Dos poemas
Teodoro Rubén Frejtman
Me gusta ser como soy
Me gusta ser como soy,
no soy Kafka, ni Tolstoi,
tampoco creo
tener
con De Gaulle nada que ver,
no me parezco a Hirohito
ni del
Papa tengo el rito
lo propio con Santa Claus
con Gardel o con
Strauss,
ni me asimilen a Verne,
a Colon, a Einstein o a Fermi.
Me gusta ser tal cual soy,
ni tan judío, ni "goi",
creer que
siéndolo, al fin,
ni Neruda, ni Chaplin
no seré lo que fue
Bell
ni Picasso, o Rafael
tampoco Lincoln, Nerón
o el mismo
Tutankamon
mejor es ser bien consciente
que no soy un Benavente.
Por eso soy como creo
ni Shakespeare, ni Galileo
ni me arrimo a
Mao Tse Tung
ni a Cristo, ni a Daniel Boone
tampoco cerca de
Buda
o de Freud, ninguna duda,
ni creo ser como Ford
como Indira
o Napoleón
Cervantes o el tal John Wayne
Newton, Sandino o Twain.
Y sin embargo me veo
que soy de todos un poco
más bien
sintiéndome loco
por encontrarme esta noche
en un mágico
derroche
de nombres y de apellidos
que este juego divertido
me
propuso en cuatro glosas
descubriéndose la cosa:
¡soy la Rima, he
vencido!
Tango
Portate una tarde
sin rimmel ni pausas
decile a tu blusa
que
venga a volar,
dejá en tus ojeras
rasgunos de otoño
vistiendo de
entrega
la piel de tu edad.
Portate una tarde
con todas las letras
hacete al chirrido
del
viejo bulín,
quemate en pedazos
conmigo en la hoguera
viviendo
lloviznas
al borde de abril.
Portate una tarde
descalza y sin sombras
dejame en redondo
tu
ardiente bretel,
subite de risas
al mapa de un tango
rompiendo el
boleto
del último tren.
(Ganador del 3r premio del Certamen Latinoamericano de
Poesía del Ministerio de Educación y Cultura, 1991).