaria; premio Xavier Villaurrutia 1992 por
Antología personal; Medalla Presidencial Pablo Neruda, otorgada por el gobierno de Chile (2004); premio Casa de América 2005 por
Viernes de Jerusalén; Premio del Tren Antonio Machado 2008 por su poemario
Aquellas cartas; XXXI Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla 2009, por su obra
Dime dónde, en qué país, y Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2010 por el conjunto de su obra poética. Ha traducido la obra de Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, André Gide y Roger Munier, entre otros.
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