
Pude leer la noticia en el periódico y, justo cuando acabo la lectura, sobreviene la caída de Facebook y entonces no logré copiarla para trabajar sobre seguro con la información; por lo tanto este artículo se basa en lo que recuerdo de cuanto leí.
La noticia en sí es de ciencia ficción y como tal demasiado increíble para ser asimilada no sólo en una primera lectura sino en varias por lo fantástica. En fin, no quiero alargar el suspense.
Si pudiéramos visitar el pasado, ¿cómo veríamos a nuestros bisabuelos?
Tal cual la pude leer, “unos científicos habían conseguido mandar al pasado una partícula infinitesimal de tiempo”, es decir, volver al pasado de hacía unos segundos. Eso que tan fácilmente se describe en las novelas del género y que todos hemos leído más de una vez, claro que con resultados más espectaculares y verosímiles dentro de la ciencia ficción literaria. Hacer retroceder el tiempo una fracción de segundo es, en comparación, hasta cómico, pero en realidad no.
Este experimento, si se siguen haciendo pruebas, puede ser espantoso, porque el ser humano no tiene límites en sus investigaciones científicas; este afán de saber nos condujo a la desintegración del átomo, y si se consigue manejar el tiempo a nuestro antojo, ¿adónde vamos a ir a parar?
Si pudiéramos visitar el pasado, ¿cómo veríamos a nuestros bisabuelos, o más lejos aún, sustituiríamos el supermercado por la caza del mamut? Y todo eso sin interactuar, claro, porque entonces el desbarajuste sería mayúsculo.
Pero ahora naveguemos a la inversa y vayamos al futuro, porque no dudo que el afán de saber de los científicos puede conducirles a ello. ¡Fantástico!, dirán muchos, pero, si se lograra, tal vez podrían llegar a descubrir algo que seguramente no les gustase, pues imaginemos que quisieran condicionar el futuro a su gusto y no pudieran porque el futuro ya estaba hecho y por tanto era inamovible, entonces ello podría dar la razón a los grandes videntes de otras épocas; Nostradamus contemplando la huida de los reyes de Francia en el camino de Varennes, o bien descubriendo los rascacielos de Nueva York en otra de sus famosas visiones.
Lo imposible convertido en realidad, qué chasco se iban a llevar los científicos entonces, ¿no es cierto?
- La doncella de cristal - miércoles 29 de enero de 2020
- Turismo literario - martes 31 de diciembre de 2019
- El largo camino, ¿sin retorno?, del exilio - viernes 29 de noviembre de 2019