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Derrida: el último del 68.
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El argelino Jacques Derrida, uno de los más influyentes filósofos del siglo XX, falleció el pasado
viernes 8 de octubre en París a los 74 años, víctima de un cáncer pancreático. Quienes lo acompañaron
en sus últimos momentos, afirman que murió "sin sufrir", tras un período de hospitalización
que se prolongó por tres semanas.
Derrida era el último sobreviviente de un grupo identificado como pensadores del 68, el cual integraban
Althusser, Lacan, Foucault, Barthes y Deleuze. El presidente francés, Jacques Chirac, lamentó la
desaparición de quien consideró "una de las mayores figuras en la vida intelectual de nuestro
tiempo".
Considerado como uno de los grandes filósofos del siglo XX, se convirtió en el referente obligado para
el mundo de la intelectualidad gracias a una serie de textos fundamentales, en los que inaugura la llamada
"deconstrucción", un ejercicio filosófico encaminado a desarmar el aparataje conceptual que
venía arrastrando la filosofía como herencia de la metafísica y de los sistemas de pensamiento de la
época del iluminismo ilustrado.
En este sentido, se erigió en una especie de heredero de aquel gesto de ruptura que realizó Nietszche
en el mundo occidental a través del uso de un lenguaje filosófico en el que la discontinuidad y la falta
de sistematicidad eran la tónica. De hecho, la obra de Derrida, si bien no apela a irónicos gestos de
retórica como cuando Nietszche niega y afirma una cosa casi al mismo tiempo, sí toma al lenguaje (más que
al concepto preconcebido) como uno de sus principales protagonistas, dedicándose a reflexionar sobre las
palabras en sus múltiples sentidos y en la multitud de significados que pueden adquirir.
Si bien su trabajo se conoció, comentó y asimiló en varios países, fue en Estados Unidos donde su
pensamiento tuvo una acogida más generosa y atenta: "allí experimenté menos censura, barreras y
conflictos que en Francia", comentó en una reciente entrevista con el diario francés L’Humanité.
En Estados Unidos tenía el estatuto de "estrella de la filosofía", merced a su propuesta de la
deconstrucción.
En su libro Psyché. Invenciones del otro,
explicó que en los años 60 la corriente del estructuralismo "dominaba y la deconstrucción parecía
ir en ese sentido, ya que la palabra significa una cierta atención a las estructuras, pero es también un
gesto antiestructuralista. Y su éxito se debe, en parte, a este equívoco".
La universidad británica de Cambridge fue escenario de una gran polémica en 1992, cuando se anunció la
intención de otorgarle a Derrida un diploma honoris causa.
"Es un escéptico genial que cuestiona las ortodoxias", dijeron algunos. "Las doctrinas
absurdas de Derrida niegan la distinción entre realidad y ficción", respondieron otros. Finalmente,
el diploma le fue otorgado tras una dividida votación, procedimiento muy raro en Cambridge.
Hijo de padres judíos, Derrida nació en El-Bihar, Argelia, el 15 de julio de 1930. A los 12 años, a
raíz de un decreto del gobierno de Vichy que reducía el límite máximo de alumnos judíos, fue expulsado
del colegio francés. Intentó sin éxito ser jugador de fútbol profesional y en 1949 se trasladó a
París. No fue un buen estudiante: desaprobó su examen final de secundario y dos veces intentó
infructuosamente ingresar en la Escuela Normal Superior, lo que logró finalmente en 1952. Defendió su
tesis doctoral recién a los 50 años.
Fue profesor asistente en Harvard (Estados Unidos) y luego en La Sorbona (Francia). En 1965 fue nombrado
profesor de filosofía en la Escuela Normal Superior donde ocupó, junto con Althusser, la función de
director de estudios. Más tarde impartió clases en París y diversas universidades estadounidenses, entre
ellas Yale y John Hopkins, entre otras.
En 1982 estuvo encarcelado unos días en una prisión checa por apoyar a intelectuales disidentes. En esa
época se comprometió en una amplia reflexión sobre la institución filosófica y la enseñanza de esta
materia, creando en 1983 el Colegio Internacional de Filosofía, que presidió hasta 1985.
Entre sus 80 libros, que constituyen un diálogo sin concesiones con la metafísica occidental, destacan La
escritura y la diferencia, La diseminación, Márgenes de la filosofía, Glas, La verdad en pintura, Para
Paul Célan, Del espíritu, Heidegger y la pregunta, Invenciones del otro, Del derecho en la filosofía,
Espectros de Marx, Aporías
y Resistencias del sicoanálisis.
Derrida tenía su residencia en los suburbios del sur de París. Abuelo, casado con una sicoanalista,
había tenido un hijo con Sylviane Agacinski, quien luego se convirtió en la esposa del ex primer ministro
francés Lionel Jospin.